Viajar se ha vuelto un 'must' para la mayoría y el turismo está viviendo su época dorada en casi todo el mundo. Los vuelos ya no son algo exclusivamente para ricos y hay opciones para todos los bolsillos.
Habrá quien no le importe hacer más escalas para ahorrar dinero, los hay que prefieren tardar menos y se gastan más en vuelos directos, otros reservan con meses de antelación...etc.
Hay casi tantas formas de viajar como personas en el mundo. Pero lo que la mayoría tiene en común es que siempre que se pueda, prefieren ahorrar algo en los vuelos. Cada vez hay más compañías y la competencia beneficia al abanico de precios, aunque hay destinos a los que es casi imposible ir sin desembolsar bastante. Ya sea por la distancia o por las pocas compañías que vuelen.
Pero hay una práctica que se ha puesto de moda y puede ahorrar bastante en muchos trayectos: el skiplagging.
Qué es el skiplagging y por qué entraña riesgos
El skiplagging consiste en comprar un billete en el que la escala sea en realidad el destino final al que queremos ir.
Se conoce también como 'ciudad oculta' o 'billete de usar y tirar'. De esta forma, al haber escala, los precios pueden verse notablemente reducidos.
Por ejemplo, querer viajar desde Madrid a Nueva York pero en vez de hacerlo de forma directa, se elige un vuelo con otro destino pero que haga escala en Nueva York. Al llegar allí, no se coge el siguiente vuelo. Una práctica que puede ahorrar un 20% e incluso más del precio de volar directo.
Parece un truco infalible, pero como han advertido desde el sector de la aviación, si las compañías se dan cuenta, pueden prohibir al pasajero volar con ellos para siempre. Y muchas en la actualidad son de código compartido, por lo que se negaría el viaje en más de una aerolínea.
Anulación del billete de vuelta
Otro riesgo es que, se den cuenta o no de la trampa, se puede perder el billete de vuelta y entonces haya que comprar otro. Lo que hará que el desembolso sea aún mayor.
Si un pasajero no coge el vuelo de conexión (la escala que tenía programada), la compañía puede anular su billete de vuelta, por lo que cuando el viajero vaya a regresar, podría no tener asiento.
Además, si se viaja con equipaje, este sí viajará al destino final, por lo que al bajar en la escala se haría sin la maleta facturada, que llegaría al aeropuerto del destino final.
En estos casos, si se arriesga uno a esta práctica, debe hacerlo viajando con equipaje de mano y no sacar billete de vuelta en la misma reserva, si no hacer otra diferente.
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