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No hubo abuirrimiento en el ruedo ni en los tendidos

San Isidro: Escolar nos trae la emoción del toro/toro y Robleño la del torero lidiador y valiente

San Isidro: Escolar nos trae la emoción del toro/toro y Robleño la del torero lidiador y valiente

jueves 31 de mayo de 2012, 22:38h
Valor de Robleño y capacidad lidiadora versus toros duros y antiguos. Una ecuación en la que nadie se aburrió, como  siempre con los bureles de José Escolar, y en la que el madrileño se justificó plenamente. José María Lázaro, inexperto en estas lides, cumplió, y López Chaves se limitó a quitarse a los de su lote. 
Se fueron las figuras y llegó el toro. No sólo de estampa y presencia, con varios ovacionados de salida, sino por las dificultades de su lidia y por el peligro que desarrollaron estos puros 'albaserrada' que los mandamases del escalafón son incapaces no ya de lidiar, quia, sino de anunciarse con ellos, de tener un gesto de grandeza un día de demostrar que les podrían, de... Dejemos de soñar. Llegaron los bicornes de Escolar y las fatigas para enfrentarlos en el ruedo y el interés e incluso el miedo en los tendidos.

A tal condición de casta, no de bravura, aunque todos cumplieron frente a los pencos, algunos como el quinto con tres varas, hay que echarle por parte de los coletudos sabiduría, experiencia y valor, mucho valor en cantidades industriales. El que arrostra uno de los matadores peor tratados por las empresas, Fernando Robleño, con el cuerpo cosido de los costurones de las cornadas y el alma también, pero de los que pegan los que manipulan el cotarro y el negocio. Da igual, el torero no se asustó y jugándose el tipo límpidamente solventó la papeleta. De inicio ante el segundo, al que veroniqueó ganado terreno en la arena y emoción en los cobardes que nos sentamos en el graderío.

La lidia sobre las piernas


Después lo embarcó en la muleta a la forma antigua que el bicho se merecía, casi resucitando la lidia de hace un siglo, sobre las piernas, antes de la revolución belmontina. Incluso este pequeño gigante le dio las ventajas al bicho de ir a sus terrenos en tablas -entre el 5 y el 6- para extraerle lo poco lúcido y luicido que tenía. En una faena muy del gusto de Las Ventas y que no se entendería en otros cosos. La espada quedó baja y Robleño recogió la única fuerte ovación de la tarde.

El quinto tenía, aparte de unas perchas de impresión, donde podría colgar la ropa un regimiento, un peligro enorme y buscaba siempre el cuerpecillo de Robleño, que bastante hizo con aguantar gañafones y coladas por ambos petacos y matarlo arriba en otra exhibición de pundonor y capacidad. La misma que intentó el estilista José María Lázaro, al que la empresa -con un sentimiento y profesionalidad cero- premió con los 'escolares' la buena imagen que dejó el pasado verano cuando confirmó la alternativa. 

Menos mal que el chaval, muy verde pero muy entregado, le echó arrestos e incluso sacó una serie en redondo del sexto, mientras que con el tercero, el único flojo, nada pudo hacer pese a intentar sacar agua del pozo imposible. No fue la tarde de López Chaves, un punto desanimado y al que le correspondió un lote con exigencias como el resto pero frente al cual no aportó ese valor y capacidad de lucha que otrora tuviera, quedando en el aire la duda de que quizás en las manos de Robleño habrían dado algo más de juego.  Eso sí, la terna, en diverso grado, dio la cara: Otros nos toman el pelo anunciándose con sus 'cuvillitos', 'juanpedritos' y similares bazofias.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de JOSÉ ESCOLAR, serios, cuajados y con el trapío de los 'albaserrada'; desiguales de casta, mansos y con peligro. LÓPEZ CHAVES: silencio; pitos. FERNANDO ROBLEÑO: gran ovación; palmas tras aviso. JOSÉ MARÍA LÁZARO. silencio; silencio. Plaza de Las Ventas, 31 de mayo. 22ª de feria. Tres cuartos de entrada.
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