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'Enrique VIII y la Cisma de Inglaterra': La tensión entre el poder y el deseo

'Enrique VIII y la Cisma de Inglaterra': La tensión entre el poder y el deseo

miércoles 08 de abril de 2015, 18:36h

En pleno apogeo de corrupción política en España -una lluvia que no ha cesado de empapar la fibra sensible de los ciudadanos de este país, especialmente en los últimos siete u ocho  años-, llega al Teatro Pavón, sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, esta obra de juventud de Calderón de la Barca, 'Enrique  VIII y la Cisma de Inglaterra'. No hay mejor forma de acallar a quienes aún consideran  que una cosa es lo que sucede sobre un escenario y otra la que se  forja en los parlamentos y en las calles. O esos otros que con mayor necedad, si cabe, pretenden hacernos creer que nada de lo que se escribió hace más de 400 años puede decirnos nada ahora a nosotros, modernos, hipercivilizados y cibernéticos hombres del siglo XXI.

Sobre el poder político, la ambición, la corrupción, la lujuria,... la amoralidad, hay más preguntas y respuestas en este Calderón joven (esta fue la quinta obra que construyó el genial dramaturgo), que en toda la red de redes por mucho que se empeñen en deificarla quienes   creen que el saber está en encontrar un dato en una fracción de segundo -la que tarda el buscador de buscadores en responder a cualquier cosa, por peregrina o certera que sea-, más que en saber formular adecuadamente esas preguntas y cuestionarse   sistemáticamente el interés, la estulticia, el desconocimiento o la sabiduría y la verdad que están dentro de todas las posibles respuestas.    

Shakespeare escribió también sobre el monarca británico, aunque parece que su 'Enrique VIII' no es totalmente suyo, sino obra de varios autores, y tanto el dramaturgo británico como Calderón  cuentan, en esencia, aunque con distintos puntos de vista, la historia del octavo de los Tudor, Enrique, quien propició la ruptura con la Iglesia de Roma y la creación de la corriente anglicana. Y todo porque   aquella se oponía a concederle el divorcio de Catalina.

En la obra de Calderón, cuya adaptación ha realizado José Gabriel López Antuñano, y que ha dirigido Ignacio García, se ha puesto  menor énfasis en los temas teológicos (la defensa del catolicismo frente al anglicanismo), para centrarse en el plano de la responsabilidad política de los gobernantes, en este caso la de Enrique VIII, y la decisión ha sido un acierto colosal porque ha  revitalizado sobre el escenario una cuestión que Calderón escribió ya entrado el XVII (se estrenó en 1627) sobre unos acontecimientos que protagonizó Enrique VIII (1491-1547), un siglo antes, y que, a todas luces, los asuntos planteados en el drama tienen idéntica validez  cuatro siglos después de representados por primera vez en la España de Felipe IV.  

El montaje

El drama calderoniano presenta a un monarca poderoso, Enrique VIII, quien, con la Corona, hereda también a la viuda de su hermano, la reina Catalina, con la que se ve obligado a desposarse. Pero todo cambia cuando conoce a la fascinante, seductora, bella y exótica Ana Bolena. Calderón bien pudiera haber puesto en boca del monarca lo que, años más tarde, escribiera Zorrilla en su 'Don Juan Tenorio' en boca de doña Inés (Tu presencia me enajena,/ tus palabras me alucinan, /y tus ojos me fascinan,/ y tu aliento me envenena). En su lucha interna entre su deber como monarca y la obsesión por  conquistar y poseer a Ana Bolena, se inclina por esta última, aunque su locura hiciera que, finalmente, el monarca propiciase que su amante terminase sus días en el patíbulo.

Sobre la escena, un estupendo Sergio Peris-Mencheta como un Enrique VIII frágil, quebradizo, dependiente y sutil; Pepa Pedroche  encarna a Catalina de Aragón, que llena de dignidad y fuerza a su personaje; Mamen Camacho es una Ana Bolena tan seductora como ambiciosa; Joaquín Notario es el codicioso cardenal Volseo; Sergio Otegui, el embajador de Francia, enamorado de Ana; Chema de Miguel, Tomás Boleno, su padre; Emilio Gavira interpreta a un   genial Pasquín, un bufón de equívoca apariencia cuyas palabras  osadas esconden un análisis certero del monarca y su entorno; Natalia Huarte es la infanta María. Y, por último, las damas de compañía de la reina Catalina son María José Alfonso (el aya Margarita Polo) y Anabel Maurín (Juana Semeyra). Tanto el verso de Calderón, como la cadencia en su dicción por la totalidad de los  intérpretes es espléndida.  

La escenografía (Mambo Decorados, Sfumato y May), simple, austera, mínima, es de una belleza y una contundencia inapelables (los paneles de madera estampados, el gran espejo que desciende sobre el escenario y las vidrieras del salón del trono impregnan de una gran elegancia el escenario). La luz que ha hecho posible Paco Ariza, parece sacada de los cuadros de Zurbarán; el refinadísimo  trabajo de vestuario de Pedro Moreno (con esos preciosos colores en todos los trajes); y la música, interpretada en directo por Anna Margules y Trudy Grimbergen (flauta de pico) y Calia Álvarez (viola de gamba), inspirada en las composiciones del siglo de Calderón y del propio Enrique VIII, es de una delicadeza y una sonoridad   celestiales.

Este 'Enrique VIII y la Cisma de Inglaterra' que ha puesto en pie el CTNC supone un colosal colofón a una temporada de  grandes montajes  extraordinarios que serán difícilmente superables en las venideras.  Encantados pueden estar en Almagro porque esta pieza será la encargada de inaugurar este verano el Festival de Teatro Clásico de  la ciudad manchega.

'Enrique VIII y la Cisma de Inglaterra', de Calderón de la Barca (Teatro Pavón, de Madrid, Embajadores, 9).

Dirección: Ignacio García.

Adaptación: José Gabriel López Antuñano.

Hasta el 26 de abril.

https://www.youtube.com/watch?v=zafm90EO1n4

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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