Crítica de la obra de teatro 'Yo soy Hamlet': escucha atenta

Al albaceteño Gabriel Olivares lo conocemos por su prolífica y exitosa carrera de director teatral (El crédito, Burundanga, Me gusta cómo eres, Proyecto Edipo, Gross Indecency…) y de maestro de actores. No lo habíamos visto nunca como actor y aquí, en ‘Yo soy Hamlet’, un texto de Richard James, que también dirige Olivares, debuta sobre las tablas.

Está acompañado en escena por Leo Rivera y, entre ambos –además de actuar, manejan luces y sonido desde el escenario-, construyen una historia, a mitad de camino entre el thriller y la comedia negra, con una representación del Hamlet de Shakespeare como telón de fondo.

En un solo acto y en tiempo real, la fábula discurre entre la aparente ingenuidad de Simón (Leo Rivera), un informático que acaba de llegar a Madrid para trabajar y que, de paso, le gustaría meterse en la compañía de teatro aficionado que dirige Tomás (Gabriel Olivares) que, a última hora y por extrañas e injustificadas circunstancias, se ha quedado sin el actor principal de Hamlet. Todo parece ser una de esas casualidades que dibuja el caprichoso destino que lo mismo levanta una esperanza al tiempo que destruye otra. Pero las apariencias engañan…

Los dos hombres no se conocen y, sin mediar espacios ni tiempos de tanteo mutuo, director y aspirante a protagonista se lanzan a un precipitado juego, el ensayo teatral, que desde el primer momento va descubriendo las limitaciones del aspirante, directamente proporcionales a la desesperación del director. Así transcurre algo menos de una hora de la propuesta, un tiempo excesivo a nuestro entender, que al final le resta agilidad y, por tanto, interés.

El giro y el verdadero conflicto surge en el tercio final de ‘Yo soy Hamlet’, momento en el que el teatro dentro del teatro y la misma vida se funden en un inesperado requiebro que da sentido total a la fábula.

El personaje que encarna Leo Rivera pasa desde la ingenuidad a la implicación con Hamlet, y desde esa transformación a la rabia y la delectación de quién ve al alcance de su mano la materialización de una venganza largamente acariciada. Su oponente, Tomás, -Gabriel Olivares, un director que aquí hace ese personaje pero como actor-, va encogiéndose poco a poco devorado por la fuerza del aspirante a Hamlet que, al final, tiene mucho más en común con el Príncipe de Dinamarca de lo que parecía inicialmente.

Si Gabriel Olivares ha subido al escenario para materializar un capricho, perfecto. Si, por el contrario, aspira a diversificar su trabajo en el teatro, unas veces como director y otras como actor, uno le aconsejaría que se lo pensase dos veces antes de seguir por ese camino.

‘Yo soy Hamlet’

Texto - Richard James

Dirección - Gabriel Olivares

Reparto - Leo Rivera y Gabriel Olivares

Teatro Reina Victoria, Madrid

7 y 21 de marzo; 11 y 25 de abril de 2022