Una joven dramaturga y directora, Alma Vidal, presenta en el madrileñísimo Teatro Pavón hasta mediados de agosto ‘El Dios de la juventud’, una ambiciosa propuesta en torno a la creación dramatúrgica, la vida, la muerte, el amor y las complicadas relaciones familiares y afectivas, y todo en el marco de ese efímero paso por la juventud, esa enfermedad que sólo se cura con el tiempo, como ya saben todos aquellos que la han pasado, incluso ya casi olvidado como es mi caso.
En escena cuatro estupendos actores, Marta Poveda, Antonio Hernández Fimia, Natalia Llorente y Nacho Almeida. Gonzalo (Antonio Hernández Fimia) es un joven escritor que está atravesando una crisis de madurez: le ha dejado su Ex (Natalia Llorente), atraviesa una depresión muy fuerte y, además y por si todo eso fuera poco, no está sabiendo afrontarla. Intenta sin descanso y de forma obsesiva dar forma a lo que él considera va a ser su obra definitiva. En esa obra, Gonzalo narra la vida de Amalia (Marta Poveda), una escritora que, tras escribir lo que ella cree que es su mejor obra, decide suicidarse porque sabe que ya no podrá escribir nada con ese calado. Pero la vida le hace cruzarse en un tren con Mateo (Nacho Almeida), un joven que se enamora perdidamente de ella hasta hacerle quebrar los cimientos de sus convicciones.
No hay una construcción lineal de la historia, sino que aparece fragmentada y mezclando frecuentemente diversas capas del relato, con constantes idas y venidas en el tiempo, y hasta repeticiones de textos enunciados a dos voces por los personajes. Todo ello contribuye a mostrar ese caos en el que está sumido Gonzalo, lo cual configura a ‘El dios de la juventud’ en una especie de comedia existencial al tiempo que una tragedia de humor negro que coloca a los personajes en situaciones cómicas (al menos vistas desde fuera…), aunque ellos las afrontan con verdadera seriedad y trascendencia, es decir, como una verdadera tragedia personal.
Iván López-Ortega ha diseñado escenografía y luz del montaje, que cuenta con la asesoría artística de Yayo Cáceres, música original de Marc Servera, coreografía de Paula Degado, y ayudantía de dirección de Violeta Nêmec.
Sorprende ver la seriedad con que Alma Vidal ha abordado la escritura y la dirección de la pieza que, contracorriente, quiere romper con ese lema del carpe diem que parece haberse adueñado de las existencias de los jóvenes -y menos jóvenes...-, de nuestro tiempo. Un mensaje no de fácil digestión en este infernal julio madrileño que contrasta con la excelente climatización del Pavón, que coloca al espectador en un ambiente fresco y agradable, pero lejos de situarlo en el Polo Norte, como pretenden algunas otras salas de teatro.
‘El Dios de la juventud’
Dramaturgia y dirección: Alma Vidal
Reparto: Marta Poveda, Antonio Hernández Fimia, Natalia Llorente y Nacho Almeida
Escenografía e iluminación: Iván López-Ortega
Asesoría artística: Yayo Cáceres
Ayudante de dirección: Violeta Nêmec
Música original: Marc Servera
Coreografía: Paula Degado
Diseño gráfico: Antonio Hernández Fimia
Diseño de producción: Alma Vidal
Ayudante de Producción: Elena Garay
Fotografía: Jesús Romero de Luque
Prensa: María Díaz
Teatro Pavón, Madrid
Hasta el10 de agosto de 2025