Las 10 mejores canciones de Víctor Jara

Víctor Jara fue la personificación de aquello que puso en su guitarra uno de los primeros cantautores comprometidos de la historia, Woody Guthrie, "esta máquina mata fascistas". La de Jara lo hacía, así que lo primero que hicieron los fascistas, en cuanto estuvieron en el poder, fue matarle a él, claro que no es lo mismo matar ideas reaccionarias que a personas, ni hacerlo con música y letra que con pistolas y ametralladoras. Eso sí, 50 años después del golpe de Estado de Pinochet, que desembocaría en el asesinato de Jara un 16 de septiembre de 1973, (tras varios días de tortura), sus canciones siguen matando ideas fascistas. Aquí van 10 de nuestras favoritas.

Te recuerdo Amanda (1969)

¿Puede una preciosa canción de amor ser también una devastadora canción protesta sobre las horribles condiciones de los obreros de una fábrica? Si tienes el talento que Jara, por supuesto. Una canción universal sobre dos personajes que podrían haber andado en múltiples lugares y tiempos, pero que llevan dos nombres muy específicos, los de los padres de Víctor Jara.

Manifiesto (1973)

La canción que dio nombre a uno de sus primeros discos póstumos, publicado en 1974, definía a la perfección al propio Jara "que el canto tiene sentido cuando palpita en las venas del que morirá cantando las verdades verdaderas, no las lisonjas fugaces, ni las famas extranjeras, sino el canto de una lonja hasta el fondo de la tierra". Esta canción la pudimos escuchar gracias a un periodista sueco que, después de entrevistar a la esposa de Jara, Joan Jara, una semana después del hallazgo del cuerpo del cantante, le propuso sacar sus últimas grabaciones de Chile como parte de su equipo técnico.

Canto Libre (1970)

La canción que dio título a su quinto disco de estudio, publicado en 1970, es un himno sobre la fuerza de la música que, extraño, en el caso de Jara cuenta con una excelente percusión y varios arreglos musicales, además de excelentes voces en armonía provenientes del conjunto Inti-Illimaní.

Luchín (1972)

Perteneciente a uno de sus mejores discos, 'La población', publicado en 1972, esta canción es un bello retrato de un niño desfavorecido que no era una creación de Jara, sino un niño de verdad, uno al que adoptó y creció para convertirse en abogado especializado en defender a los niños. Luis Iribarren Arrieta lo tiene claro: "Apareció en el momento que yo más lo necesitaba. Al principio asumió un rol paterno, que después no pudo continuar, pero me siento muy agradecido de él. Siento que inconscientemente, porque no creo que haya sido de manera intencional, me dejó como tarea continuar con lo que él defendía y con lo que mi propia familia postulaba".

Vientos del Pueblo (1973)

Otra de las canciones que iban a aparecer en el noveno disco de estudio de Jara, 'Tiempos que cambian', pero que este no llegó a ver publicado con vida. Suena absolutamente desgarradora, sobre todo sabiendo el destino que le esperaba: "De nuevo quieren manchar mi tierra con sangre obrera, los que hablan de libertad y tienen las manos negras".

Ni Chicha Ni Limoná (1971)

Una canción que llegó a publicar como sencillo en 1971 y en la que trataba con esa gente capaz de lidiar con Dios y con el Diablo dependiendo de la dirección en la que sople el viento.

Cuando Voy Al Trabajo (1973)

Esta es la canción que el Manuel de 'Te Recuerdo Amanda' podría haber escrito mientras pensaba en esos cinco minutos juntos...

Lo único que tengo (1972)

La canción que abría el maravilloso 'La población', su disco conceptual de 1972 sobre la pobreza de los campamentos y los trabajadores de Chile. No la cantaba él sino Isabel Parra, la hija de Violeta, que aquí desprende una belleza absoluta en la que se puede apreciar el maravilloso acompañamiento a la guitarra de Jara.

Qué lindo es ser voluntario (1972)

Una canción que salió como sencillo en 1972, junto a 'La bala'. Una canción que hizo para incentivar la participación en trabajos voluntarios para resistir huelgas que grupos contrarios a Allende promovieron, pero que siempre me ha parecido la canción que podría haber sonado en el 'Vivir' de Kurosawa, mientras el personaje de Takashi Shimura se bambolea en el columpio del parque que ha ayudado a construir.

El cigarrito (1965)

Al principio Víctor Jara compaginó su labor como director teatral con la música, estando en el grupo folclórico, Cuncumén, pero a mediados de los 60 se enfocó en su carrera como cantautor, sacando el primer sencillos de su carrera en 1965, uno en el que estaban una versión de la canción popular argentina 'La cocinerita' y este 'El cigarrito', de composición propia, en el que ya se podía apreciar su talento melódico, además de esa suave voz que acariciaba los oídos de los que la escuchaban.