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El acoso no es sólo cosa de niños
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(Foto: EP)

El acoso no es sólo cosa de niños

miércoles 29 de junio de 2016, 14:23h

Últimamente, oímos hablar de acoso o bullying en centros escolares y con finales muy desagradables; pero además de todo esto, es importante saber, que en la actualidad, podemos hablar de la existencia de “adultos infantiles”. Éstos son adultos con un comportamiento propio de un niño, sin capacidad empática y de distinción entre lo que está bien y lo que está mal.

Cuando se producen conductas de abuso entre estos adultos, hablamos de mobbing. Es entendido como el acoso moral o psicológico en el trabajo, el hostigamiento hacia una persona o personas en el ámbito laboral, constituido por violencia psicológica, intencionadamente dañino, dirigido a infligir daños en las víctimas y que son sistemáticos, frecuentes y duraderos (Doyle, 2001; Hirigoyen, 2001; Einarsen, 2000; Leymann, 1996).

Las acciones referidas al acoso, por sí solas y de forma aislada, no conforman el mobbing propiamente dicho al no causar daño, por lo que se requiere de la sistematización que Leymann (1996) ha operativizado en una frecuencia de, al menos, una acción semanal, y de una duración superior a los 6 meses.

Los comportamientos constitutivos de acoso en el trabajo, según Leymann, suelen implicar las siguientes 5 dimensiones: Ataques a la posibilidad de comunicarse; ataques en las relaciones sociales; repercusiones en la estima social; ataques sobre la calidad de la situación profesional y de la vida; y ataques a la salud.

¿Cómo podemos identificarlos? Para saber si estamos ante una situación de acoso laboral, podemos intentar responder a preguntas como, ¿mis compañeros evitan hablar conmigo? ¿Critican mi vida privada? ¿He recibido amenazas por escrito? ¿Te han trasladado a un lugar de trabajo alejado de tus compañeros? ¿Han difundido rumores falsos sobre ti? ¿Te dicen que estás loco/a? ¿Te imitan la forma de andar? ¿Te atacan por tu orientación política o religiosa? ¿Te asignan trabajos absurdos? ¿Te obligan a realizar trabajos perjudiciales para la salud?... etc.

Si la respuesta a estas preguntas es un sí, entonces debes plantearte tu situación laboral, sin ninguna duda. No hay que olvidar que, tal y como afirman Niedl y Leymann, las estrategias de acoso no son universales sino que están condicionadas por el contexto sociocultural u ocupacional.

Por otra parte, la situación de acoso puede generar múltiples consecuencias en las victimas, aunque dichas consecuencias dependerán de la vulnerabilidad de cada persona, del tiempo de acoso sufrido y del tipo de acoso.

Aun así, las consecuencias más habituales son deterioro de la autoestima y de la confianza en sí mismo, en cuanto a sus capacidades personales y profesionales, desarrollo del sentimiento de culpa, por lo que la persona piensa en los errores que pudo cometer para que le sucediera el caso de acoso, insomnio, fatiga, dificultad de concentración, síntomas de ansiedad y depresión, sueños recurrentes de la situación de acoso y sentimientos de impotencia y frustración.

Cuanto más se prolongue la situación de acoso, más duraderos y graves serán los síntomas. Podemos encontrarnos con personas que llegan a sufrir cuadros depresivos graves, trastornos paranoides, trastornos adaptativos mixtos y trastornos de estrés postraumáticos. Dichos trastornos provocan un impedimento para que la persona desarrolle una vida adaptada, saludable y equilibrada.

Hay que tener en cuenta que las personas que rodean esta situación aunque crean que no forman parte de ese acoso, su silencio es claramente sentencioso.



Análisis elaborado por Paloma López & Rocío Gavilán, del gabinete 'Psicología Velázquez'

Calle Velázquez 53, Madrid - 650541532
www.psicologiavelazquez.com


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