la apasionada y agudísima biografía que Ramón Gómez de la Serna publicó en 1944 sobre la figura de Valle-Inclán ha servido de base para la estupenda adaptación dramatúrgica de Xavier Albertí en forma de monólogo musical, que ha titulado ‘Don Ramón María del Valle-Inclán’, y que interpreta con extremo genio y acierto el gran Pedro Casablanc.
La figura del magnífico actor, acompañado en escena únicamente por Mario Molina al piano, llena el escenario del Teatro Español de Madrid, en un montaje de los que hacen historia viva del teatro. He visto a Casablanc tan lleno de luz , de voz y de genio como en otro monólogo, el que dirigió Juan Carlos Pérez de la Fuente sobre la figura de Torquemada vista por Galdós.
El montaje es divertidísimo, agudo, instructivo y revela aspectos íntimos y públicos de uno de los más importantes renovadores del teatro y la novela en España, Valle-Inclán, así como del ambiente social, político y literario del primer tercio del siglo XX de nuestro país.
La adaptación de Xavier Albertí subraya con rigor e inteligencia los mecanismos creativos del escritor gallego, español y universal; su personalidad arrolladora y su inmenso talento literario, dramático y poético. Pero, al mismo tiempo, el director, dramaturgo y musicólogo catalán traslada al escenario el genio literario de otro creador esencial para entender una buena parte de las vanguardias españolas del siglo XX, Ramón Gómez de la Serna.
A caballo musical de la sonata La tempestad de Beethoven y del cuplé y la zarzuela de la época, Pedro Casablanc navega, acompañado por el estupendo pianista Mario Molina, entre las personalidades de Gómez de la Serna y Valle-Inclán con un gracejo y una soltura antológicos al tiempo que canta o baila con verdadera maestría piezas populares de la época. Entre otras, me hizo especial gracia La Tarántula (de La Zarzuela La Tempranica), cantada por Casablanc enfatizando la sustitución de las eses por zetas, como al parecer hablaba Valle: “La tarántula e un bicho mu malo, / no ze mata con piera ni palo / que juye y ze mete / por tóz loz rincónez / y zon mu malínaz / zuz picazonez. / ¡Ay mare! no zé que tengo, / que ayé pazé po la era / y ha prencipiaíto a entrame / er mal de la temblaera. / ¿Zerá que a mí me ha picao / la tarántula dañina, / y eztoy toitico enfermao / por zu zangre tan endina…?”.
Y es que, efectivamente, tal y como se ha encargado de subrayar Albertí, en la propuesta escénica “la música no tiene una función incidental, sino que intenta conectar con las entrañas del texto. Es un texto escrito con una cierta conciencia físico-acústica que busca una acupuntura acústica, convertir la palabra en música”.
La exquisita luz de Juan Gómez-Cornejo contribuye también decisivamente en la redonda configuración del espectáculo. Un espectáculo, por cierto, igualmente asequible al espectador ocasional como para el asiduo e, incluso, para el erudito literario o musical. Todos saldrán de la Sala Principal del español igualmente sonrientes y satisfechos por haber disfrutado de un magnífico e inusual espectáculo.
Por último, y antes de cerrar esta crítica, sugiero a un director de escena amigo que no deje de pasarse por allí a ver si sigue manteniendo con idéntica vehemencia la postura de que el escenario del más antiguo de los teatros madrileños no es el sitio apropiado para programar monólogos. Estoy seguro de que con este haría una excepción.
‘Don Ramón María del Valle-Inclán’
Dramaturgia y dirección: Xavier Albertí
Con Pedro Casablanc
Pianista: Mario Molina
Selección musical: Xavier Albertí
Diseño de iluminación: Juan Gómez-Cornejo
Ayudante de dirección: Jorge Gonzalo
Una producción de Teatro Español y Bravo Teatro SL
Teatro Español, Madrid
Hasta el 9 de abril de 2023
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-(1).jpg "Crítica de la obra de teatro 'El rey que fue': añoranzas desde el Golfo")
