'Nada ni nadie (Tragicomedia del poder en el fin de los tiempos)': ¡Todos al carajo!

En este tardío comienzo del otoño, entre los días 13 y 27 de octubre y en el teatro López de Ayala, la ciudad de Badajoz celebra la edición 46 de su Festival Internacional de Teatro. Una vez más, el Festival lleva a la ciudad pacense una oportunidad única de ver algunos de los más interesantes montajes de la temporada pasada y presente. En esta edición han sido 15 en total (teatro para adultos y para niños, circo, danza y hasta un espectáculo de calle), cuatro de los cuales son montajes internacionales y otros tantos de compañías extremeñas, dos de ellos estrenos absolutos.

Y de uno de estos últimos vamos a ocuparnos ahora. Se trata de ‘Nada ni nadie’, una “Tragicomedia en el fin de los tiempos”, como subtitula Jesús Lozano, autor e intérprete junto a José Antonio Lucía, de la obra que dirige con tino extremo Jesús Peña, el director de la prestigiosa compañía vallisoletana Corsario Teatro.

Lozano escribió la obra recién iniciada la guerra de Ucrania y la estrena en medio de un nuevo y peligroso recrudecimiento de la situación geopolítica internacional tras los últimos acontecimientos de Oriente Medio después de los horribles atentados de Hamás en Israel y la drástica respuesta israelí a los mismos. Desgraciadamente, este nuevo y aún más endiablado escenario geopolítico ilustra amargamente este ‘Nada ni nadie’, una tragicomedia que nos pone a todos en el centro neurálgico de esta permanente amenaza de expansión de un conflicto nuclear.

La fábula creada por Lozano presenta a dos personajes que, extraña e incomprensiblemente, han sobrevivido a una catástrofe nuclear global. Ambos personajes, Mac (magnífico Jesús Lozano Dorado), ateo sin paliativos, y Pit (formidable también José Antonio Lucía), creyente convencido, que ya se conocían en el pasado y que ahora se dirigen a un búnker situado en pleno desierto del Sahara, intentarán protegerse en él para librarse de la nube tóxica que está a punto de alcanzar también el desierto. Mientras Mat trata de arrancarle la clave de acceso al búnker a Pit con todo tipo de amenazas y coacciones, la relación de poder entre ambos personajes —uno vestido con un sucio traje blanco (Mat), y su compañero (Pit), con otro igualmente repleto de manchas, pero de color negro—, revelará el alma de ambos, su iniquidad, su perversión, el uso y el abuso del poder de los dos supervivientes, que encarnan este grotesco maniqueísmo en que los poderes fácticos intentan colocar constantemente a la opinión pública en todo conflicto, ya sea de carácter político o militar, da lo mismo.

El texto es ácido, corrosivo, inteligente, existencial y profundamente pesimista, aunque salpicado de diversas situaciones cómicas, casi esperpénticas (“¡Amigos para siempre tú y yo…!”), que el director del montaje ha sabido explotar y dosificar en su justa medida para contribuir a aligerar un poco, a distender por momentos la creciente tensión generada en ese conflicto permanente de poder que, incluso en esa tensísima espera, los personajes maximizan en unos angustiosos, desesperantes, desoladores, tristes y torturantes “juegos”.

La inspirada escenografía de Inma Cedeño presenta un búnker situado en medio de la arena del desierto y un par de mochilas con algunos víveres y enseres que los dos ciudadanos han llevado consigo para intentar sobrevivir algún tiempo frente a la distópica catástrofe sobrevenida. Ilumina el espacio Luis Perdiguero (con la asistencia de Juan José Hernández Trigueros), con la sensibilidad y el acierto a que nos tiene acostumbrados. Ecléctico y lleno de contraste el vestuario de los dos personajes, que ha sido creada por María de Melo. Y, en fin, el espacio sonoro —minimalista, inquietante y contundente al mismo tiempo—, lo firma Álvaro Rodríguez Barroso.

Si de la capacidad interpretativa de Jesús Lozano no albergábamos ninguna duda después de su magistral lección en Alfonso X, la última cantiga (https://www.diariocritico.com/teatro/alfonso-x-la-ultima-cantiga-critica), aquí la confirma y con creces. De su oponente en el escenario, José Antonio Lucía, tenemos que hablar en idénticos términos y con idéntica pasión porque verlos enfrentarse en ese duelo de personajes es una auténtica gozada. Y a ambos ha sabido contener o arrojar entre sí y con el mismo tino Jesús Peña, el director de la pieza.

Me parecerá una auténtica injusticia (poética al menos), no poder ver en los próximos meses este montaje en cualquier escenario madrileño, catalán, valenciano, vasco o andaluz, pongamos por caso. Su texto, puesta en escena e interpretación están a la altura de los mejores y la oportunidad y desgraciada actualidad –ya lo hemos dicho al principio–, lo hacen aún más merecedor de una larga vida sobre los escenarios. Al menos hasta que los hombres y mujeres de este viejo planeta acabemos por comprender que entre el blanco y el negro hay un sinfín de matices. “¡Juguemos... juguemos... toda la vida es un juego...Un juego donde no hay nada ni nadie... nada ni nadie... nada ni nadie...!”. Muy, muy interesante.

‘Nada ni nadie (Tragicomedia del poder en el fin de los tiempos)’

Texto: Jesús Lozano

Dirección: Jesús Peña (Teatro Corsario)

Intérpretes: Jesús Lozano y José Antonio Lucia

Diseño de Iluminación: Luis Perdiguero

Asistente de iluminación: Juan José Hernández Trigueros

Espacio sonoro: Álvaro Rodríguez Barroso

Diseño de espacio escénico: Inma Cedeño

Diseño de Vestuario: María de Melo Collection

Realización de escenografía: Talleres El Molino

Vídeo: Visto y no Visto Producciones

Técnico de iluminación y sonido: Nuria Prieto

Fotografía: Jose Bayón

Distribución: Inma Cedeño y Arrasa. Producción & Distribución

Coproducción: María de Melo Producciones y Festival Internacional de Teatro de Badajoz

(Colabora: Ayuntamiento de Almendralejo e IES Santiago Apóstol de Almendralejo)

46º Festival Internacional de Teatro de Badajoz

Teatro López de Ayala, Badajoz

25 de octubre de 2023