Llevaban 12 años sin sacar nuevo disco, 16 si nos ponemos puntillosos y nos acordamos que '13' fue el último disco que contó con la participación de Graham Coxon, así que podemos calificar la llegada de este 'The Magic Whip' como todo un acontecimiento discográfico. ¿Responde a las enormes expectativas? Sí, no es el mejor disco de la banda pero tampoco es el menos bueno. Y eso, contando con semejante discografía a las espaldas, ya es un buen aviso.
Puede que en el caso de Blur se notase menos su ausencia que en el caso de otras bandas, R.E.M. por ejemplo, pero es que sus dos mentes creativas, Albarn y Coxon, no han parado desde que la mítica banda británica se separó. En el caso del cantante con el reciente 'Everyday robots' todavía fresco en la memoria. Eso no quita para que los que crecimos con 'Parklife' y 'Blur' no sintiésemos un cosquilleo cuando supimos de la vuelta de los autores de 'Modern life is rubbish'.
Eso sí, las noticias de la grabación de 'The Magic Whip' no hacían presagiar nada bueno. Tras la cancelación de un concierto en Hong Kong el grupo se quedó parado durante cinco días en la ciudad china y decidió grabar un disco. Posteriormente Coxon se puso a trabajar en las maquetas con Stephen Street, el productor de sus primeros discos, y, finalmente, Albarn añadió las letras. Con semejante proceso poco parecía indicar que el disco fuese a sonar como una banda, sino más bien como ideas deslavazadas. Pero con 'Lonesome street', primera canción del disco, llega el primer cosquilleo. Esto suena a los Blur que reinaban en el 'britpop' de mediados de los 90. Puede que no alcance la altura de sus mejores singles pero no quedaría fuera de lugar en 'Parklife' o 'The great escape'.
'New world travers', en cambio, suena muy parecida a las canciones del 'Everyday robots' de Albarn. La siguiente canción, 'Go out', es la que sirvió de carta de presentación del disco y es la más Coxon de todo el disco, las guitarras distorsionadas suenan al disco homónimo de la banda, aquel en el que abrazaban las influencias del 'indie' americano y con la que el guitarrista quiso enterrar definitivamente la 'Union Jack'.
Los mejores momentos llegan cuando la banda vuelve a los estribillos certeros y las ganas de pasárselo bien, sin grandes pretensiones detrás. Canciones como 'I Broadcast', 'Ghost Ship' o la estúpida (e irresistible) 'Ong ong'. Claro que también hay cartas ganadoras entre los medios tiempos, como la ya estrenada 'There are too many of us' o 'My terracotta heart', pero también es donde se encuentran sus canciones menos atractivas.
En definitiva, Blur ha vuelto con un disco que, sin ser excelente, puede mirar sin vergüenza al resto de su discografía. Y eso, en sí mismo, ya es todo un logro.
Si (
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_662289d2938b0.jpg "El fenómeno Taylor Swift: ¿Qué hay detrás de la cantante más popular de nuestro tiempo?")
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