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'El Madrileño': C. Tangana reivindica la canción española sin complejos
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'El Madrileño': C. Tangana reivindica la canción española sin complejos

viernes 26 de febrero de 2021, 12:30h

No ha habido un disco con tanto hype alrededor desde que apareció 'El Mal Querer' de Rosalía hace tres años ya, un disco en el que C Tangana tuvo bastante mano, con crédito en 8 de las 11 canciones, y que algún día, alguien nos tendrá que explicar cuál fue realmente el grado de esa colaboración. Pero lo que está claro es que 'El Madrileño' parte de aquel disco como referencia, si aquello fue una actualización 2.0 del flamenco, se podría considerar a este disco como un viaje desde la canción popular española hasta sus conexiones con América Latina.

No es de extrañar, por tanto, que el disco se abra con 'Demasiadas mujeres' y sus 'samples' de 'El amor' de la banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Rosario de Cádiz y del 'Campanera' de Joselito, el vídeo nos lleva a la España vaciada, a un pueblo rural (Aragoneses en Segovia), a la copla... Es un comienzo fascinante, y es que en esta canción sí que hay una actualización casi perfecta de aquellos sonidos, con un Alizz en estado de gracia (como un Kanye West de Castefa, recordando también a lo que hizo Griffi con Los Chichos en Solo Los Solo) y un Tangana a medio camino entre el canto y el rap. Era uno de los muchos adelantos que ya conocíamos, una de las responsables de que las expectativas estuvieran por lo alto. No en vano Rockdeluxe (junto a 'Tú me dejaste de querer') y Jenesaispop (junto a 'Tú me dejaste de querer' y 'Nunca estoy') la habían elegido como mejor canción del año pasado.



El disco continúa con otro de esos adelantos en los que todos se han puesto de acuerdo, la brillante 'Tú Me Dejaste de Querer', otra canción intachable, seguimos con la tradición española, pero hemos pasado del pueblo a la ciudad, en concreto a la periferia, y hemos dejado atrás los 50 y la copla para meternos en los 70 y en la rumba canalla de Los Chichos y Los Chunguitos. El estribillo de la canción es inmejorable, sobre todo cantado por La Húngara y, al final, por El Niño de Elche. Y es que uno de los grandes problemas de Tangana es que no tiene mucha voz, algo de lo que es plenamente consciente ("Puchito ¿cuál e' la maña?' Sin cantar ni afinar, Mmmm, Pa' que te escuche to'a España"), ya que todo lo que le falta de voz le sobra en agudeza, y por eso ha decidido llenar este disco de colaboraciones. Nuevamente Alizz vuelve a meter otro beat incontestable y Tangana se mete en el personaje de este disco, el macarra arrepentido y con corazoncito. Un papel que le va al pelo para otra canción enorme.



Con 'Comerte entera' tomamos el avión por primera vez, esta vez para irnos a Brasil, con una bossa sensual y sexy, es increíble que Tangana haya conseguido a Toquinho cantando junto a él frases como "no puedo más que pensar, en tu culo al pasar, rebotando". En el estribillo vuelve a brillar la producción de Alizz, dándole la capa siglo XXI necesaria, con un toque de funk/hip hop brasileiro. 'Nunca estoy' vuelve a coger el avión de vuelta... pero se deja a su chica por el camino. La letra está cantada desde el punto de vista de ella, cansada de alguien "enfermo de sí mismo". Musicalmente consigue mezclar a su adorado Drake (no en vano Nineteen85, responsable de la producción de varios éxitos del canadiense, comparte crédito junto a Alizz y el propio Tangana) con Rosario y el Alejandro Sanz de 'Corazón Partío'.

Hay que esperar hasta la quinta canción para escuchar un tema que no hubiera adelantado del disco, se trata de 'Párteme la cara', en la que le acompaña el joven mexicano Ed Maverick, una balada sobre una acústica en la que el Madrileño confiesa "ya me he cansado del primer puesto, ya no quiero ser mejor que el resto, porque todas las cosas que importan se fueron contigo". Una frase que volverá a desatar la locura entre aquellos que quieran ver mensajes de ida y vuelta entre Tangana y Rosalía.

'Ingobernable' vuelve a la rumba y a Europa, en esta ocasión al sur de Francia con los Gypsy Kings autotuneados. A continuación llega uno de los últimos adelantos antes de la aparición del disco, se trata de 'Nominao', junto al uruguayo Jorge Drexler, una gran canción con un puntito R&B y poco más que un gran trabajo de Drexler a la guitarra y un estribillo infalible. Es una de las mejores interpretaciones vocales de Tangana, sabiendo utilizar los limitados recursos de su voz. Eso sí, dentro de un trabajo tan apegado a la tradición queda un poco fuera del ritmo del disco.



La nueva versión de 'Un Veneno' le permite tener a José Feliciano cantando una de las mejores canciones de su carrera, nuevamente junto a Niño de Elche. En esta canción se puede ver el inicio de esta nueva fase en la carrera de C Tangana, con su mezcla de bolero y guitarras aflamencadas, en ese viaje de ida y vuelta entre España y Latinoamérica. En su tiempo ya la puse como una de las mejores canciones del año y me lo sigue pareciendo, si 'Narcos' quisiera sustituir su canción de cabecera (la también maravillosa 'Tuyo' del brasileño Rodrigo Amarante) podría poner perfectamente esta.

