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Cristina Plazas en un momento de la representación.
Cristina Plazas en un momento de la representación.

'Himmelweg': interesante y profunda obra sobre la manipulación de la realidad a través de los medios de comunicación y las redes

Mayorga es el autor del texto sobre el exterminio de judíos en un campo de concentración

lunes 09 de enero de 2023, 10:17h
En el Teatre Akèmia se representa desde finales de Diciembre la obra “Himmelweg”, que lleva casi veinte años en cartel. Tomando como base el pasado histórico (la visita de un delegado de la Cruz Roja a un campo de concentración) cobra actualidad con la manipulación y tergiversación que, a menudo, recibimos de las redes y los medios de comunicación. En el reparto figuran Cristina Plazas, Guillem Gefaell, Sònia Gardés y Raimón Molins (que es a su vez director del espectáculo).

El principal tema de la obra de Juan Mayorga es el de la violencia, que en este caso no es explícita, sino moral: la que infringe el verdugo, ante pasividad de las victimas, a las que se despoja de la dignidad humana, actuando como autómatas o marionetas. La violencia que surge de la humillación, la aniquilación moral y el cinismo. El relato parte de un comandante nazi, apasionado del teatro que, ante la visita de un delegado de la Cruz Roja, para constatar cómo se vive allí, obliga a los judíos del campo de concentración de de Terezín (que existió en realidad) a representar una farsa, en forma de espectáculo teatral. Este campo era como “un gueto”, y un laboratorio para tergiversar ante el mundo lo que en realidad ocurría. El delegado emite un informe, en el que da el visto bueno a lo que presuntamente ve…

La obra comienza con un largo, y espléndidamente interpretado, monólogo de Cristina Plazas en el que trata de justificar lo que ocurre allí, y a la vez expresa la constatación de que ha sido engañada...En el escenario aparecen personajes que utilizan, en la representación teatral, marionetas, con lo que el director Raimon Molins ha incorporado herramientas digitales. También lo son las pantallas, a través de las cuales el espectador puede ver la cara de Cristina Plazas cuando habla, y el resto de los intérpretes. Todo en un blanco y negro que tiñe de sombrío el ambiente…

Populismos

El texto es actual porque habla de la manipulación y los populismos (tan en boga hoy en día), del pasado a través del presente, con la manipulación de la realidad a través de la tele y las redes, fundamentalmente. También trata del enmascaramiento, puesto que Mayorga sostiene que “el teatro no es lo que hacemos para expresar lo que somos, sino para enmascararlo”. Las marionetas y autómatas que aparecen en la obra simbolizan la destrucción de la dignidad humana. El personaje de Gottfried es el falso alcalde judío del campo del exterminio, y quien se encargar de reclutar a los actores (sólo 100, porque el resto irán a las cámaras de gas) para el comandante Floeck.

La escena de la plaza es fundamental en esa representación-farsa, en la que los “elegidos” sólo verán pospuesto su ingreso en esas horribles cámaras…Es una función para un único espectador: el delegado de la Cruz Roja. El texto es contemporáneo y provocativo, en el que se manifiesta la banalidad del mal. Se utilizan eufemismos como “enfermería” (en lugar de cámaras de gas) y el nombre de Himmelweg (el campo de concentración que da título a la obra) significa, en un alarde de cinismo, “camino hacia el cielo”. En él había un campo de fútbol, sinagoga y colegio. La cultura puede esconder auténticas barbaridades contra las personas.

Una sociedad culta puede esconder los genocidios, y permanecer pasiva ante ellos. El comandante presume ufano de poseer una gran biblioteca, pero al mismo tiempo justifica lo que se practica contra los judíos. Los continuos ensayos para esa obra-farsa, contribuye a convertir a los actores en autómatas y al final acabar insensibles, o mejor pasivos, a la realidad. Se les invita a “sonreír” durante la función, pero apenas lo consiguen...El lenguaje se convierte en otra arma poderosa para esconder la realidad, utilizan palabras que esconden tragedias.

Acabará la obra con un monólogo titulado “Así será el silencio de la paz”. Y es que no hay límites morales donde “todo es posible”. El teatro que se ensaya (podría hablarse de metateatro) es el que utiliza el comandante para justificar las fechorías que cometieron los nazis.El horror de los campos de concentración supera la ficción. Las víctimas son aisladas, desposeídas de su dignidad.

Actual

“Himmelweg” fue representada con el mismo director Raimon Molins, en la sala Atrium (2003), ha sido traducida a 14 idiomas, y cuenta con 33 producciones diferentes. En esta versión de Juan Mayorga, que se representa en un teatro de pequeño aforo y que programa obras de calidad, aparecen actores y marionetas. El director, también es actor al final de la obra. Guillem Geafell, por otro lado, encarna al jefe de la comunidad judía, y es quien ayuda al comandante nazi. Las mentes son moldeadas al servicio del poder. Es una obra actual porque en nuestro tiempo está dominado en muchas ocasiones, por la impostura,la falsificación de la realidad a través de las redes, y la televisión (sólo hay que ver algunos telediarios), al margen de otros medios...

Juan Mayorga es uno de los nombres más importantes del teatro contemporáneo español. Miembro de la RAE y Premio Príncipe de Asturias de las Letras, al margen de innumerables galardones teatrales, como los Premios Max. Su teatro siempre tiene un componente crítico, sin desdeñar el humor (como ocurre en esta obra). Por su parte, Cristina Plazas, actriz valenciana con una larga trayectoria profesional, enlaza este trabajo con su anterior protagonismo en la obra “Paraíso perdido”, que estuvo alrededor de un mes en el Teatro Romea.

“Himmelweg”puede verse en el Akadèmia hasta el 15 de enero: de miércoles a sábado, 20h. Domingos: 18h.

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