Crítica de la obra de teatro 'La cápsula': aventuras cotidianas y familiares

La última obra del director y dramaturgo Diego Casado Rubio, ‘La cápsula’, viene representándose en los Teatros Luchana todos los lunes desde el pasado 1 de noviembre y permanecerá en cartel hasta el próximo día 3 de enero de 2022. Quedan, pues, tres únicas oportunidades de disfrutar con los cuatro personajes del único actor del reparto, el argentino Nicolás Scarpino.

Parece que el autor se ha inspirado en la figura de su propio padre para retratar a un hombre ya de cierta edad, con una imaginación desbordante, y que está planificando su salida de este mundo a través de un viaje organizado a Canadá al que quiere que le acompañe su propio hijo que, a fin de cuentas, no está por la labor.

Los relatos del padre están preñados de imaginación, de sentido del humor, de situaciones poéticas y, sobre todo, están repletos de amor. Amor a la vida, a su mujer que ya murió hace unos años, a la aventura que siempre sorprende, a una mujer ya rellenita y con figura en forma de pera a la que un día su hijo descubre que visita cada domingo. Pero dicho así, la cosa no tendría mayor importancia hasta que un día el hijo descubre que lleva consigo algún vestido de su mujer y un frasquito de perfume, y eso le duele profundamente porque lo considera una especie de traición del padre a su esposa, ya muerta.

Las aventuras no faltan cada día en la vida del padre y, por tanto, tampoco en la del hijo: desde la heroicidad de tener que levantarse de un sofá con la única ayuda de su bastón, hasta el encuentro fortuito en la calle de una mujer, también algo rellenita (alguna fijación tenía el viejito con las mujeres de peso), que no se atreve a pasar por debajo de una gran escalera que está tendida a lo ancho de la acera.

Un sombrero sobre la cabeza y un bastón son los únicos elementos con los que Nicolás Scarpino cambia de identidad con la velocidad del rayo. O una mantita para meterse en la piel de una de las mujeres, y el vestido de su madre para representar a la otra, su amante dominical.

Durante hora y casi media el actor argentino se mueve con la energía y la caracterización adecuadas para meterse en la piel de los cuatro personajes, y sin parar de moverse de uno a otro lado del escenario, o encarándose en primer plano, justo al borde del escenario, con el público asistente a la función. Allí no hay trampa ni cartón, sólo una propuesta metateatral en la que un gran actor al que se ve que disfruta con lo que hace y, de paso, hace disfrutar también al espectador que, las más de las veces, se identifica con la figura del hijo.

“En breve les voy a hablar del discreto acto de heroismo que mi padre realizó en un lugar como este, pero antes les voy a hablar de mí… no soy ni tan imbécil como parezco, ni tan inteligente como pudieran creer…”. Así comienza esa aventura llena de historias familiares que aquí se cuentan entre músicas originales de Rafael Sucheras; con un sencillo vestuario (pantalón y americana claros y funcionales para el hijo y un sombrero del mismo color para el padre), diseñado por Vessna Bebek; con la luz justa de Diego Casado Rubio y Juan Borraspardo, y en medio de una escenografía tan sencilla como dispersa (un sillón, varias sillas, unas cajas abiertas que contienen vestidos y juguetes…), obra de Diego Casado Rubio, Juan Borraspardo y Vessna Bebek.

Y con ese ser “mediocre, ni tan, ni ni…”, van desgranándose, descubriéndose, una tras otra esas mil y una facetas de la personalidad de padre e hijo que hacen pasar noventa estupendos minutos, aunque tengo para mí, que, si hubieran sido algunos menos, la historia aún habría calado con más intensidad. Interesante, filosófica y, sobre todo, divertida, muy divertida.

‘La cápsula’

Dramaturgia y dirección: Diego Casado Rubio

Reparto: Nicolás Scarpino

Música original: Rafael Sucheras

Diseño de vestuario: Vessna Bebek

Diseño de luces: Diego Casado Rubio y Juan Borraspardo

Diseño escenográfico: Diego Casado Rubio, Juan Borraspardo y Vessna Bebek

Asistente de dirección: Sergio Paglini

Productor general y producción ejecutiva: Juan Borraspardo

Co-producción: El tío Caracoles

Teatros Luchana, Madrid

Todos los lunes, hasta el 3 de enero de 2022