'Te olvidaste' comienza casi como un bolero aunque vuelve a tener una capa de moderno R&B, algo que se nota más cuando canta el mexicano Omar Apollo. 'Muriendo de envidia' es, ahora mismo, mi favorita entre las canciones que no había escuchado, se nota que el artista se tiene bien estudiada la lección y juega con los puentes tendidos entre la rumba catalana del Pescaílla y Peret con la música latina y caribeña, todo eso que terminó conociéndose como salsa. La canicón comienza con Elíades Ochoa cantando los inmortales versos que Antonio González le dedicó a su esposa Lola Flores, para pasar a una parte muy Tangana, eso sí con percusiones latinas y flamencas, hasta llegar a un estribillo que es puro Cuba, luego vuelve Ochoa por el Pescaílla (esta vez con un ligero toque de Autotune) hasta que entran los vientos y aquello se convierte en una explosión salsera.



'Cambia!' la sigue de manera perfecta, llevándonos de La Habana (o del Nueva York de Fania) a México, con una especie de corrido con una letra que haría sonreír a José Alfredo: "Que un hombre que no tiene pa gastar, no es hombre, solo un muñeco", le acompañan los mexicanos Carín León y Adriel Favela en otra gran canción. Con 'Cuando Olvidaré' sube la apuesta, tango, bulería o guajira se dan la mano en las estrofas hasta llegar a un estribillo que es puro R&B, por no hablar de un monólogo del cantante de copla Pepe Blanco revindicando la música española, diciendo que Sinatra no podría cantar por Farina o Antonio Molina. La reivindicación de Tangana queda patente.

Y luego llega 'Los tontos', una canción que es puro Veneno: "Tú te has creído que por ser yo bueno, tú puedes ir pisando por donde friego". Kiko está en su salsa y Tangana hace bien en reivindicar a uno de los mayores artistas que han salido de este país en los últimos 50 años, pero también es cierto que es de las canciones en las que menos se arriesga, sonando muy parecida a la fuente original. Por último, el disco se cierra con la canción más polémica, sobre todo por ese "tengo un cohete en el pantalón", que no es sino una referencia a una vieja canción de Calamaro con Los Abuelos de la Nada, 'Mil Horas', en la que (guiño, guiño, codazo, codazo) la referencia no era al órgano masculino, sino al canuto que llevaba en su bolsillo. Eso sí, está bien que dos artistas tan excesivos y macarras como estos terminen el disco con actitud rock y un homenaje a la eterna noche madrileña. Eso sí, musicalmente no es de las mejores del disco, le falta garra y suciedad. Eso sí, sirve de cierre para el disco por ese punto de encuentro en Madrid de distintas culturas, el argentino Calamaro, el uruguayo Drexler, la neoyorquina Paz de la Huerta y el Madrileño en un vídeo que demuestra la importancia de lo audiovisual para Tangana.



Y es que el disco viene acompañado de 13 vídeos para las respectivas canciones, además de contar con otra gran portada a cargo de Iván Floro, una muestra más de hasta que punto ha cuidado hasta el mínimo detalle un artista que sigue reinventándose. Las comparaciones con Rosalía serán inevitables, porque el marketing y la publicidad generada por este disco es similar al que hubo en su día con la artista catalana. Es uno de esos discos compuesto para buscar reconocimiento, una obra de la que Tangana declaraba que "ha necesitado una vida para hacer", por lo que será mirada desde extremos, de revolucionario a patético, pero creo que es un disco que invita a una reflexión más grande, un disco que busca quitarse complejos de encima, un disco que va sobre los muchos estigmas que asolan a la música en español, donde todo lo que tenga que ver con la raíz se mira con desprecio y con epítetos como paleto u hortera. Lo curioso del caso es que aquellos a los que se les llena la boca con el sonido de raíces, con la pureza del blues o el country, ponen una mueca torcida cuando oyen hablar de La Niña de los Peines o Benny Moré.

En eso está muy bien y pasa con buena nota, pero también creo que la fuerza de los primeros adelantos, 'Demasiadas mujeres', 'Tú me dejaste de querer' y 'Nunca estoy' sobre todo, habían puesto las expectativas demasiado altas, y al final esta actualización se queda un poco corta en riesgos. Aun así aquí hay damasiadas buenas canciones, a pesar de algún resbalón, e ideas aquí para que se le pueda considerar como un fracaso. Definitivamente necesita más reposo y ver como sienta tras sucesivas escuchas, por, por ahora, me parece un muy buen disco aunque no tengo muy claro de si es la obra maestra que pretende ser...

Es evidente que Antón Álvarez es un tipo muy listo, comenzó mirando como todos a EEUU, modeló su carrera con Drake como referente pero hace tiempo que se dio cuenta que hay un mundo de música más allá de los países anglosajones, 'El Madrileño' es una especie de continuación del camino iniciado con 'El Mal Querer' solo que está vez Pucho mira a la música hispanoamericana, a la rumba, a la bossa, a la copla, al bolero... Todo ello pasado por el tamiz de producción actual de su inseparable Alizz. Las canciones están ahí y son incontestables, el gran problema sigue siendo la voz, un instrumento que sigue irritando por momentos, pero una vez sobrepuestos uno puede dejarse llevar y disfrutar de un tipo con mucho talento.

Puntuación: 8/10

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