13/06/2015@12:13:49
El de Felipe VI despojando a su hermana Cristina del título, a todas luces ya inmerecido, de duquesa de Palma, ha sido, sin duda, un gesto. Habra quien quiera verlo como oportunista, olvidando que el oportunismo es la primera célula de cualquier actuación, pública o privada. Sin oportunismos, sin electoralismos, seguiríamos anclados en la era del derecho de pernada. Así que, a nuestro juicio, el ‘gesto’ está lejos de ser aquel ‘rasgo’ que consagró al gran Larra y comenzó a procurar su desgracia. El ‘gesto’ de Felipe VI hacia su hermana, tozuda en renunciar a sus privilegios dinásticos y, por tanto, contumaz a la hora de perjudicar a la institución encabezada primero por su padre, ahora por su hermano, está plenamente justificado: si la aristocracia es el gobierno de los mejores –o debería serlo--, qué duda cabe de que la esposa de Don Iñaki Urdangarín no es merecedora de pertener al que debería ser tan selecto club.