Bellos por fuera, podridos por dentro: otro fracaso de los 'pabloromero', sin opciones para la terna

Era fácil acertar lo que iba a ocurrir con estos animales de tan bella lámina -todos, excepto el segundo, aplaudidos al aparecer hasta con cierta galanura y chulería por chiqueros-, era fácil. Porque esta histórica divisa hace muchos años que sólo ofrece podredumbre y basura en su descastadísimo comportamiento. Para desesperación de los coletudos a los que se los echan o ls tocan en desgracia, normalmente de los que ocupan la balaustrada de la fiesta a la espera de tiempos mejores, de un triunfo redentor que los saque del paro profesional.

Algo absolutamente imposible, quimérico, utópico, con estos reyes del comportamiento asnal, con estos animales que deberían sacarle los colores a su propietario, José Luis Algora, y también a la empresa que los programa en la semana torista y de ganaderias teóricamente encastadas. Además el encierro fue muy desigual en cuanto a trapío, y flojo, por lo que el desafuero es mayor.

Tampoco es que los coletudos, formados en la escuela posmoderna de tauromaquia y olé (o, mejor, 'desolé', y perdonen el palabro) intentaran otra cosa que faenas anodinas y tristes con el redondo y el derechazo, sin doblarse por bajo, sin molinetes, sin recursos. Es verdad que con semejantes enemigos, siempre con escasa o nula fijeza, y con la cara por arriba, aunque noblones, la tarea era casi imposible, quiméric, utópico., Mas sobre todo Eduardo Gallo y Rafael Cerro, casi ayunos de contratos, no hicieron otra cosa que resignarse.

Mayor alegría y entrega puso de su parte Sebastián Ritter, que incluso a base de mando y bajar la muleta por debajo de los pitones logró extraer a su primero tres ortodoxas series con la mano derecha y algún adorno final hasta que el animal se rajó definitivamente. Pero con las armas toricidas el colombiano fue un desastre en una tarde en que sus compañeros tamién largaron varios impresentables sartenazos a los bajos o los costillares.

Ritter quería repetir algo semejante con la flámula ante el quinto, pero fue el más desacastado de la tarde: fuese y no hubo nada.

FICHA DE LA CORRIDA

Toros de PARTIDO DE RESINA, desiguales de trapío, con 2º anovillado y 1º justo de presencia; descastados aunque nobles, y escasos de fuerzas. EDUARDO GALLO: silencio tras aviso; silencio. SEBASTIÁN RITTER: silencio tras aviso; silencio. RAFAEL CERRO: silencio, silencio tras aviso. Plaza de Las Ventas, 1 de junio. 25ª de Feria. Menos de dos tercios de entrada.

Crónica del anterior festejo: Robleño se salva en tarde pegapasiata ante aceptavle corrida de Ibán