¿Afectan las redes sociales a la autoestima de los jóvenes?

Los estudios relacionados con este tema, en muchas ocasiones se contradicen; mientras unos afirman que las redes sociales nos ayudan a sentirnos menos solos y más acompañados, aunque sea por personas que no conocemos, otros insisten en que las redes sociales destruyen nuestra autoestima, e incrementan la aparición de problemas y trastornos, por ejemplo, de la conducta alimentaria.

Cuando se realiza una publicación, los filtros correspondientes, nos llevan a creer esa falsa realidad que muestra que somos casi perfectos, o más guapos. Las vidas llenas de lujos u objetos extravagantes, inmortalizadas al detalle, buscando la aprobación social, pueden generar disminución de autoestima o problemas sociales o de conducta, a todos aquellos que no logren esos objetivos.

Un estudio de la universidad de Córdoba, sobre la influencia de la publicidad de las RRSS en la autoimagen de los jóvenes, realizó un análisis de la frecuencia de los videos publicitados publicados en las distintas redes como Twitter, Instagram, Facebook, o Youtube, con el fin de conocer cómo afectan estos en la vida diaria de sus seguidores y usuarios.

La investigación concluía que, para la población joven, la influencia de las redes es mayor cuanto mayor es la conexión y el enganche a las mismas. Además, se ha comprobado que esta relación es más llamativa en las mujeres, igual que es más destacado el marcado estereotipo de belleza en las mismas.

Según el estudio, gran parte de mujeres reconocen ese estereotipo como retocado, siempre dirigido hacia la delgadez extrema, pero cuando se les pregunta cual es su ideal de belleza o cómo seria su imagen deseada, se acercan a dicho ideal. La pregunta es ¿qué ocurre con aquellas que no son como ese canon? ¿hasta dónde están dispuestas a llegar para conseguirlo? En este momento aparecen los trastornos de la conducta alimentaria, dirigidos al cambio de peso y de imagen mediante conductas poco o nada saludables. Los expertos de la salud y la enfermería reconocen un aumento de dichos desórdenes y consideran las redes sociales como un factor de riesgo extremo.

Es evidente, que resulta absolutamente necesaria la creación y difusión de programas y campañas educativos dirigidos al cuidado, la aceptación de uno mismo y la autoimagen, con intención de reforzar a los más jóvenes, antes de que comiencen a usar las redes sociales.