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Concierto de Alain Pérez y su Orquesta en el Teatro Pavón (Foto: Mila Checarelli)
Concierto de Alain Pérez y su Orquesta en el Teatro Pavón (Foto: Mila Checarelli)

Alain Pérez pone marcha en Madrid

miércoles 29 de diciembre de 2021, 13:49h

El pasado jueves Alain Pérez y su Orquesta presentaron en el Teatro Pavón de Madrid el álbum “El cuento de la nueva pipa” (2020), dentro de la gira española iniciada el 4 de diciembre en Barcelona que ha recorrido Jerez de la Frontera, Santiago de Compostela, Alicante, Madrid y Valencia. El fonograma fue grabado en los Estudios 18 de la EGREM de Cuba.

Alain Pérez ganador del Latin Grammy 2021 en la categoría de Mejor Álbum Tropical Tradicional junto a Issac Delgado y la Orquesta Aragón había estado nominado en dos Grammy Latinos en las categorías Mejor Álbum Tropical Tradicional (El Alma del son: Tributo a Matamoros 2015) y Mejor Álbum de Salsa (ADN 2017); nacido en la ciudad de Trinidad en 1977, el cosmopolita músico, destacado bajista, cantante, compositor, arreglista y productor musical ha acompañado a lo largo de su trayectoria a grandes de la música latina como Chucho Valdés, Celia Cruz, Issac Delgado, Paquito de Rivera, Los Van Van, Irakere, y en España a Enrique Morente, Paco de Lucía, Diego “El Cigala” o Niño Josele, entre otros.

El concierto comenzó unos minutos antes de las diez de la noche, con el público sentado, cumpliendo las normas sanitarias sobre distancia y mascarillas, cuando la orquesta fue ocupando su espacio hasta la salida al escenario del polifacético instrumentista cubano, que apareció de traje negro, camiseta deslumbrante, sombrero rojo y su apegado bastón de patriarca; la orquesta tocó los acordes del tema, "El cuento de la buena pipa", surgieron los coros con sus “no más mentiras, me tiene todo el día con el mismo cuento, el de la buena pipa, el de la buena pipa…”. Alain saludó emocionado al público asistente “Buenas noches Madrid, mis valientes, muchas gracias” e interpretó esta bailable salsa que da título a su último álbum compuesto y arreglado por él y que desde los primeros acordes es conocida, aplaudida y bailada por la mayoría de los asistentes; este tema especial, es como un color o una emoción.

Continuó presentando la gala a su querido público madrileño, de manera entrañable: “siempre tengo por costumbre cuando llega una mulata, pero siempre tengo por costumbre, cuando llego a un lugar saludar a mi gente linda como persona educada”. Aprovechó para dedicar a su padre y a todos los asistentes, “aunque me falte la voz”, canciones enlazadas que nos transportaron al mundo de los variados sonidos cubanos como el bolero, la salsa, el son, la guaracha, la guajira o la rumba. Hasta llegar al conocido tema “ADN” que empezó con los asistentes acompañando a las palmas y levantándose de las butacas para bailar. No se trata de explicarle nada a nadie, ni es cuestión de genes, el ritmo va en el ADN para escuchar, disfrutar y bailar. Los solos, la maestría de varios componentes de la Orquesta fueron permanentes como el del batería Yandy García.

El concierto siguió con Amor de Bolero”, con cambios de estilo para calmar al teatro “la verdad es que la nostalgia es un bolero mal cantado…” con un bolero espectacular muy aplaudido y cantado. Como dice el maestro Alain “los músicos soñamos cada día con la gente…muchas emociones porque las palabras se quedan cortas”. Agradece a su padre por la forma especial de entender el bolero. Con un cierre espectacular, con los músicos luciendo habilidades, y un final con piano y platillos de locura. ¡Súper aplauso de la noche!

Hubo muchos momentos especiales como los que nos hicieron sentir al interpretar, entre otros y variados, temas como “CHACHA” “que estás haciendo mami…” o “El tic tac de La Habana”ella puede con to’, ella siempre gana…” y todo el mundo lo baila y todo el mundo lo goza, o cuando nos deleitó con el tema a la guitarra “Punto de partida”vuelve a decirme otra vez que no me amas” o con el melódico y orquestal “Pa’ eso estamos” “cuando se abre la mañana trayendo el sol”. Sin duda se produjo una combinación de escenario y baile de patio de butacas con Alain y la Orquesta como maestros de ceremonias. Un concierto de emociones, enlazando los temas y el baile de los asistentes.

El Concierto, con mayúsculas, se acercaba al final, aunque el público no tenía ganas de irse por lo que no faltaron los ya míticos “Bemba Colorá” para sentirse vivos y “El sabor de mi rumba”. Salsa y rumba para el cierre con felicitación navideña incluida para los presentes y para todo Madrid. Mucha marcha y todas las manos arriba en el Teatro Pavón.

El maestro alquimista de ritmos se despidió con su encanto, sus buenas vibraciones, su música, que mejor momento para presentar, de uno en uno, a la brillante Orquesta: En la dirección musical y piano Andy García, en la guitarra eléctrica Raúl Benegas, en los coros los increíbles “El Chino y Adrián”, al timbal Alex Miguel, a la batería y el bongó Yandy García, a la tumbadora Robelis Arévalo, a la trompeta Juan Munguía y Miron Rafajlovic, al saxo tenor Miguel Sarduy y al trombón Santi Cañadas.

Todo el auditorio se puso en pie para despedir un concierto emocional hasta el cerebelo. Alain acabó al timbal, multinstrumentista y el público le agradeció su solo y al alimón se acompañó de sus palmas. ¡¡Fantástico!! Y siguió la banda y pareció que estuviésemos en el Cabaret Tropicana. Fue una hemorragia de sonido del bueno. ¿Sería el fin de fiesta? Se hizo la foto con todos los componentes de la Orquesta, ¿Fin del concierto?

No, no fue así. Empezaron los bises y los agradecimientos a Caribe Producciones, a su familia, a los presentes; todos moviendo los brazos lateralmente como un gigantesco tsunami de emociones, despedida con saco-sombrero de besos, sonido cubano saliendo, otra vez, a escena. Otra rumba, todo el mundo feliz, se encendieron las luces del teatro para ver si se acababa tamaño espectáculo y pasadas las once horas el personal del Teatro nos invitó a salir de forma ordenada.

Dejamos atrás el Edén, el paraíso de las sensaciones, Alain y su Orquesta nos transportaron a la isla caribeña, nos empaparon de ritmos y sonidos auténticos, sin dobleces y sin salir del Teatro Pavón. Sólo nos quedaba decir: ¡¡Hasta la próxima, volveremos!!

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