La festividad del Día del Trabajo en Estados Unidos restó actividad a los mercados en la jornada de ayer, que centraron su atención en el entorno europeo. Sin embargo, el receso norteamericano no impidió que se mantuvieran en foco las tensiones institucionales en Washington, donde el intento del Ejecutivo por destituir a miembros de la Reserva Federal ha reabierto el debate sobre la independencia de la política monetaria.
Desde el Banco Central Europeo se advirtió que una Fed politizada constituiría un “riesgo muy grave” para el equilibrio económico global. En paralelo, un tribunal de apelaciones estadounidense cuestionó la legalidad de gran parte de los aranceles impuestos en años anteriores, aunque estos se mantendrán vigentes de forma temporal. El fallo añade una capa de incertidumbre a la ya frágil credibilidad institucional, mientras se espera que el caso escale hasta la Corte Suprema. Las implicaciones comerciales de esta resolución llegan en un momento delicado para los mercados, que también evalúan la debilidad reciente del dólar y el impacto potencial de los próximos datos del mercado laboral.
En Europa, los últimos datos de actividad fabril publicados ayer ofrecen un respiro a la eurozona. El PMI manufacturero subió a un máximo de más de tres años, situándose en 50,7 en agosto frente al 49,8 registrado en julio, superando así el umbral de 50,0 que separa el crecimiento de la contracción. A pesar de la mejora, la recuperación sigue siendo frágil. Los niveles de inventario continúan disminuyendo y la caída, aunque leve, en la cartera de pedidos refleja que las empresas siguen operando en un entorno de elevada incertidumbre.