Pedro Ruiz: "Los directivos de las televisiones son muy tontos y con una baja catadura intelectual"

¿Cómo ha transcurrido la gira del espectáculo hasta ahora?

Inmejorable. Empezamos en el cine Callao, que lo transformamos en teatro, creo que fue una epopeya,  con llenos diarios. Luego hemos pasado por Mallorca, La Coruña. Y sigue llamándose "'No estoy muerto, estoy en el Apolo'. En noviembre actuaré en Valencia, luego en Valladolid, donde cambiaré el título. Será "Uno, pequeño y libre". Y en Madrid volveré en enero, para trabajar en el teatro Amaya..
     
¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la reacción del público, o te ha emocionado?
 
Conozco al público desde hace mucho tiempo. Ahora está enfadado, cabreado y aplauden con más fuerza que antes cuando se critica al poder. Ellos saben que mi trayectoria no ha cambiado. Intento dejar patente lo ridículo: nuestra vida está aprisionada por un decorado: el consumo, el Barca o el Madrid, el móvil...La gente quiere burlarse de lo que les mandan y engañan. Antes se reían de buena fe, y ahora de rabia. 
     
¿Un 'show' a la americana?
     
Eso dijeron unos empresarios de USA que vinieron a verme: nunca habían visto un artista con tantos registros .En el escenario hago parodias, salto, canto...Cada 10 minutos cambia el ritmo, por eso a veces me da la sensación de que hago 33 espectáculos en uno...
      
¿Tiene miedo antes de salir al escenario?
       
Miedo no sería la palabra adecuada: yo diría respeto. Antes de salir me pregunto: ¿pero qué hago yo aquí?...Luego, al salir, tiro para adelante y sudo la camiseta. Me merece un profundo respeto todo aquel espectador que ha pagado una entrada para verme.

¿Va a tocar el tema del independentismo?. El ambiente está crispado...

Con distanciamiento. Yo soy catalán, y español (pero ambas cosas por casualidad de nacer en un sitio). No creo en las fronteras ni en las patrias. Carod Rovira me preguntó una vez: "Pedro, ¿y tú  qué opinas de la independencia?. Le contesté: " Creo tanto, que quiero ser incluso hasta independiente de ti..."
     
Testamento, muerte y televisión

Ha sacado un libro: "Testamento". Suena a algo tétrico, triste...
    
No lo hago con sentido pesimista, sólo decido- con valor notarial- las cosas que puedan  decir cuando yo ya no pueda decidir. No me preocupa la muerte, sólo la de mis seres queridos. Creo que es como dormirme y soñar, y eso no me parece mal. En mi epitafio pondrá: "Perdón, gracias y adiós". Perdón  por si no he gustado a alguien; gracias por lo que me han dado,  y adiós como despedida.
     
¿Es cierto que quiere hacer un programa de televisión para emitir una vez muerto?
 
Lo he hablado con productores, y si hay dinero (que iría a instituciones benéficas), lo haría. Yo me tengo mucho respeto a mí, incluso después de muerto (sonríe). Por eso, dispongo una serie de órdenes.

Pasemos a la televisión en serio. ¿Por qué no la hace?

Porque no soy dominable, ni utilizable. Los directivos de las televisiones son muy tontos y tienen una baja catadura intelectual. Los de la pública son conserjes al servicio de los políticos. Ahora hace falta más que nunca un programa de concordia, un espacio nocturno que divierta, con humor, espectáculo. Un espacio de prestigio para entretener a la gente. Dos políticos de ideología opuesta que hablen de un libro. Y más en una televisión pública. Lo que hice, hace ya años, en "Como Pedro por  su casa".
      
Últimamente le han entrevistado en Tele 5
       
Y lo agradezco, porque es una cadena que suelo criticar por su programación (incluido Gran Hermano). También fui a "La Sexta Noche". Lo que no acepto son tertulias ni debates. Condición que pongo: sólo el entrevistador y servidor en el plató.
        
¿Destacaría algún profesional de la tele actual en España?
        
Sin duda alguna Jordi Évole: es el fenómeno de los últimos años... porque no va de nada. Se sumerge en un ambiente, se integra, y con su desparpajo hace las preguntas que la gente quiere escuchar, y le entienden. Sólo le haría falta tocar más temas de la izquierda...

Políticos, España y poesía
      
¿Está harto de los políticos?

Sin duda, algunos hasta  controlan los teatros. A mí nunca me han llamado para actuar en el . Grec, o en el Teatro Español, y ciertos teatros . Depende de quien mande, sé que no los voy a pisar, porque se inventan siempre  algún pretexto
    
¿Le afecta lo que está sucediendo en España? El aumento de la pobreza...
       
Mucho, porque convivo con mis coetáneos .A este país le han asesinado el alma. Y una vez se arregle lo de la economía, quedará una lamentable crisis y destrozo ético, en detrimento del mérito, que será muy complicado arreglar. A este país le falta un mensaje de concordia.
        
¿No siente la tentación de marcharse del país, pudiendo vivir de renta?
        
Podría llegar a hacerlo por algún motivo concreto, por amor...Pero te puedes escapar marchando al Garraf ( donde están esparcidas las cenizas de mi madre, en el mar), apagar la radio y no coger el móvil.
     
 Parece encontrarse en el mejor momento de su vida, ¿no?

Desde el punto de vista intelectual, sin duda.
      
¿Y cómo se definiría?
 
Poeta, pero no poeta de escribir, sino de actitud ante la vida. Me enfrento a las cosas con cierta vanidad, pero con desprendimiento. Y llevo una vida muy discreta.

Dígame, por último, lo que más echa en falta actualmente

En lo personal a mi madre, a mi padre, a mis seres queridos. Y respecto al país, que nos nos inventen un problema nuevo cada día.

La nueva 'niña de Rajoy' es negra

Una vez realizada esta entrevista y con la función ya triunfando, Pedro Ruiz decidió incluir en la obra un nuevo personaje: la modelo senegalesa Aicha Channel Ba (foto 2) interpretando el papel de la Niña negra de Rajoy. Antes del estreno en Barcelona, este papel lo interpretaba la española Laura Bascuñana, quién interrogaba al presidente respecto a cuestiones de actualidad: la crisis, la prima de riesgo o los recortes presupuestarios en sanidad o educación.

Pero, con la incorporación de la modelo negra, Pedro Ruiz ha rehecho el guión  para centrar gran parte del gag en la política de inmigración del Gobierno. Según el autor, "la reacción del público no se ha hecho esperar: enseguida han comprendido la metáfora de Aicha en la obra como representación de la inmigración y cómo el gobierno discrimina a este colectivo en sus políticas sociales".