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Volteretón del salmantino y nulo lucimiento de Rafaelillo y Bolívar.

San Isidro: encastados, exigentes y ovacionados 'cuadris' y percance de Javier Castaño

San Isidro: encastados, exigentes y ovacionados 'cuadris' y percance de Javier Castaño

viernes 01 de junio de 2012, 22:40h
Cuadri no defrauda. Una vez más echó en Las Ventas una corrida seria, honda, con buena nota en el caballo y tan encastada como exigente para los coletudos, uno de los cuales, Castaño, fue atropellado en un descuido sufriendo fortísima conmoción cerebral. Rafaelillo y Bolívar se entregaron, que no es poco. O sí.
Ea, así es a veces el toro de lidia. Al margen de su hondura y volumen, con excepción del tercero, todo el complicado encierro de Cuadri, pedía el carnet de lidiadores valientes a sus coletudos y estos cumplieron en la segunda faceta, la del valor, pero menos en la otra, la de su capacidad para imponer su mando. También es verdad que, tras el serial que llevamos de descastados 'domecqs y núñez' -menos los 'alcurrucenes'- y la fiereza peligrosa de 24 horas antes con los de Escolar, el público se encandiló con los 'cuadris' y tomó partido por ellos.

Con razón, en líneas generales, porque todos galoparon hacia los pencos con espectacularidad y mostrando mayor o menor bravura en diversa gradación cumplieron ante ellos. Listos, correosos y pendientes de todo, sin dejar de ser noblotes, en cuanto había un descuido -como el de Javier Castaño al perderle la cara a su primero cuando se dirigía al burladero, que le costó un volteretón del burel del que quedó sonado- lo acusaban atacando, aunque Rafaelillo y Luis Bolívar se libraron de la cornada.
Torrentera de codicia

O sea que hubo interés aunque no se redondearan faenas lucidas, como las que pedían los del lote de Bolívar, que lo intentó valientemente ante la torrentera de codicia de sus dos enemigos. Pero ora por falta de mando, ora por alguna destemplanaza, ora por no cruzar la línea en la que estaba la cornada y el triunfo, el colombiano sólo dejó alguna serie corta por ambos pitones y algún detalle suelto en remates y adornos, aunque tampoco fue para pitarle.

Como a Rafaelillo ante el pajarraco que era el cuarto, el que desarrolló más sentido y que iba directamente al cuerpecillo -más pequeño que el del bicorne- del murcianico, quien, eso sí, montó un mitin a espadas. Como con el primero, que pese a su mayor nobleza. se paró en la flámula. Sin embargo quedó la sensación de que el último, que mató sustituyendo a Castaño, que se entregaba más, merecía mayor calidad artística.

Y es que el salmantino, que lidió a la perfección con el percal al segundo de la tarde y que apuntaba a faena muletera tuvo el descuido relatado y bastante hizo con pisar terrenos comprometidos y matarlo en estado casi de 'shock' por el tremebundo golpe. Se fue a la enfermería, donde se desmayó y los médicos no sólo le impidieron salir de nuevo como era su intención, sino que lo enviaron -con pronóstico reservado- a pruebas radiológicas de las que no se sabrá resultado hasta este mismo sábado.


FICHA DEL FESTEJO


Toros de HEREDEROS DE CELESTINO CUADRI, con volumen, menos el tercero, aunque desiguales de hechuras. Encastados y complicados, pero con nobleza, excepto el peligroso 4º. RAFAELILLO: silencio Tras aviso; pitos; silencio. JAVIER CASTAÑO: palmas. LUIS BOLÍVAR: silencio; pitos. Plaza de Las Ventas, 1 de junio. 23ª de feria. Casi lleno. 
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