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Crítica de la obra de teatro 'Historia de un jabalí o algo de Ricardo': a la búsqueda del espectador inteligente
(Foto: Felipe Mena)

Crítica de la obra de teatro 'Historia de un jabalí o algo de Ricardo': a la búsqueda del espectador inteligente

viernes 23 de abril de 2021, 11:47h

¡Lástima que un montaje como este sólo pueda quedarse en el escenario del Teatro de la Abadía hasta el próximo domingo! Estoy seguro de que podría representarse durante meses y meses llenando a diario. Hablo de ‘Historia de un jabalí o algo de Ricardo’, del joven dramaturgo, actor y director uruguayo Gabriel Calderón (1982), protagonizado por Joan Carreras, espléndido actor catalán que da una auténtica y deliciosa lección de interpretación durante los 70 minutos de duración de una propuesta en forma de monólogo que él mismo se encarga de destrozar -en el mejor sentido de la palabra-, insuflando vida, emoción, ironía, interés extremo, humor de todos los colores, reflexión y vida a un montón de personajes de todo sexo y condición, empezando por Ricardo III y siguiendo por la propia figura del actor que lo interpreta.

La ambición desmedida, la maldad, la envidia, la soberbia, el desprecio, las ansias de poder, los más bajos instintos, los peores augurios y el resentimiento más perverso unen, poquito a poco, al regio personaje de Shakespeare y al propio actor que está construyendo la fórmula de poder acercársele. Al final, ambos comparten todas esas bajas pasiones humanas, las exponen ante el espectador sin mala conciencia ni tapujos, las ejercen y, de paso, hacen una autocrítica feroz del teatro y de quienes lo hacen posible: actores, directores, autores, equipos artísticos y técnicos y, por supuesto, los espectadores (“¡Lean…, Lean más!”).

La fábula -metateatral y de autoficción al mismo tiempo-, que se propone en el montaje parte de la figura de Ricardo III, el icónico personaje de Shakespeare sobre la figura del malvado rey inglés, a través de un actor que lleva toda la vida haciendo papeles secundarios y que, de pronto, ve en este personaje su gran oportunidad profesional. Y si uno, para mantenerse en el poder, necesita matar, engañar y seducir, el otro –el actor-, no se va a parar tampoco en un quítame a allá esas pajas, para conquistar la gloria. Y si hay que derribar al director, a los compañeros de reparto, si hay que prenderle fuego a la compañía, se hace.

Fascinante la lección de interpretación de Joan Carreras desdoblándose constantemente y sin solución de continuidad en la figura de Ricardo III, el director, Enrique -otro joven actor de la compañía-, la inocente productora, Lady Ana o en la reina Margarita, el propio Joan Carreras … y muchos otros personajes más. Y todo con un pequeño toque de vestuario, un movimiento corporal, un gesto, una mueca imposible, un cambio de registro de voz, de tono, de intencionalidad en la dicción. ¡Una verdadera maravilla!

Verso y prosa, monólogos y confidencias, pensamientos y críticas y autocríticas implacables con todo lo que se mueve dentro y fuera del teatro se suceden en la propuesta a ritmo de vértigo y de una forma sinuosa y embaucadora que envuelven al público de forma inapelable y de principio a fin del montaje.

Texto perfecto, inteligente y delicadamente construido y dirigido por el propio Gabriel Calderón, que ha enmarcado con sencillez y eficacia una espléndida escenografía de Laura Clos (Closca): varios escalones que culminan al fondo con unas tramoyas, permanentemente transitadas por el actor y los personajes a los que representa; minuciosa y poética a la vez la iluminación de Ganecha Gil; minimalista e inspirado vestuario el de Sergi Corbera, y, en fin, bello y afinado espacio sonoro que firma Ramón Ciércoles.

El apodo con el que era conocido el rey Ricardo III, ‘Jabalí’, animal que además era el emblema de su escudo personal, trenza una historia que embelesa, fascina, emociona y divierte al mismo tiempo. Un ejemplo magnífico de lo que es el mejor teatro y que echa por tierra, de una vez por todas, la idea de que un monólogo es sólo una forma barata y sin imaginación de presentar una historia sobre el escenario. Me quito el sombrero ante la hermosísima propuesta de Gabriel Calderón tan magistralmente materializada por Joan Carreras y con la ayuda de un inspiradísimo equipo artístico.

Seguro que en su periplo por los escenarios van a encontrar más de un “espectador inteligente” en su frenética búsqueda. Absolutamente imprescindible.

‘Historia de un jabalí o algo de Ricardo’

Texto y dirección: Gabriel Calderón

Traducción: Joan Sellent

Reparto: Joan Carreras

Escenografía: Laura Clos (Closca)

Espacio sonoro: Ramón Ciércoles

Vestuario: Sergi Corbera

Ayudante de vestuario y caracterización: Núria Llunell

Iluminación: Ganecha Gil

Fotografía: Felipe Mena

Ayudante de dirección: Olivia Basora

Construcción de escenografía: Taller Jorba Miró

Ayudante de escenografía en prácticas: Marta Calderón Gómez

Jefe técnico: Pere Capell

Dirección de producción: Josep Domenech

Jefa de producción: Clàudia Flores

Producción ejecutiva: Luz Ferrero

Distribución y comunicación: Bitò

Agradecimientos: Emili Agustí

Una producción de Temporada Alta 2020 y Grec 2020. Festival de Barcelona

Teatro de La Abadía, Madrid

Hasta el 25 de abril de 2021

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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