Con la llegada del verano, las ganas de usar las vacaciones para viajar y aprovechar para conocer lugares a los que no se puede acceder durante el resto del año se acrecienta. Preparar las vacaciones soñadas puede ser un reto, pero si sumamos a la ecuación las mascotas, el desafío es mayor.
Muchas familias se niegan a dejar a sus miembros peludos al cargo de otras personas, por lo que buscan alternativas para poder viajar con ellos y que estos disfruten también de las vacaciones junto a sus dueños.
Ana Ramírez, directora técnica veterinaria de KIVET, señala que “es muy importante a la hora de viajar con nuestros fieles compañeros, priorizar su bienestar y seguridad en todo momento. Hay que tener en cuenta que se va a sacar al animal de su zona habitual de confort, lo que puede generar alguna situación de estrés o desconocimiento a nuestro peludo. Ante cualquier duda, podremos consultar a expertos en el mundo animal que puedan asesorarnos en lo más adecuado para cada uno”.
Viajes en coche o tren
Para ambos medios de transporte, lo más recomendable es el uso del transportín, tanto por la seguridad del animal como por la obligatoriedad en muchos casos. Es importante que la mascota esté familiarizada con este objeto, lo que hará el viaje mucho más liviano.
Para ello, antes del viaje, se puede dejar el transportín abierto con premios como juguetes o chuches dentro y que el animal entre a por ello y se acostumbre poco a poco a ese espacio y lo vea como un sitio seguro. Además de adecuarlo al peso y tamaño, “lo más importante es que permita siempre una buena ventilación y sujección del animal”, explica Ramírez.
Si el viaje elegido es por tren, los AVE, larga distancia, media distancia y Avant de Renfe admiten mascotas -perros, gatos, hurones, hámsteres, cobayas, conejos y aves no de corral- de hasta diez kilos que viajen en su jaula o transportín, de medidas máximas de 60 x 35 x 35 centímetros. Siempre deben viajar con su propio billete de mascota y no ocupar plaza. Solo puede ir una mascota por persona.
Asimismo, determinados trenes AVE que realizan los trayectos desde Madrid a Alicante, Barcelona, Málaga, Valencia y Zaragoza, y viceversa, admiten perros de hasta 40 kilos. El máximo es de un perro grande por persona -dos perros grandes por tren en un único coche-, que viajará en el asiento contiguo sin transportín, atado a una correa de 1,5 metros no extensible y con bozal para caminar por la estación o durante el embarque y desembarque del tren.
Esta opción es exclusiva para billetes Elige Estándar, y se puede adquirir online hasta 24 horas antes de la salida del tren, añadiendo el extra (35 euros) en el momento de la compra del billete. No es posible elegir asiento, ya que las plazas para perros de hasta 40 kilos están ya asignadas en cada tren.
En cualquier caso, se recomienda llevar a cabo trayectos cortos con los animales y, en caso de que sean largos, lo aconsejable es hacer paradas para que puedan mover sus patas, hidratarse o hacer sus necesidades.
Trayectos en avión o barco
Los viajes con animales en avión o barco entrañan más complejidades y es esencial tener en cuenta aspectos como los pasaportes de las mascotas, microchips, vacunas y el peso del animal.
Asimismo, es importante tener a mano medicación para el mareo y los nervios por si acaso; bozales, snacks, juguetes, paños o mantas, arnés y correa para cuando se deban usar, y ponerles pañales si el viaje es muy largo.
En los aviones se tiene bastante en cuenta el tamaño del animal. Si son perros grandes de asistencia pueden viajar en cabina; de lo contrario, lo usual es que vayan en bodega. Los animales de compañía que pesen ocho kilos, incluyendo el transportín, pueden viajar con sus dueños. El transportín debe ser resistente, impermeable, seguro y adaptado al tamaño del animal.
Viajar con mascotas en barco es más complicado, ya que los cruceros, en general, no suelen admitir animales de compañía. Para otros trayectos en barco sí hay más opciones. Se pide que lleven bozal, viajen en cubierta en lugares protegidos de la lluvia y el frío, y se permite a sus dueños hacerles compañía una vez en trayectos de cuatro horas, y dos veces en trayectos más largos. Hay algunas compañías que cuentan con veterinarios a bordo.
Según Ramírez, “además, conviene señalar que, una vez en el destino, puede darse la posibilidad de que algunos servicios de transporte como taxis o servicios de aplicaciones no admiten transportar mascotas. En esos casos, ayudará reservar previamente el traslado o informar a la entidad de la presencia de un animal”.
“Es aconsejable ponerse en contacto previamente con los operadores del viaje, incluso antes de comprar los billetes o reservar alojamientos, asegurando primero todos los requisitos y posibilidades que puede tener nuestro animal de compañía para tener un viaje sin complicaciones”, concluye la experta animal.
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