Crítica de la obra de teatro 'La distancia - Cápsulas de memoria': el alma herida de todo un pueblo tras el confinamiento

Estado de alarma. Confinamiento. Pandemia. Aún resuenan como balas, como misiles, como heridas, como un mal sueño estas palabras que todos aprendimos, interiorizamos, sufrimos y practicamos durante 98 días de aquel 2020 que todos quisiéramos que ya haya atravesado la línea de la historia para no volver jamás al aquí y al ahora de cuantos los atravesamos. Pero, al tiempo, es necesario recordar, digerir, reflexionar sobre el alcance de esa distopía, de esa guerra no convencional con un enemigo invisible, el covid, ese bichito que parece que surgió en China, aunque no sé si alguna vez llegaremos a saber de verdad si fue de forma natural o desde algún tubo de ensayo.

Dos años largos después, la Cía. Coma 14 Creaciones Escénicas y La Société de la Mouffette han puesto en pie un hermoso proyecto, ‘La distancia – Cápsulas de memoria’, tan difícil de definir como claro en sus propósitos y resultados. Reactivar la memoria, reflexionar sobre el qué, el cómo y las consecuencias para toda la población española que atravesó aquel desierto incierto, amenazante, terrorífico, silencioso, impensable y trágicamente doloroso de los casi cien días de encierro masivo.

Con dirección y videoescena de Tolo Ferrà (1940. Manuscrito encontrado en el olvido), y con dramaturgia de Vera González y Tolo Ferrà, ‘La distancia – Cápsulas de memoria’ es un trabajo multidisciplinar que mezcla varias artes (teatro relacional, artes vivas, instalación artística y tecnología), para acabar construyendo una pieza compuesta por testimonios personales, poesía visual, textos dramáticos, animación audiovisual, literatura, música y palabra e imágenes poéticas, que permiten, en conjunto, revivir aquellos días y hacer una reflexión profunda, dolorosa, removedora y conmovedora a la vez sobre todo lo vivido en aquel extraño, orwelliano, inesperado y duro 2020.

Son seis cápsulas de memoria, de cuatro minutos cada una, reunidas en una pieza audiovisual sobre otros tantos aspectos del confinamiento que el espectador o visitante vive ante un monitor, con unos auriculares y en seis cabinas de cristal -nos vemos, nos sabemos ahí al lado, pero no podemos tocarnos, como entonces…-, rodeadas en el suelo por un fino hilo de luz, y con atención y concentración absolutas. El orden es aleatorio porque, al tiempo, otras cinco personas están en las cabinas restantes. Al final todos habrán recorrido el itinerario completo y las seis historias distópicas y trágicamente estremecedoras volverán a hacer que el espectador se sitúe en aquellos negros días...

Las historias van sobre seis de los muchos aspectos de lo vivido. Supermercado, obra de Rulo Pardo, en el que los productos hablan entre sí, y de forma muy divertida, acerca de la razón y las consecuencias de aquella surrealista fiebre por el papel higiénico. Silenci Blanc de Antonia Vicens evoca poéticamente el silencio entre la nieve y la naturaleza. En La vuelta, de Itziar Pascual, una mesa y una silla dialogan entre sí, inquietas, emocionadas y expectantes ante el regreso a las aulas de la chiquillería y su anhelo y alegría contenidas por el reencuentro con amigos y compañeros. En la ciudad, de Tolo Ferrà y Vera González, se vive la tensión y la zozobra del momento en un edificio cualquiera de una ciudad cualquiera con la hermandad, la preocupación de sus vecinos, los paquetes Amazon que vienen y van, la ropa colgada… Roma vacía de Denise Despeyroux, recrea un viaje por los aires sobre una Roma absolutamente silenciosa y vacía en donde los edificios, inertes, solitarios, decaídos porque nadie los contempla, esperan ansiosos esa normalidad de romanos y turistas rodeándolos y contemplándolos entre extasiados y perplejos, mientras en un hospital se improvisa una UCI en uno de sus pasillos. Y, por último, Tan lejos tan cerca, de Jorge Muriel, quizás la historia más trágica, desgarradora y dolorosa porque se desarrolla en una residencia de ancianos que viven y reviven llenos de miedo y de zozobra el haber podido sobrevivir a una pandemia invisible pero letal para muchos de sus compañeros de vida o de muerte en medio de un incomprensible aislamiento, de un encierro brutal y con un jardín vacío que vanamente espera y desespera sus paseos y sus tertulias.

La experiencia es brutal. El estremecimiento va in crescendo. La memoria se reactiva y, de pronto, el espectador es nuevamente vapuleado por los recuerdos y se hace aún más consciente de que la distancia más corta entre los seres humanos es el abrazo, y la mayor es el olvido. Abrazos a los que no hay que renunciar jamás para tratar de compensar aquellos meses de “distancia de seguridad”, de abrazos rotos o, en el mejor de los casos, por la espalda.

Si la lección que debiéramos haber debido aprender se nos ha grabado a fuego en la piel, algo es algo. Pero mejor no volver a vivir tanta y tan impactante distopía, irrealidad y dolor.

La instalación, la experiencia dirigida por Tolo Ferrà merece un lugar central en museos, teatros, centros culturales o espacios parecidos de toda España. ¡Más que imprescindible!

La distancia - Cápsulas de memoria

Dirección y videoescena: Tolo Ferrà

Dramaturgia: Vera González y Tolo Ferrà

Textos: Antònia Vicens | Silenci blanc; Denise Despeyroux | Roma vacía; Itxiar Pascual | La vuelta; Rulo Pardo | Supermercado; Jorge Muriel | Tan lejos, tan cerca; Vera González y Tolo Ferrà | En la ciudad

Composición musical: Julie Reier | Silenci blanc; Iván Palomares | Roma vacía; Mariano Marín | La vuelta; Iñaki Rubio | Supermercado; Iñaki Rubio | Tan lejos, tan cerca; Antoni M. Mairata | En la ciudad

Escenografía: Amaya Cortaire

Iluminación: Juanjo Llorens

Diseño sonoro: Iñaki Rubio

Zenit The Studio (C/ Cartagena 126, Madrid)

11 de noviembre de 2022