El Teatro María Guerrero presenta hasta el 8 de junio una producción propia a partir de la novela ‘Orlando’, de Virginia Woolf, magistralmente dirigida por Marta Pazos con adaptación y dramaturgia conjunta de Gabriel Calderón y la creadora gallega.
Creo que estamos ante la más osada propuesta de Marta Pazos y con un resultado soberbio porque reúne en el espectáculo una amalgama de diferentes lenguajes artísticos y plásticos cuya medidísima y exquisita mezcla termina por presentar ante el público una experiencia que va mucho más allá de lo teatral y que trasciende el tiempo y el espacio. La fábula presenta al personaje de ‘Orlando’ como un joven aristócrata inglés que, a pesar de vivir más de 300 años (sus devaneos comienzan a principios del siglo XVII y terminan en 1928, precisamente la fecha de publicación de la novela de Woolf), sólo envejece aparentemente hasta los 36. Por otra parte, y paralelamente, Orlando un día se transforma de hombre a mujer y de la noche a la mañana.
En escena los estupendos Laia Manzanares (el hermafrodita Orlando), Nao Albet (Shermeldine, el marinero), Jorge Kent (el escritor Nicholas Green), José Juan Rodríguez (el Khan), Alberto Velasco (la reina Isabel I), Abril Zamora (la Narradora, la propia Virginia Woolf), Paco Ochoa (el gracioso Gitano), Mabel Olea, Anna Climent, Alessandra García y Paula Losada. Once artistas que lo mismo declaman, se mueven, bailan con primor todo tipo de danzas cortesanas, andan a caballo, patinan o filosofan con la misma facilidad y donaire.
Y en el aspecto plástico, todos los dioses del Olimpo han concentrado sus apoyos para que hayan resultado ideales la imaginativa escenografía de Blanca Añón, la hermosísima iluminación de Nuno Meira, el preciosísimo vestuario de Agustín Petronio, la bellísima y variada composición musical y espacio sonoro de Hugo Torres, la dinámica —a veces, incluso excelsa—, coreografía de Mabel Olea y, en fin, la minuciosa caracterización de Johny Dean.
Todo sucede en el proscenio del escenario transformado para la ocasión en un amplio salón barroco en dónde domina el color verde en las paredes ricamente decoradas y en las que sus cinco puertas sirven para que los personajes entren y salgan casi por arte de magia ya que todos ellos pululan tanto por el interior del palacio como por sus jardines, y están transitando unas veces por la corte inglesa y otras por la de Constantinopla. Para Marta Pazos ese espacio es «una metáfora del cuerpo. El cuerpo como castillo, el cuerpo como jardín, el cuerpo como laberinto, el cuerpo como un roble, el cuerpo como teatro».
Hablábamos antes del montaje como una experiencia porque realmente lo es. La narración pasa aquí a segundo término porque lo verdaderamente interesante de la pieza es su capacidad para que el espectador se deje mecer por la gran cantidad de imágenes plásticas, símbolos y metáforas y, durante dos horas de función, viaje libremente con su imaginación acompañando al hermafrodita Orlando desde la corte inglesa hasta la turca en un periodo de más de 300 años con la misma normalidad que una espera se nos puede hacer eterna o un mes de entera felicidad discurre con la rapidez de un flash de apenas unos segundos de vida.
Toda esa aventura que Virginia Woolf (1882-1941), basó en gran parte en la vida de su amiga Vita Sackville a través de esta fantasía histórica que es ‘Orlando’ y que constituye a la vez un análisis del sexo, la creatividad y la identidad. A ello, y para llevarla al escenario, la creadora gallega Marta Pazos ha añadido unas dosis inmensas de imaginación y creatividad. Muy, muy interesante.
‘Orlando’

Texto: Virginia Woolf
Adaptación y dramaturgia: Gabriel Calderón y Marta Pazos
Dirección: Marta Pazos
Reparto y colaboración en la creación: Nao Albet, Anna Climent, Alessandra García, Jorge Kent, Paula Losada, Laia Manzanares, Paco Ochoa, Mabel Olea, José Juan Rodríguez, Alberto Velasco y Abril Zamora
Escenografía: Blanca Añón
Iluminación: Nuno Meira
Vestuario: Agustín Petronio
Composición musical y espacio sonoro: Hugo Torres
Coreografía: Mabel Olea
Caracterización: Johny Dean
Ayudante de dirección: Laura Ortega
Ayudante de escenografía: Isi Ponce
Ayudante de iluminación: Paloma Cavilla
Ayudantes de vestuario: Belén Bértola y Ximena Martínez
Ayudante de sonido: Enrique Mingo Rubio
Meritorio de dirección: Analía Irigoyen
Estudiantes en prácticas: Rodrigo Zarricueta (Chile Crea. Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio), Adrián Cumbres (Universidad Antonio de Lebrija) y Maribel Durán (Máster en Teatro y Artes Escénicas UCM)
Realización de escenografía: SCNIK
Modelista: Elizabeth Martínez
Realización de vestuario: Sally Chen, Florencia Gómez y Ricardo Rosas
Ayudantes de realización de vestuario: Bruno Amorín, Belén Bértola, Lucas Bornes, Florencia Clérico, Mateo Cousillas, María Belen Díaz, Camila Ferreira, Melanie Torres e Ines Villarmarzo
Diseño de estampado: Nicolle Saad
Diseño de cartel: Emilio Lorente
Tráiler y fotografía: Bárbara Sánchez Palomero
Producción: Centro Dramático Nacional
Teatro María Guerrero, Madrid
Hasta el 8 de junio de 2025