No hay dos sin tres. Cual asegura el sabio refranero español. Y si la siempre magnífica programación de la sala Cuarta Pared, pionera y 'primus inter pares' de las denominadas como independientes, ya nos había ofrecido 'Nada que perder' e 'Instrucciones para caminar sobre el alambre', ahora completa la Trilogía Negra con ' Tantos esclavos, tantos enemigos', que no sólo mantiene el altísimo nivel, sino que en un más difícil todavía hasta lo supera. Este conjunto de obras se caracteriza por emplear el thriller como género desde el que hacer denuncia social, en el que cada propuesta remite a la investigación de un crimen. Pero, en este caso, se produce un cambio de registro hacia el humor impuesto por una realidad que nunca deja de sorprender. Toda una cita imprescindible, que acaba de prorrogar sus funciones hasta el 29 de abril. Claro,como es lógico, todo ello con un magnífico reparto, dos de cuyos intérpretes, Marina Herranz y Javier Pérez-Acebrón, nos explican estas y muchas otras cuestiones.
Rigurosamente falsa, como con sentido del humor, mantiene en conjunto creadores y actores de 'Tantos esclavos tantos enemigos' es esta obra, ya que, cual continúan, tienen "muchos documentos que lo demuestran: atestados judiciales, denuncias, titulares de prensa, whatsapps robados, grabaciones clandestinas, presupuestos B, partes de lesiones, vídeos de diferentes fuentes y testimonios de personas que parecían recién salidas de una alucinación". Cada uno ayuda a reconstruir una venganza que empieza con un desahucio y que llevará al protagonista a convertirse en El Impostor para reparar la injusticia.
Y es que esta obra es un thriller con vocación de teatro documento, con toques de autoficción y altas dosis de humor. Una loca historia, amoral y cáustica, sobre la venganza de los invisibles, en la que caben usurpadores de identidad, subasteros, corruptos, disidentes, pastores evangelistas, agentes del CNI y muertos que están muy vivos; en la que se utilizan amenazas, micrófonos ocultos, denuncias interesadas, filtraciones, documentos falsificados… En fin, una obra tan absurda como la vida misma.
En esta lucha imposible contra el poder el protagonista no está solo. Le ayudarán invisibles como tú y yo, que ya estamos hartos de todo y a quienes nos queda el consuelo de que –al menos en esta obra de teatro– los cabrones que la hacen, sí la paganConstantemente vemos cómo la realidad supera la ficción. Lo que parecía imposible se torna real ante nuestros ojos con una cotidianeidad pasmosa; y, para los ojos de dramaturgos/as, guionistas y escritores/as, incluso intrusiva.
Esta irrupción constante de lo insólito en el plano de lo real supone una tremenda amenaza para la inventiva: ¿Cómo vencer a una realidad que constantemente supera a la ficción? Dar respuesta a semejante desafío convierte a la razón en inoperante y lo irrazonable se yergue ante semejante despropósito… Lo absurdo emerge entre las fracturas de la comprensión y la locura se impone como única vía de escape. Y esto es la tercera y última parte de la Trilogía Negra: una auténtica locura sin ningún parecido con la realidad; pues aquí, los cabrones sí pagan.
La Compañía Cuarta Pared inauguró en 2015 lo que, en 2023 y con el estreno de la presente obra, se cierra como un tríptico: la Trilogía Negra, compuesta por Nada que perder, Instrucciones para caminar sobre el alambre y Tantos esclavos, tantos enemigos. Este conjunto de obras se caracteriza por emplear el thriller como género desde el que hacer denuncia social, en el que cada propuesta remite a la investigación de un crimen. Pero, en este caso, se produce un cambio de registro hacia el humor impuesto por una realidad que nunca deja de sorprendernos.
FICHA ARTÍSTICA
Dramaturgia: QY Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe Intérpretes: Salvador Bosch, Marina Herranz, Rosa Manteiga, Javier Pérez-Acebrón, Guillermo Sanjuan Escenografía, vestuario y atrezzo: Monika Rühle /La Casa Colorada Iluminación: Virginia Rodríguez Laguna Audiovisuales: Marcos Castro