Así se viene a Madrid así. Dispuesto a todo, con una pasión u una entrega que raya el heroismo y ahoga los corazones del público, sí. Pero tsmbién con el toreo puro, el toreo eterno con capoye y muleta. Pongamos que se habla/escribe de Paco Ureña, que cortó una oreja a sangre y fuego yvolvió a dejar su tarjeta de visita de que ya es torero de Madrid. Como lo fue en su momento El Cid, hoy desdibujado. Tampoco anduvo fino Jiménez Fortes, auque sus toros no le ayudaron.
Paco Ureña lleva camino de convertirse en sumo sacerdote de la religión laica que es la Fiesta de los toros, además, de la más meritoria de las maneras: con la verdad por delante. Toda la verdad y nada más que la verdad. Salido desde las profundidades del injustísimo escalafón, desde hace un par de temporadas se dedica a sacar de su indomable espíritu el máximo valor, sí, pero sazonado con el toreo de altos quilates. Ya lo ha mostrado varias veces en el altar venteño, y este domingo aún mejoró sus prestaciones.
Porque si llega a acertar con los golpes de verduguillo en su primero, habría sumado otra oreja para salir a hombros con toda justicia por lo expresado en la arena de a Monumental. Pues su quietud y naturalidad desde el recibo a la verónica a este burel, hasta una faena en la que se lució toreando con pasión y alma sobre ambas manos y en los adornos. Lástima que el bicho fuera a menos, momento en el que Ureña se encunó más, resultando prendido de manera espectacular.
El lorquino, que ya venía infiltrado y pendiente de una operación quirúrgica por una cornada envainada -lo que dispara sus merecimientos-, se levantó desmadejado y le dio tiempo a una nueva serie de redondos. Pasó a la enfermeria y salió para matar a su otro enemigo, incluso marchándose a portagayola, donde el toro estuvo a punto de cogerle. Enrabietado, Ureña, que ya se había lucido por verónicas majestuosas y dos medias para enmarcar en el anteror, le enjaretó otras tantas con apasionada pureza y maxima verdad.
Repitió naturales redondos y adornos después con la flámula ante un burel que se quedaba corto e iba rebrincado, por lo que de nuevo Ureña fue cogido y volteado, y a pesar de la espectacularidad y de la paliza, sólo se llevó un puntazo. Marró con el acero a la primera intentona, pero sí acertó a la segunda y echó en su esportón la oreja de mayor peso de todas las cortadas hasta ahora.Hecho un 'ecce homo' dio la vuelta feliz. Loor a un heroico y toreazo Ureña, loor. La Fiesta e necesita.
No necesita a qien fuera rey de Madrid hasta hace unos años, a la mejor izquierda -taurina- con diferencia. Pero hoy El Cid es una sombra de sí mismo, que no se acopló con la codiciosa embestida del cuarto, de la divisa de Buenavista, y anduvo acelerado y torpe con su primero. La Fiesta sí puede necesitar a otro valentisimo muy castigado por los toros Jiménez Fortes, pero éste deberá depurar mucho mas su estilo, ya que dice poco en lo artístico con los trastos de torear, aunque ninguno de los de su lote -nobilísimos pero descastados, como todo el encierro menos ese cuarto- le ayudara.
FICHA
Cuatro toros de LAS RAMBLAS, de justa presencia y ofensivos, mansos aunque nobles y flojos. 4º, de BUENIAVISTA, también justo de trapío, manso, noble y manejable; 3º, sobrero de JULIO DE LA PUERTA, justo de presencia, mansote y noble. EL CID: silencio; silencio tras aviso. PACO UREÑA: gran ovación tras aviso; oreja. JIMÉNEZ FORTES. silencio; silencio. Plaza de Las Ventas, 22 de mayo. 16ª de Feria. res cuartos de entrada.
> CRÓNICA DEL ANTERIOR FESTEJO A PIE
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