El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mantenido su previsión de crecimiento para España este año en el 2,5%, la mayor tasa entre las economías avanzadas y por encima de la media de la eurozona.
Esta última ha sido revisada 2 décimas al alza, hasta el 1%, debido al "sólido resultado del producto interior bruto" (PIB) de Irlanda en el primer trimestre.
El informe publicado este martes actualiza sus estimaciones también para el 2026, pero en este caso tampoco ha reflejado cambios para la economía española: crecerá el 1,8%, igual que en sus anteriores cálculos.
Por último, las perspectivas de crecimiento mundial mejorarán respecto a las previsiones de la primavera, hasta el 3% este año y al 3,1% para 2026, como consecuencia de unos aranceles más bajos de los anunciados en abril (especialmente entre Estados Unidos y China), el efecto de la concentración del comercio que sucedió a principios de este año por el miedo a una guerra comercial, y por las medidas de expansión fiscal dispuestas en países relevantes. Con todo, el nivel sigue por debajo del promedio histórico prepandemia (3,7%).
La eurozona crece por el impulso de las exportaciones de Irlanda
El crecimiento medio de la eurozona mejorará este año 2 décimas respecto a lo esperado en primavera, hasta el 1%, según el FMI, que calcula que sin el "sólido" impulso de Irlanda en el primer trimestre de 2025, la revisión sería solo de 0,1 puntos porcentuales.
La economía irlandesa representa menos del 5% del PIB de la eurozona, pero ha registrado un aumento "históricamente elevado" de las exportaciones farmacéuticas a Estados Unidos, debido al adelanto de pedidos y a la apertura de nuevas instalaciones de producción.
España es de nuevo la economía que más crece entre los países más importantes de la moneda común.
El informe sólo refleja el rendimiento de otros 3: Francia (que se calcula que avanzará un 0,6% este año y un 1% el próximo), Alemania (0,1% y 0,9%) e Italia (0,5% y 0,8%). Estas variaciones no suponen cambios respecto al cálculo de abril, con la excepción de las tasas de Italia y Alemania de 2025.
Para 2026, la previsión de la eurozona se mantiene sin cambios respecto a la del mes de abril, en el 1,2 %, ya que los efectos del adelanto de pedidos se desvanecen y la economía crece en línea con su potencial.
Respecto a su inflación, la media se sitúa en el 2% en 2025 y en el 1,8 % en 2026, ya en el objetivo marcado por el Banco Central Europeo.
El FMI espera que las dinámicas sean más moderadas que en Estados Unidos, debido en parte "a la apreciación de la moneda y a medidas fiscales puntuales".
Revisiones al alza "bastante generalizadas" a nivel mundial
El FMI reconoce que las revisiones al alza para 2025 son "bastante generalizadas" en todo el mundo debido principalmente "al fuerte adelanto de actividad en el comercio internacional, a una tasa arancelaria efectiva mundial más baja de lo asumido en abril y a la mejora en las condiciones financieras globales".
Además, se espera que los compromisos de gasto en defensa tengan un impacto en los próximos años, dado el aumento gradual proyectado hasta alcanzar los niveles objetivo en 2035.
La media se sitúa así en el 3% este año y el 3,1% en 2026, por encima del pronóstico de abril, cuando anticipaba una expansión del PIB mundial del 2,8% en 2025 y del 3% en 2026.
Con todo, la actualización estival del FMI supone una desaceleración del crecimiento global (desde el 3,3% de 2024) y continúa por debajo del promedio histórico prepandemia (3,7%).
Respecto a la amenaza de la guerra comercial, ahora algo desinflada, el informe recoge que la tasa arancelaria efectiva de Estados Unidos subyacente es del 17,3% ahora, en comparación con el 24,4% del pronóstico de abril. En el resto del mundo es del 3,5% en esta última proyección frente al 4,1% de la anterior.
Asimismo, si bien se asume que la incertidumbre en torno a la política económica se mantendrá elevada este año y el próximo, el FMI anticipa un estímulo fiscal a corto plazo en las principales economías, como China, Alemania y Estados Unidos.
En el caso estadounidense, se espera que el proyecto presupuestario de Donald Trump aumente el déficit fiscal en aproximadamente 1,5 puntos porcentuales del PIB en 2026, pero que los ingresos arancelarios compensen aproximadamente la mitad del incremento.
A medio plazo, no obstante, cree que los déficits fiscales de Estados Unido serán mayores que los previstos en abril, a pesar de los recortes de gasto y los ingresos arancelarios.