Crítica de la obra de teatro 'J'attendrai': historias que tienen que ser contadas

Una canción grabada en 1938 por Rina Ketty que en español se tituló Volverás y que fue también adaptada a otros idiomas europeos durante la II Guerra Mundial, da título, “J’attendrai”, a un tan hermoso como doloroso texto de José Ramón Fernández, Premio Nacional de Literatura Dramática, que Emilio del Valle ha llevado con indudable acierto al escenario de Naves del Español en Matadero Madrid con la insustituible ayuda de siete actores que se dejan el alma a jirones en escena: Chema de Miguel, Jorge Muñoz, Cristina Gallego, Camila Almeda, Denís Gómez, Paula Ruiz y Javier Gordo. Actúan, cantan y bailan al compás de ese «Esperaré, de día y de noche, esperaré siempre tu regreso…»

Es una pena que al montaje solo le quede una semana de representaciones porque tanto el texto como la dirección de escena y la interpretación son modélicos y merecen la presencia de muchos más espectadores, no solo para su disfrute con un trabajo dramatúrgico excelente desde todos los puntos de vista sino también para que tengan oportunidad de reflexionar con ello sobre un hecho que no es suficientemente conocido, la horrible muerte de miles de españoles a manos de la Alemania nazi en el campo austríaco de Mauthausen.

Las tablas madrileñas acogieron hace un par de años otro intenso y emotivo montaje sobre el mismo tema, Mauthausen, dirigido por Pilar G. Almansa, y varios escritores, cineastas, artistas gráficos o periodistas han venido abordando también el tema en los últimos años: Primo Levi, Laila Ripoll, Kantor, Buñuel, Antelme, Alonso de Santos, Semprún o Aub, entre muchos otros, en quienes también se ha apoyado José Ramón Fernández para construir su “J’attendrai”, un texto dramático de autoficción que, al menos supuestamente, el autor solo ha podido dar a luz tras más de 20 años de investigaciones, reflexiones, dolor y frustración por no saber cómo articular su discurso dramático en torno al horror a describir…

El resultado nos parece ejemplar porque el texto está atravesado de dolor, de búsqueda de la verdad, de emoción y de humanidad, que Emilio del Valle ha sabido concentrar y brindar al público con una sensibilidad extrema en un montaje con una escenografía mínima. Apenas una mesa y unas sillas, y una gran pantalla de fondo en donde siempre están presentes la tragedia del campo de concentración, y los nombres de los miles de españoles muertos en él. Una lista que, al final, aparece proyectada y que resulta sobrecogedora y sacudidora de la conciencia más pétrea. El espacio escénico es obra de Arturo Martín Burgos.

Brillantísimos también la coreografía y el movimiento escénico de Luz Arcas, la luz de José Manuel Guerra, el sencillo vestuario de Cecilia Molano, la estremecedora música de Montserrat Muñoz Ávila, el espacio sonoro de Andrés Gosálvez y la videoescena de Jorge Muñoz.

La música en directo sobre el escenario y la tarta de manzana preparada al alimón por Cristina Gallego y Paula Ruiz, alimentan más aún las sensaciones que transmite el montaje.

El protagonista de la función es Pepe, el Gafas (extraordinario Chema de Miguel), un hombre ya anciano y en silla de ruedas que va a París con el decidido ánimo de cumplir una promesa hecha hace más de medio siglo. En Mauthausen conoció a un joven francés, Christian (muy bien Denís Gómez), que se ahorcó después de intentar huir del campo de concentración y no ser capaz de soportar las torturas de sus carceleros. Antes de morir, le pidió a su amigo español que fuera a visitar a su novia Patricia, si es que sobrevivía a esa inhumana situación. El fin de la Guerra Mundial le ayudó a ello y el anciano decide visitar un pequeño hostal cerca de la ciudad acompañado de su nieta. Allí se encuentra con Claire, la nieta de Patricia, que aún conserva algunos objetos de su abuela (una navaja, unas cartas…). El encuentro, sin embargo, saca a flote las sospechas de la nieta ante la duda de no saber muy bien por qué unos prisioneros se salvan mientras que otros, por muy héroes que sean, acaban en el cementerio…

El escritor (Yo), es Jorge Muñoz, que habla al público en primera persona encarnando al autor del texto. Conmovedor y a la vez distante para intentar trasladar al patio de butacas todo el dolor, la duda y el esfuerzo de “una historia que no soy capaz de escribir”.

Cristina Gallego es Claire; Camila Almeda la Nieta veinteañera de Pepe, amable con su abuelo y cabreadísima con su madre, que sigue el periplo de las dos vías telefónicas; Paula Ruiz es la etérea Patricia, y Javier Gordo es un preso del campo de concentración que, además, toca el acordeón con el que va caldeando las emociones del montaje hasta su mismo final.

“Historias que no sirven para nada…, pero que es necesario contar”, como dice el Autor en un momento de sus apartes con el público. Un montaje necesario, estremecedor y bellísimamente levantado por Emilio del Valle que merece ser representado en muchos, muchos escenarios más. La historia no es como nos gustaría que hubiera sido sino como fue. Y Mauthausen no fue una invención sino un dolorosísimo ejemplo de lo peor que alberga el ser humano. Imprescindible.

‘J’attendrai’

Autor: José Ramón Fernández

Dirección: Emilio del Valle

Reparto: Chema de Miguel, Jorge Muñoz, Cristina Gallego, Camila Almeda, Denís Gómez, Paula Ruiz y Javier Gordo

Coreografía y movimiento escénico: Luz Arcas

Diseño de espacio escénico: Arturo Martín Burgos

Diseño de iluminación: José Manuel Guerra

Diseño de vestuario: Cecilia Molano

Música original: Montserrat Muñoz Ávila

Diseño de espacio sonoro: Andrés Gosálvez

Diseño espacio audiovisual: Jorge Muñoz

Ayudantía de dirección: Gonzala Martín Scherman

Producción ejecutiva: Salvador Sanz Frías

Ayudantía de producción: Gabriel Blanco

Una producción de Inconstantes Teatro, Factoría Teatro y Teatro Español

Naves del Español, Madrid

Hasta el 27 de diciembre de 2020