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Cartel de la serie 'Andor'
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Cartel de la serie 'Andor' (Foto: Disney+)

Crítica de la serie 'Andor': mucho más que una precuela de 'Star Wars'

viernes 25 de noviembre de 2022, 08:52h

"A la tiranía le urge tener el control porque es antinatural. La tiranía exige un esfuerzo constante. Se agrieta. Tiene fugas. La autoridad es frágil. La opresión es la máscara del miedo. Recuérdalo."

Confieso que soy una persona a la que le encanta prejuzgar. Hace años, Disney anunciaba varios de sus proyectos Star Wars en forma de serie de televisión y entre ellos se encontraban productos como una temporada epílogo de Clone Wars, una serie sobre Ahsoka Tano, una sobre Boba Fett y una centrada en el mismísimo Obi-Wan Kenobi (con Ewan McGregor y Hayden Christensen retomando sus papeles de la trilogía de precuelas). Algunos nombres grandes, promesa de cameos, fanservice a raudales… Tal vez por eso muchos ignoramos el anuncio de Andor. Mi primera reacción cuando leí que volveríamos a ver al personaje de Cassian Andor fue preguntarme “Pero… ¿usted quién es?” y descartar la serie a proyecto de segunda fila.

Cassian aparece por primera vez en 'Rogue One' (2016), la primera película de la franquicia fuera de la “numerada” Saga Skywalker (si no contamos las películas de los Ewoks de los años 80 o el especial de Navidad…), que narra las aventuras del hasta entonces anónimo grupo de rebeldes que consigue los planos de la Estrella de la Muerte. Cassian Andor (interpretado por Diego Luna) es uno de esos rebeldes. Si bien 'Rogue One' es una película fantástica, no destacó por el carisma de sus personajes y, a priori, Cassian Andor no interesaba a casi nadie.

Felicity Jones y Diego Luna en Rogue One: una historia de Star Wars

Empecé la serie sin demasiado interés y, una vez terminado el tercer episodio (Disney+ subió los tres primeros episodios el mismo día), lo primero que hice fue abrir WhatsApp y escribirle a todos mis amigos “¡Ey, que Andor es buena! O, por lo menos, distinta”. Tras el regular sabor de boca que nos dejaron El Libro de Boba Fett y Obi-Wan Kenobi, nos encontramos con un producto cuidado, que se toma su tiempo en sembrar conflictos, que cuida el desarrollo de sus personajes y les pone en aprietos morales como casi nunca hemos visto en la franquicia. Ya en su momento el creador Tony Gilroy le pidió a su equipo que pensase en Andor como una serie más, no como parte de la gigantesca maquinaria Disney/Star Wars. Y vaya si se nota.

Andor explora la psique del rebelde y le hace preguntarse hasta qué punto está dispuesto a sacrificarse por una rebelión probablemente condenada a fallar. Pero por supuesto que la serie no se va a centrar solo en Cassian. Mon Mothma (esa señora de blanco que salió diez segundos en El Retorno del Jedi. Sí, tú también has tenido que ir a Google a buscarla) y Luthen (Stellan Skarsgard, probablemente la mejor interpretación de la serie) nos conducen a tejemanejes, traiciones, negociaciones, movimientos de dinero en la sombra, matrimonios concertados, dilemas éticos y discursos políticos muy interesantes (volvemos a ver el Senado Galáctico). Nada de esto suena a una Star Wars que comenzó como una película de aventuras para toda la familia (y, de hecho, los más peques de la casa probablemente se aburran con Andor) pero, tras casi medio siglo de Guerra de las Galaxias, agradecemos que se tomen riesgos y la franquicia explore sus infinitas posibilidades.

Aspectos técnicos como la fotografía también han sido muy cuidados

Y tenemos que hablar del Imperio. Como fan de Star Wars que ha visto todas las películas, casi todas las series, que ha jugado a videojuegos de la saga, ha leído novelas (aprovecho aquí para recomendar las novelas de Timothy Zahn sobre el Almirante Thrawn) y comics, puedo escribir sin que me tiemble el pulso que nunca el Imperio ha dado tanto miedo como en Andor. Hasta ahora, en mayor o menor medida, el Imperio funcionaba como entidad malvada y lejana. Con sus villanos, por supuesto, pero comúnmente unidimensionales.

Andor muestra por primera vez la cara más “burocrática” del Imperio, a través de los ojos de Syril y Dedra. Él, un inspector relegado a administrativo. Ella, una teniente convencida de que los ataques al Imperio aparentemente aleatorios siguen un patrón y hay una rebelión en camino. Personajes humanos, con capas, trasfondo, problemas con sus madres, ambiciones profesionales. Fascistas, por supuesto. Está claro quiénes son los villanos pero Andor se molesta en hacerlos interesantes, al igual que a los colaboradores o los sistemas de control. Es la primera vez que Star Wars logra aterrorizarme, y lo ha conseguido en el arco argumental de Narkina-5, donde seremos testigos de cómo funciona el sistema de prisiones del Imperio (el responsable de este arco argumental de tres episodios es Beau Willimon, creador y showrunner de House of Cards).

Andor es, definitivamente, una serie que recomendaría a todo el mundo sean fans o no de Star Wars. Todos los episodios de la primera temporada están ya disponibles en Disney+ y una segunda y última temporada está confirmada para 2024.

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