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Crítica de la película

'Dredd': Acción y violencia sin aditivos

'Dredd': Acción y violencia sin aditivos

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viernes 07 de septiembre de 2012, 12:11h
'Dredd' es ante todo una película sincera, el fan del cómic se sentirá feliz con una adaptación bastante más fiel que la protagonizada por Stallone en 1995 y el fan del cine de acción aplaudirá con intensidad al ver a un personaje de una pieza, sin evolución, sin ninguna mujer esperando en casa, ningún hijo o hija problemático, sólo una mueca en la boca, un casco siempre puesto y mucha facilidad para apretar el gatillo. 'Dredd' es pura acción y violencia sin aditivos. Para lo bueno o lo malo, no hay nada más.
Hay está el problema de esta película, capaz de satisfacer a su público pero que no atraerá a nadie más. El director, Pete Travis, se ha entregado a fondo a la tarea de salpicarnos con sangre sin hacer concesiones. Tras una breve escena para localizar la acción, estamos en Mega City One, una colosal ciudad que se extiende desde Boston a Washington y donde la justicia es administrada por jueces, encargados de juzgar, sentenciar y ejecutar esa sentencia. Así, sin más, preámbulos se nos presenta a Dredd, no hay mucho más que saber de él, no tiene fondo, es un personaje de una pieza que no evolucionará ni aprenderá, lo suyo es la acción pura y dura. 

La trama se desarrollará a partir de que le sea asignada una aspirante a juez con poderes psíquicos y se vean atrapados en uno de los megabloques de la ciudad, gobernado con mano dura por la despiadada Ma-Ma, una ex prostituta que controla el negocio de una nueva droga llamada Slo Mo, capaz de ralentizar la percepción visual. Esto le permitirá al director usar la cámara lenta para mostrarnos el punto de vista del que ha tomado la droga. Si la escena de presentación de Ma-Ma está bastante lograda, al final, Travis hará un uso demasiado reiterativo del slow motion, eso sí le permitirá ser todo lo explícito que quiera con todo tipo de lesiones.

La interpretación de Karl Urban sirve como ejemplo de la película, el Eomer de la trilogía de 'El Señor de los Anillos' solo utiliza el recurso de la voz ronca y alguna mueca para dar vida al juez Dredd. Perfecto para este papel, lo que ocurre es que al igual que el casco le tapa los ojos durante toda la proyección, el espectador es incapaz de ver nada más en el personaje o en la película. La que se lleva la parte emocional es Olivia Thirlby, como la rookie Cassandra Anderson, ya que es el único personaje que demuestra alguna clase de empatía hacia alguien. La joven actriz responde bien a su papel. En el rol de la villana Ma-Ma, Lena Headey responde con esa mirada fría, insolente y llena de odio a la que tanto partido ha sacado como Cersei Lannister en 'Juego de Tronos'. Sus métodos no son tan distintos al del propio Dredd.

'Dredd' funciona perfectamente como película de acción trepidante y sin respiro en la que se agradecen las pocas concesiones que se hacen al espectador "normal", especialmente el meter alguna historia de amor con calzador, pero que tampoco llega a aportar mucho más. Una película de serie B que ofrece lo que se espera de ella pero que se queda muy lejos de ser una gran película.

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