Crítica de la obra de teatro 'Miércoles que parecen jueves': extraña transformación y secuestro de un teatro

Clara Sanchís se convierte en Juan José Millás en "Miércoles que parecen jueves" un lúcido texto del propio Millás dirigido por Mario Gas en montaje que puede verse en el Teatro Quique San Francisco hasta el próximo 27 de noviembre. Humor, filosofía, actualidad, literatura y arte dramático fundidos y confundidos en unos ochenta minutos de thriller con tono de comedia que atrapa -y en más de un sentido de la palabra-, a todo el público asistente a la sala de Chamberí.

La realidad, la ficción, la relatividad de la identidad propia, la permanente sorpresa en la mirada hacia el otro y un montón de cuestiones tan filosóficamente profundas como cotidiana e inconscientemente vividas por cualquiera, son los asuntos que, poco a poco, con precisión de orfebre de la palabra, va desmenuzando el aparentemente único personaje del monólogo que ha dirigido Mario Gas con Clara Sanchís como única, divertidísima y sorprendente protagonista.

Con todo el público acomodado, unas voces tensas, histéricas que provienen del pasillo, acaban poniéndose en primer plano con la irrupción de Juan José Millás al escenario. Es, en realidad, una Mujer que se ha apropiado de la identidad del novelista y dramaturgo quién, pistola en mano, lanza varios disparos hacia la puerta de entrada para evitar que la policía entre en el local. Entre tanto, todo el público queda constituido en rehén de la mujer sobrevenida en Millás, o en Millás con apariencia de mujer. Realidad y ficción tienen débiles y equívocas fronteras como el espectador podrá comprobar a lo largo de una función convertida en brillante conferencia que va a impartir Millás para los socios del AMPA de un instituto.

Con vaivenes constantes, en medio de un escenario que no tiene más que un perchero y una silla, Clara Sanchís, mirando siempre al público, interpelándolo en varias ocasiones y hasta estableciendo algún corto diálogo con algunos espectadores, discurre por la conferencia dotándola de tensión, de humor y de pensamiento discursivo inapelable para construir una propuesta filosófica, hipnotizante y divertida como pocas. Estupenda la dirección de Mario Gas y sobresaliente la construcción de Clara Sanchís en su doble personaje que demuestra que "quién domina las palabras domina la realidad".

Sí, la realidad y lo aparente, la imaginación y la irrealidad, el ser, el parecer, la duda y extrañeza ante lo que se muestra como evidente son caminos por los que discurre esa conferencia intensa, divertida, sorprendente, excitante intelectualmente y peligrosa al mismo tiempo, porque esa secuestradora de todo un teatro nunca se sabe si alguno de los tiros que dirige a la policía para evitar su detención, en algún momento no se escapará contra el patio de butacas con presumibles y fatales consecuencias.

Un discurso perfectamente construido con premisas imaginativas y conclusiones inapelables pueden ser también, y posteriormente, la fuente de discusiones entre los espectadores en las cañas o la cena que sucederán a la función. Seguro que esta no será menos interesante que la conferencia dictada por esa mujer que parece Millás, o ese Millás con apariencia de mujer. Con todo, lo que importa es conocer cómo terminará el secuestro y, para eso, no hay más remedio que constituirse temporalmente en rehén. Merecerá la pena, de verdad. Al menos para averiguar si realmente "somos bastante lo que creemos ser".

Ficha técnica de 'Miércoles que parecen jueves'

Dramaturgia: Juan José Millás

Dirección: Mario Gas

Reparto: Clara Sanchis

Videoescena: Isabel de Ocampo

Producción: Entrecajas producciones teatrales y Clara Sanchís

Teatro Quique San Francisco, Madrid

Hasta el 27 de noviembre de 2022