La Compañía Proyecto 43-2 (La mirada del otro, Viaje al final de la noche, I’m a survivor…), lleva ya varios lustros (desde 2009), vinculando teatro y memoria, teatro y documento, y ahora vuelve donde solía a Teatro del Barrio con ‘Federico. No hay olvido ni sueño: carne viva’, un montaje directo, emotivo y necesario sobre los españoles enterrados tras la Guerra Civil y en la dictadura de Franco en fosas comunes, aún sin investigar suficientemente después de 60, 70 u 80 años desaparecidos.
Comienza hablándose de Federico -GarcíaLorca no hay más que uno-, y obviamente se desemboca en la literatura, en la poesía y en el teatro. En concreto en la figura histórica de Bernarda Alba en la que el poeta granadino se inspiró para construir el personaje universal de esa madre y esas hijas encerradas durante ocho años por el luto que había que tener tras la muerte del segundo marido de Bernarda. Pero muy pronto la pieza deriva por los caminos de la arqueología forense y eso de meter la pala con cuidado en la tierra, ir amontonándola a un lado hasta que aparecen los primeros huesos y luego, con todo el cuidado del mundo, ir desenterrándolos, limpiándolos de la tierra adherida con brochas finas, ir examinando y relacionando los objetos encontrados también ahí… Y así hasta que los indicios y las teorías construidas en torno, conducen a identificar a quién o a quiénes corresponden los restos descubiertos. En fin, una labor exhaustiva, lenta y minuciosa para acabar reconstruyendo la historia y la dignidad de los hombres y mujeres allí enterrados.
La dramaturga y directora de la pieza, María San Miguel, también actriz en el reparto junto a Alba Muñoz y Luis Heras, ha capitaneado una intensa labor previa de investigación y documentación de varios años en la provincia de Granada, primero acudiendo al que probablemente sea el mayor conocedor de la figura de Lorca, Ian Gibson y todo su legado, y luego desembocando -entre muchos otros-, en libros clave sobre la figura de Federico, como el de Enrique Bonet (La araña del olvido)… Pero también con la implicación y la ayuda de muchos hombres y mujeres lugareños, como Laura Campoy, mediadora cultural, que finalmente hasta acaba encontrando en una de esas fosas los restos de su bisabuelo (“¡hostia…!, ¡hostia…!)”, y ese instante repleto de emoción y fuerza es captado por la grabadora de María San Miguel para concluir con él la pieza, mientras los tres actores reconstruyen con mimo y precisión un esqueleto completo , hueso a hueso, en medio del escenario y con un silencio y una emoción que atraviesa a todos y cada uno de los espectadores. El premio a la intensa, minuciosa y delicada labor de los tres actores en escena son los cinco minutos ininterrumpidos de aplausos cuando llega el final…
Juan Alberto Martínez (Niños Mutantes), es el compositor musical de la pieza; Xiqui Rodríguez ha diseñado la iluminación de la misma; Karmen Abarca y el elenco han ideado la sencilla y expresiva escenografía y el vestuario, y Sara Velasco en la ayudantía de dirección completa el equipo artístico.
Para que nadie se lleve a engaños, los tres actores irrumpen ya en el escenario, y desde el principio, cantando esos versos populares que dicen “…En la plaza de mi pueblo /Dijo el jornalero al amo / Nuestros hijos nacerán / Con el puño levantado. / Esta tierra que no es mía / Esta tierra que es del amo / La riego con mi sudor /La trabajo con mis manos…”. Al final, con una canción inmensamente triste pero esperanzada, el elenco grita “tendré que seguir cantando, aunque no me escuche nadie”, al tiempo que se preguntan qué sucedería en el futuro si hoy fuéramos nosotros los arrojados a una fosa: “si nos mataran juntos y nos echasen a una fosa común, ¿cómo nos reconocerían?”. Quiera Dios que, al menos por una vez, esa historia no se repita nunca más…
Ficha técnica de ‘Federico. No hay olvido ni sueño: carne viva’:
Creación, dramaturgia y dirección: María San Miguel
Composición colectiva e intérpretes: Alba Muñoz, Pablo Rodríguez/Luis Heras y María San Miguel
Composición musical: Juan Alberto Martínez (Niños Mutantes)
Iluminación: Xiqui Rodríguez
Escenografía y vestuario: Karmen Abarca y elenco
Ayudante de dirección: Sara Velasco
Dirección de producción: María San Miguel
Ayudante de producción: Noe Iglesias
Vídeo: Luis Guillermo S. de la Corte y Alba Muñoz
Una producción de Proyecto 43-2, con el apoyo del INAEM y la Junta de Castilla y León. Con la colaboración de la Diputación de Granada, el Patronato Federico García Lorca, el Ayuntamiento de Palencia y la Bodega Diez Siglos
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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