La novela de Alejandro Palomas “La isla del aire”, trasladada de forma maravillosa al teatro con dirección de Mario Gas

La historia arranca de una familia compuesta por mujeres llenas de frustraciones, decepciones, y al mismo tiempo esperanza. La matriarca, y abuela Mencía (Núria Espert) es la madre de Lía (Vicky Peña) y Flavia (Teresa Vallicrosa).La primera se encarga del cuidado de su madre (que va en silla de ruedas), pues la segunda Flavia,al encontrarse convaleciente y llevar muletas, al haberse roto una pierna, no puede atenderla. Aunque su desgracia, más allá de lo físico, es la desaparición hace un año de su hija mayor Elena...Por su parte, la hija de Lía, Bea vive con la abuela. Y ya comenzada la obra surge su otra hermana Inés, que viene de una desilusión sentimental.

La matriarca Mencía es autoritaria, caprichosa y en algunos momentos parece que “se le va la cabeza”, pero ante al naufragio de una familia que parece rota, decide embarcar a las otras cuatro mujeres en un viaje hacia un lugar idílico “La isla del aire”, donde repararán y pondrán en orden su pasado, para emprender otro viaje a la esperanza...Todas ocultan secretos y según su confianza los van desvelando. Es el caso de la inicial conversación entre abuela y nieta, Mencía y Elena, que despierta risas entre el público, por la mezcla entre ironía e ingenuidad. Las cinco mujeres viven sumidas en la pena, y el autor sitúa la acción en Menorca.

Faro

La isla a la que se dirigen, a pesar de los problemas y limitaciones físicas de Mencía, supone la purificación de sus almas, la reconciliación con el pasado. Y el faro que existe en el puerto es la metáfora de esa purificación. El autor sostiene en su novela que depurando el pasado, se puede “pasar página”, y avanzar en la vida ignorando el rencor...Otro de los temas son el silencio y los secretos, que guardamos ante familiares o amigos. Pero sobre todo el duelo, que es lo que describe Palomas en su novela, ante la ausencia de la madre desde hace años, que es insoportable e insustituible para un hijo, y que en la obra se refleja en el sentimiento de Lía, acerca de la desaparición de Elena.

Es una obra oscura y a la vez luminosa (como bien dijo Núria Espert en la presentación), y tiene dosis de humor (aunque a veces el público parece como si se viera forzado a reírse, según le marcan en un guion)…Su personaje consigue que el resto de mujeres de la familia se reencuentren y avancen juntas hacia esa isla con la luz del faro como guía. Como pretende el novelista, el fin de la obra supone el reencuentro entre una madre y su hija.

Obligado es hacer un punto y aparte con Núria Espert que sigue en la batalla del escenario a los 87 años (cumple los 88 en Junio). Ella polarizó los enfervorecidos aplausos tras finalizar la función. Es innegable el mérito que supone estar en activo (por encima de otras consideraciones)...ya pisó por última vez el Romea hace tres años con El Romancero Gitano de Garcia Lorca.Vicky Peña demuestra su maestría, interpretando la desazón del personaje de Lía. Miranda Gas, a pesar de su juventud, se ha convertido en una actriz demandada y solvente.

Y Candela Serrat destaca en su monólogo, cuando se lamenta de una pérdida sentimental...Mario Gas definió a esta obra como “un mixto de novela y texto teatral, algo así como un poema sinfónico...”. Son las vicisitudes de cinco mujeres de tres generaciones. El director cuenta con la inestimable ayuda de Montse Tixé ,y de Mireia Farrarons en la dirección ejecutiva. Destacar la bella atmósfera del mar con sus olas, y el paisaje de la isla con imágenes proyectadas en pantalla, así como el excelente sonido que ha creado Orestes Gas.

“La isla del aire” estará en el Teatro Romea hasta el 18 de Mayo, con funciones de martes a viernes a las 20h; sábados y domingos a las 17.30h. Un espectáculo en español, que dura 1 hora y 20 minutos.