Crítica de la obra de teatro 'Supernormales': personas con discapacidad, sexualidad y teatro

La Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán acoge estos días un montaje inusual sobre un asunto aún más infrecuente, dentro y fuera de las tablas, la sexualidad de las personas con algún tipo de discapacidad funcional. Lo hace a través de ‘Supernormales’, un texto singular sobre el tema, que ha escrito Esther F. Carrodeguas –también autora de Las dos en punto, entrañable montaje que pudimos ver en Naves del Español hace bien poco-, dirigido por Iñaki Rikarte con indudable eficacia dramática. Partiendo de situaciones a menudo esperpénticas, y colocando al espectador en primera fila frente a ellas a través del camino marcado por el humor negro, le obliga a plantearse cómo afrontar el deseo, la pulsión sexual de estas personas, una cuestión que la sociedad les ha negado sin razón alguna desde tiempos inmemoriales.

En escena actores profesionales junto a personas con distintas capacidades y discapacidades: José Manuel Blanco, Carlota Gaviño, Emilio Gavira, Natalia Huarte, Jorge Kent, Mónica Lamberti, Anna Marchessi, Marcos Mayo, Inma Nieto e Irene Serrano. Y todos juntos dibujando situaciones jocosas, divertidas, vergonzantes, incómodas, emocionantes, violentas o incomprensibles. De todo hay en la viña de las personas que, por una u otra causa, no han crecido, tienen parálisis cerebral, no oyen o no ven, pongamos por caso.

Para empezar -y este es un sentimiento más que generalizado entre el público asistente-, ¿por qué crea una cierta incomodidad tratar este tema abiertamente? Desde el punto de vista de la pulsión sexual, todos estamos tocados por ella, independientemente de nuestro sexo, edad, situación social, económica o intelectual. Ellas, las personas con algún tipo de discapacidad no constituyen ninguna excepción a esa regla. Es verdad que la manifiestan de forma distinta, pero existir, existe, y en la misma proporción e intensidad que en las personas cuya discapacidad no es tan evidente.

Espléndido el trabajo actoral que amalgama a profesionales y no profesionales de la escena con una limpieza y una espontaneidad tan infrecuentes como el tema que se aborda. Imposible señalar a nadie porque todos ellos están impecables.

Funcional, limpia y elegante la escenografía de Mónica Boromello; sugerente la iluminación de Felipe Ramos; descriptiva y emocionante la música y el espacio sonoro de Luis Miguel Cobo, y actual y lucido el vestuario de Ikerne Giménez.

La autora de ‘Supernormales’ irrumpe también en medio de la propuesta como un personaje más para subrayar su naturaleza polémica e incluir puntos de vista absolutamente contradictorios, justamente los que convergen en asuntos tan espinosos como el tratado aquí. Quizás el mayor sea ese de introducir la figura del “asistente sexual” como camino, unas veces intermedio y otras exclusivo, de satisfacción de las necesidades en este campo de las personas con ciertas discapacidades. ¿Es esa una actividad profesional como pudiera ser la fisioterapia o la terapia ocupacional, por ejemplo? O, por el contrario, ¿entra más dentro del campo de la prostitución? Son preguntas de difícil respuesta para las que, además, se pueden buscar argumentos encontrados…

Pero si una de las funciones del teatro es la de subrayar y poner sobre el tapete social ciertas cuestiones que, por una u otra causa, no es políticamente correcto abordarlos sin tapujos, ‘Supernormales’ es, desde luego, una obra, una propuesta, ejemplar porque aquí la polémica está servida. Y está muy bien que así sea. Independientemente de las risas o sonrisas –muchas veces nerviosas-, que pueda provocar el espectáculo. Tan interesante como necesario.

‘Supernormales’

Texto: Esther F. Carrodeguas

Dirección: Iñaki Rikarte

Reparto: José Manuel Blanco, Carlota Gaviño, Emilio Gavira, Natalia Huarte, Jorge Kent, Mónica Lamberti, Anna Marchessi, Marcos Mayo, Inma Nieto e Irene Serrano

Escenografía: Mónica Boromello

Vestuario: Ikerne Giménez

Iluminación: Felipe Ramos

Música y espacio sonoro: Luis Miguel Cobo

Ayudante de dirección: Rolando San Martín

Ayudante de escenografía y vestuario: María Abad

Diseño de cartel: Equipo SOPA

Producción: Centro Dramático Nacional

Coaching de interpretación y apoyo en inclusión: Kube Escudero (AMÁS Escena)

Asesora de inclusión: Inés Enciso

Texto escrito en el marco del programa de Residencias Dramáticas del Centro Dramático Nacional durante la temporada 2020-2021

Teatro Valle-Inclán, Madrid

Hasta el 24 de abril de 2022