La aclamada obra de Florian Zeller “El pare” sobre el olvido a los mayores

La obra, según el propio autor Florian Zeller, es una “farsa trágica”. Rezuma tristeza, impotencia y frustración. Pero al mismo tiempo hay dosis de humor, cariño y ternura. El protagonista es Andreu, un hombre de setenta y seis años, con un carácter “gruñón” y arisco, que ha tenido en el pasado una actividad profesional importante, y poco a poco va teniendo lapsus en su cerebro, en forma de pérdida de memoria y demencia. Se resiste desde el primer momento a ser ayudado, y rechaza distintas cuidadoras que le adjudican. Todo ello lo sufre su entorno, en el que tiene especial importancia su hija Ana (muy bien interpretada, con sutiles matices, por Rosa Renom), en la que recae el peso de la responsabilidad familiar sobre el deterioro paterno. Ella está casada con Pere (Pep Pla) y contratan a una cuidadora, de nombre Laura, que encarna la joven actriz Mireia Illamola.Hay dos personajes que simbolizan la frágil línea entre la realidad y la imaginación de Andreu, y que en el programa de mano se citan como “mujer” y “hombre”: Victoria Pagès y Josep Julien.

El espectador asiste con alerta y sorpresa al viaje del protagonista hacia el olvido, a través de lo que ve, y al mismo tiempo imagina. Es la grandeza y fragilidad de un ser humano, que sufre al comprobar sus habilidades intelectuales disminuidas por el olvido. Andreu empieza a sospechar y desconfiar de sus seres queridos, de su propia mente, y al final no sabe prácticamente quién es... Pierde el reloj, piensa que han movido los muebles de su domicilio, y no sabe si vive en el suyo, o en de algún familiar. Distorsiona la realidad, y su gran tragedia es que se da cuenta que está desapareciendo. Y también la de un hombre al que están borrando del mundo. Ese es otro de los temas que aparecen en la obra: el olvido al que se somete a los mayores, y la valoración en la sociedad actual de las personas, según su capacidad productiva.

Narrativa

El texto de Zeller (que también fue llevado a cine, interpretado por Anthony Hopkins) tiene una construcción teatral muy interesante. El autor sale de las normas habituales de la narrativa, de forma que el espectador ve lo que ocurre a través del punto de vista de Andreu.Un espectáculo que emociona y conmociona, incorporando un humor tierno. El personaje que interpreta José María Pou es, de alguna forma, un niño (que en la fase final reclama la atención o el recuerdo de sus padres). El actor catalán borda magistralmente su papel: domina las pausas, las inflexiones de voz, y hasta los llantos. En gran parte de la obra aparece en pijama. Al acabar la función, un matrimonio comentaba :¡qué bien actúa este hombre!” Pou vuelve (tras su paso por personajes históricos: Cicerón, Sócrates)a interpretar un personaje de la calle, normal, en el que muchos se pueden ver reconocidos (aunque sea a través de la experiencia de personaspróximas).

El resto del reparto, al servicio del principal protagonista, funciona como un engranaje: entrañable Rosa Renom; convincente como siempre Josep Julien (en el papel de cuidador del viejo); efectiva Victoria Pagés(en el papel de enfermera); oportuno Pep Pla, y prometedora Mireia Illamola.La obra desprende un sentimiento de solidaridad y compromiso hacia las personas que pierden sus facultades, y de empatía hacia esos mismos que sufren. Hay crítica hacia un entorno del viejo al que por un lado atienden, y por otro lado olvidan (hasta el punto de que se plantean llevarlo a una residencia de mayores). Un tema que, tal como es tratado, transforma al público, golpea sus convicciones y toca íntimos sentimientos.

“El pare” es al mismo tiempo tragedia y comedia: un trhiller,en definitiva. Se diferencia bastante de la versión cinematográfica, y es indiferente que el espectador haya visto, o no, la película (que por otro lado supuso para Hopkins numerosos premios: la película obtuvo dos Oscars en el 2020, y en los Premios de Cine Europeo se valoró su interpretación). Desde la cabeza del protagonista, se analiza de forma crítica a la gente que lo envuelve: familiares y entorno, que se debaten entre la contradicción del cariño, y un cierto sentimiento de rechazo, al considerarlo un estorbo. Esta obra se estrenó hace diez años en Francia, y en Barcelona la interpretó Héctor Alterio en el 2016.

La escenografía es austera, con una adecuada iluminación, para separar escenas.El espectáculo estará en el escenario del Teatro Romea hasta el 29 de Enero..Y en Junio emprenderá gira por España, en castellano.

Teatro Romea: martes a viernes, 20h. Doble función los sábados (17 y 20h.). Y domingos: 18.30.