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Crítica de la obra de teatro '¡Que salga Aristófanes!': elogio de la disidencia

Crítica de la obra de teatro '¡Que salga Aristófanes!': elogio de la disidencia

miércoles 16 de febrero de 2022, 12:48h

Los Teatros del Canal de Madrid acogen en su Sala Roja la nueva sátira que la ya sexagenaria compañía catalana Els Joglars ((1962-2022) viene paseando hace algún tiempo por teatros de España, ‘¡Que salga Aristófanes!’.

Una longevidad inhabitual en compañías de teatro, y más aún en quién –como es el caso-, ha denunciado valientemente sobre los escenarios, entre muchos otros temas, la dictadura de Franco, los abusos en la Iglesia o en el Ejército, el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol (La torna, Ubu President, El Nacional o Teledeum). Esta vez la diana de los dardos ácidos y socarrones de Joglars está repleta de los nocivos efectos de la corrección política, las redes sociales, y el ejército de ofendidos que una y otras provocan.

Al frente del reparto, y encarnando las figuras de Aristófanes y de un excatedrático de Clásicas de la Complutense cuya carrera académica se ve truncada por la emisión en redes de unos tuits del alumnado contra él, está el actor y director Ramon Fontserè (Torelló, 1956), que rige los caminos artísticos del grupo desde hace una década, tras la salida del mismo del popular y controvertido Albert Boadella.

La acción se sitúa de nuevo en una clínica mental, redenominada ahora por mor de los tiempos en donde la dictadura se esconde detrás del eufemismo y de la corrección política que aquí se denuncia, como moderno “Centro de reeducación psicocultural”. Un lugar al que se acaba llevando a todo aquel individuo cuyas actitudes u opiniones se salen del canon establecido por el poder y la corrección política imperante.

Inspirada en la figura de Aristófanes (el dramaturgo griego creador del género teatral de la sátira y la comedia, señas de identidad de Joglars), ‘¡Que salga Aristófanes!’ reivindica la libertad de expresión en un mundo, el actual, en donde las redes sociales se han convertido en la nueva forma que adopta la vieja Inquisición. Todo ello se hace más que patente en la teórica performance que el excatedrático dirige en el centro de rehabilitación, a caballo entre la época de la Grecia clásica y el mundo actual; el profesor adopta por momentos la identidad de Aristófanes, y los demás miembros del centro se convierten en alumnos, payasos, cupletistas, directora del centro, inspector que acude a calibrar su implantación, el dios Dionisos, el escultor Fidias y otros personajes. Todos ellos están encarnados por los actores Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Xevi Vilà, Alberto Castrillo-Ferrer y Angelo Crotti.

Aquí no queda títere con cabeza y son blanco de las sátiras de los personajes desde la europea Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030 hasta ese neolenguaje artificial, ilógico y lleno de incorrecciones lingüísticas que trata de imponerse desde el Ministerio de Igualdad que rige Irene Montero (“Él, ella, elle…”), desde los nuevos cánones de la resiliencia hasta la neocultura guay y anticolonialista española de la América chavista… Y todo ello se hace unas veces de forma discursiva y otras dramatizada. Ambas consiguen idéntica eficacia entre un público que se ve reconocido desde el primer momento en una comedia que no solo ridiculiza al poder que hace posible esta falsa y correcta democracia, sino también a unos ciudadanos que se acomodan con excesiva facilidad a una realidad impuesta que coarta gravemente su libertad. Els Joglars parecen decirnos que o reaccionamos ya –estamos a tiempo-, o un buen día vamos a descubrir que ya es demasiado tarde para volver las aguas de la libertad a su cauce natural y no al impuesto desde arriba.

Este es el quinto montaje de Ramon Fontserè en sus diez años como director de Els Joglars, tras El coloquio de los perros, Vip, Zenit y Señor Ruiseñor. La marca del humor corrosivo e irreverente sigue siendo la seña de identidad de un grupo, Els Joglars, que sigue animando al personal a practicar -deportivamente o no, eso ya depende de cada uno-, la más frontal y firme disidencia ante cualquier imposición, venga de donde venga.

‘¡Que salga Aristófanes!’

Dramaturgia: Els Joglars

Dirección: Ramon Fontserè

Artistas: Ramón Fontserè, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Xevi Vilà, Alberto Castrillo-Ferrer y Angelo Crotti

Dirección de escena: Alberto Castrillo-Ferrer

Asesora artística: Martina Cabanas

Diseño de iluminación: Bernat Jansà

Diseño de vestuario: Pilar Sáenz

Diseño de espacio sonoro: David Angulo

Dirección técnica: Pere Llach

Escenografía: Anna Tusell

Atrezzo: Pere Llach, Gerard Mas

Confección vestuario: Mª Àngels Pladevall, I.T.A.

Sombrerería: Nina Pawlowsky

Producción ejecutiva: Montserrat Arcarons

Distribución: Els Joglars

Prensa y comunicación: Oriol Camprubí

Fotografía: David Ruano Fotografía y Sílvia Pujols Fotografía

Diseño gráfico: Nyam – Agencia Creativa, Manuel Vicente

Una producción de Els Joglars coproducida con la Comunidad de Madrid (Teatros del Canal) y la Generalitat de Catalunya

Teatros del Canal, Madrid

Hasta el 6 de marzo de 2022

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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