Después del éxito obtenido con su anterior disco y gira de 2024, el titulado 'Rainmaker' (Nardis/Bonsaï Music), Ben regresa este 2025 con un nuevo CD titulado: 'Are we there yet' (¿Hemos llegado ya?). Otro gran álbum en directo grabado en la sala/club Sunside de París. Co sus mejores temas, anécdotas y/o improvisaciones con grandes músicos como el propio Ben y su hijo, además de Billy Peterson al bajo acústico, Max Darmon al bajo eléctrico y las voces, Rick Margitza al saxo, Romain Rousouliere a la guitarra y Moses Patrou a la percusión y las voces. En este doblete en el Central, los Sidran tendrán a su lado a Tom Warburton en el contrabajo y Bill McHenry en el saxo.
El propio Ben explica que la mayoría de los músicos en activo te dirán que nunca llegas a conocer de verdad una canción hasta que la has tocado en directo. La canción se revela, y cuanto más la tocas, más se despliega. Elementos que en su día parecían esenciales pueden desvanecerse, mientras surgen nuevos enfoques. La pregunta, entonces, es: ¿cuándo alcanza una canción su máxima expresión? El repertorio de un artista entra y sale inevitablemente de la rotación, y el arte de grabar un disco en directo consiste en captar el momento en que las canciones han madurado, cuando están en su punto justo.
Y con Ben esto representa un reto particular porque sus canciones están en constante evolución, transformándose en tiempo real. A menudo repite una frase que le gusta: "La cuestión no es si puedes pisar dos veces el mismo río, sino si puedes pisarlo una sola vez". En 55 años de carrera y más de 40 discos, el repertorio en directo de Ben ha sido una colección fluida de canciones e historias. Sus conciertos son míticos por su mezcla de swing, groove y filosofía improvisada, siempre impregnados de humor y sabiduría callejera.
El primer rapero existencial del rap
Quizá por eso le han llamado "el punto medio entre Jack Kerouac y Bob Dorough" (Jazz Times), "el primer rapero existencial del jazz" (The Times of London), y "la voz de su generación" (Downbeat Magazine). Las grabaciones en directo han marcado momentos clave en su discografía. Su celebrado disco Live at Montreux, grabado a finales de los 70 con una banda estelar, marcó el cierre de su etapa con las grandes discográficas. Una década después, On The Live Side, grabado en Minneapolis -una ciudad donde encontró tanto un público entregado como una cantera de músicos- lo mostró como líder de banda, narrador y maestro de ceremonias.
En los 90 llegaron dos discos importantes: Live at the Celebrity Lounge (grabado en su ciudad natal, Madison, WI, y con la participación de amigos y familiares, yo incluido) y The Concert for García Lorca en Granada, España, donde combinó la historia, filosofía y swing junto a músicos españoles. Para Ben, el lugar donde uno está es tan importante como lo que hace. Durante los últimos 25 años ha hecho peregrinaciones anuales a Europa, encontrando un público especialmente receptivo en España y Francia.
A principios de los 2000 grabó varios discos en directo en sus viajes: Live à FIP en París con su cuarteto habitual, Dylan Different: Live at the New Morning con una banda europea, y Cien Noches, un disco de órgano grabado en el Café Central de Madrid. Cada uno de estos discos captura no solo cómo tocaba en ese momento, sino también lo que tenía que decir. En la última década ha publicado una serie constante de discos de estudio: Don’t Cry for No Hipster (2013), Blue Camus (2014), Picture Him Happy (2017), Who’s the Old Guy Now (2020) y Rainmaker (2024). Estos álbumes reflejan buena parte de la visión del mundo de Ben, pero sus canciones alcanzan su vida más plena sobre el escenario.
'Un disco francés'
Era el momento de documentar este capítulo en directo. Una de nuestras salas favoritas es el Sunside de París, donde tocamos por primera vez en 1999 y hemos vuelto cada año desde entonces. Hay algo en ese espacio -la mezcla de intelectualismo y groove, la atención profunda del público parisino- que le da a Ben una libertad especial. Su disco de estudio más reciente, Rainmaker, se grabó en París y fue concebido como su disco "francés", así que era natural que París fuera también el lugar para captarlo en directo.
Su hijo Leo añade que "el bajista Billy Peterson ha sido el compañero musical más constante de Ben desde principios de los 80, y los tres (conmigo a la batería) hemos formado un trío estable desde que me gradué de la universidad en 1999 y me uní al circo familiar. El saxofonista Rick Margitza ha sido nuestro "hombre en París" durante casi una década. La incorporación de músicos más jóvenes -Max Darmon al bajo y Romain Bouiges a la guitarra- para el set eléctrico refleja la conexión cada vez más profunda que Ben y yo compartimos con la escena parisina. El percusionista Moses Patrou tiene un don poco común: puede integrarse perfectamente o desaparecer por completo, según lo requiera el momento".
En cuanto al repertorio, las canciones de Rainmaker -"Are We There Yet", "Rainmaker", "Victime de la Mode", "Times Getting Tougher", "Panda" y "Someday Baby"- conviven con temas de la última década que han seguido evolucionando en directo, como "Don’t Cry for No Hipster", "Take a Little Hit", "Picture Him Happy", "I Might Be Wrong" y "Thank God for the F Train". También se incluye la letra original de Ben para "Drop Me Off in Harlem" de Duke Ellington, documentada aquí por primera vez. Las canciones que nacieron en el estudio se revelan ahora en sus formas más completas en directo, ampliadas y reinventadas en presencia del público.
Espontaneidad y síntesis históricas
Igual que Ben siempre ha creído que la música debe vivirse en el presente, estas interpretaciones capturan una síntesis única de historia, espontaneidad y groove. Are We There Yet es la culminación de dos noches maravillosas sobre el escenario en París, una década de nuevo repertorio, un cuarto de siglo de actuaciones en el Sunside, y 55 años de evolución artística. El título del disco plantea una pregunta cada vez más razonable: ¿Hemos llegado ya? Pero el simple hecho de que este álbum exista ya contiene la respuesta. La música no tiene que ver con llegar, sino con moverse, conversar y descubrir. Y en este momento, en este escenario, estamos exactamente donde debemos estar.
Como dice el refrán, un desfile no es más que una multitud hasta que aparece la banda. Es la música la que da forma al momento, le da un futuro, un sentido.
Grabar esa música es una de esas oportunidades raras de atrapar un rayo en una botella, de transformar el recuerdo en algo significativo, una pieza de historia, una marca en el tiempo: esto es lo que se siente la historia. Antes, los grabadores tenían una luz roja que se encendía cuando la grabación estaba en marcha, y cuando los músicos veían ese brillo sabían que estaban siendo capturados. Grabar era algo serio. Uno tenía que vivir con eso; el pasado se agolpa en el futuro. Hoy ya no hay luz roja, y la tecnología permite que cualquier niño convierta una interacción casual en un documento de su vida. La grabación, en lugar de capturar el acontecimiento, se convierte en el acontecimiento.
Y sin embargo, sigue habiendo algo especial en una grabación musical en directo, en el momento en que aparece la banda y la multitud se convierte en desfile. Para los músicos, ese momento siempre tendrá algo de mágico: la oportunidad de demostrar que estuviste allí, como aquellos primeros humanos que pintaron las paredes de las cuevas de Lascaux. 'Are We There Yet' es lo que se sintió la historia en aquellas noches en el Sunside de París en junio de 2024, cuando la sala se llenó de swing, groove y la discusión de ideas como el existencialismo, los tiempos difíciles y el placer de vivir.