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Los 100 mejores discos de los años 70 (del 50 al 41)

Los 100 mejores discos de los años 70 (del 50 al 41)

miércoles 28 de septiembre de 2016, 13:08h

Después de repasar los 50 mejores discos de lo que llevamos de década (2010-2014), los 100 mejores discos de los años 60, 80 y 90 llega el momento de repasar los mejores discos de la década más excesiva, para lo bueno y para lo malo, del siglo XX. Los años 70 son la evolución lógica de la anterior década, el rock and roll se convierte en un circo y las estrellas se convierten en actores, la industria mueve ficha y comienza a crear sus propias estrellas, las estrellas de rock pasan de ser proscritos a codearse con la jet set. La década de los 70 es de las más controvertidas pero, a la vez, la más rica que ha dado la música del siglo XX. Fueron diez años en los que la música popular fue capaz de crear algunas de sus mejores páginas y a la vez caer en los peores estereotipos que se la achacan, pero sin duda es el momento en el que la música popular alcanzó su mayoría de edad, Bowie lideró la década y varias revoluciones, Marvin Gaye puso la vista en el ghetto, Neil Young nos convenció de que "el rock and roll está aquí para quedarse" y Bob Marley dio voz al Tercer Mundo. Los 70 tienen muchas más de 100 obras maestras pero éstas son las 100 elegidas.

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50. Al Green - Call me (1973)

A principios de 1973, Al Green era la mayor estrella del espectáculo en EEUU, con más de 10 millones de discos vendidos y cinco discos a sus espaldas, los dos últimos con certificación de clásicos. 'Call me', lanzado en abril de ese año, fue la confirmación de todo, el cierre de su trilogía clásica en el que se concentran todas las virtudes del cantante y su brillante productor, Willie Mitchell, música capaz de derretir el hielo, con una de las voces más sensuales de todos los tiempos, unas orquestaciones de lujo y un grupo de músics de estudio de primer nivel. La canción titular viene firmada por el trío responsable de los mayores éxitos de Green, el propio cantante, Mitchell y Al Jackson, autores de otros clásicos como 'Let's stay together', 'I´m still in love with you', 'Look what you've done to me' o 'You ought to be with me', también presente en este disco. En este clásico del soul también aparecen sus particulares versiones de música country como el 'I´m so lonesome I could cry' de Hank Williams y el 'Funny how time slips away' de Willie Nelson, autores que nunca pensaron que sus canciones podían sonar tan tórridas. Pero no todo son medios tiempos, con 'Here I am' Green saca a relucir su vena más funky y bailable. El cierre con 'Jesus is waiting' se puede ver como profético, teniendo en cuenta que el cantante pasaría a convertirse en el reverendo Al Green en 1977 y dejaría por bastante tiempo la música. Eso sí, Green no puede evitar que más que una llamada del Señor la canción suene como (otra) invitación a las bajas pasiones y altas camas.



49. The Kinks - Lola vs Powerman and the money go round (1970)

Uno de los grandes discos de los Kinks, a la altura de sus obras maestras de los 60, 'Lola vs Powerman and the money go round' ve a Ray Davies y a su hermano Dave reflexionar sobre la industria discográfica y la vida en la carretera. Su punto de vista, como es habitual, es bastante satírico y afilado como se puede comprobar en la tremenda 'Top of the pops', (una canción que musicalmente recuerda a otros clásicos de la banda como 'You really got me', 'All day and all of the night' o 'She's got everything') pero también hay un poso de tristeza y melancolía como se comprueba en 'Strangers', una de las dos canciones del pequeño de los Davies, o 'This time tomorrow' y 'Got to be there' de Ray. Y, además, está 'Lola', la canción que les sirvió para volver a las listas americanas y se puede considerar el tercer clásico absoluto de la banda, junto a 'You really got me' y 'Waterloo sunset'.



48. Gram Parsons - Grievous angel (1974)

Gram Parsons era un hippie de pelos largos, un hijo de los sesenta y del espíritu del rock and roll pero, musicalmente, era puro country. Su figura ha hecho más que ninguna otra por acercar a otros públicos a esta música. Si la puerta de entrada al jazz para el público rock es el 'Kind of blue' de Miles Davis, la entrada al country se suele hacer a través de Parsons pero eso no quita para que la comunidad de Nashville nunca le aceptase ni le viera como uno de los suyos. Tras sacar uno de los primeros discos a los que se puede calificar como country rock junto a su banda The International Submarine Band, fue fichado por los Byrds y dio al género su primera obra maestra, 'Sweetheart of the rodeo', luego formó The Flying Burrito Brothers junto a Chris Hillman y sacó su disco definitivo, 'The gilded palace of sin', luego comenzó a codearse con los Rolling Stones, en especial con Keith Richards y adaptó el modo de vida de una 'rock star', de vuelta a los EEUU Hillman le llevó a escuchar a Emmylou Harris y en ella encontró su complemento perfecto. Tras lograr un contrato para grabar su primer disco, fichó con su propio dinero a parte de la banda de Elvis Presley en Las Vegas, incluído el mismísimo James Burton. Juntos grabaron 'GP', publicado en 1973, y este 'Grievous angel' que terminó convirtiéndose en su canto de cisne. Aquí se incluyen alguna de sus mejores canciones como 'The return of the grievous angel', 'Brass Buttons', '$1000 Wedding' y una nueva lectura de su clásico 'Hickory wind', además de las versiones de 'Hearts on Fire' o 'Love hurts' que son dos claras candidatas como mejor dueto en la historia de la música, con Gram y Emmylou consumando cantando la relación que nunca llegaron a tener, y es que pocos días antes de la salida de este disco Parsons falleció de una sobredosis en el desierto de Joshua Tree. La portada iba a ser una imagen de ellos dos e iba a estar acreditado a 'Gram Parsons con Emmylou Harris'. Al final la viuda de Parsons, a la que iba a pedir los papeles del divorcio, cambió la portada y hasta el título, el disco se iba a llamar 'Sleepless nights', pero no pudo hacer nada para restar un ápice de fuerza a su intensa música como se puede comprobar en el final con 'In my hour of darness', una canción que parece el testamento de una figura única. El disco volvió a pasar desapercibido en su momento pero pocos discos y artistas pueden decir que son los padres de todo un movimiento, como lo es Parsons con el country rock, dos músicas que parecían ajenas y desde él han mantenido una sana y estable relación.



47. Crosby, Stills, Nash & Young - Dejá Vu (1970)

A la mezcla de tres figuras icónicas de los 60 se le sumó un cuarto elemento para este 'Dejá vu', Neil Young, ex compañero de Stills en los tiempos de Buffalo Springfield que acababa de sacar un maravilloso disco junto a Crazy Horse. La idea surgió de Ahmet Ertegun, el jefe de Atlantic, que les quería dar un toque más rock, la jugada no pudo salir mejor. Los cuatro se encontraban en su absoluto pico de creatividad, con cada miembro de la banda sacando un disco en solitario después de este disco al que se le puede aplicar la etiqueta de mejor de sus respectivas carreras. Esto se puede comprobar en una primera cara absolutamente antológica en la que cada uno escribe y canta una canción. Abre Stills con 'Carry on', una de sus grandes canciones con un poso de psicodelia y un toque a su etapa en Buffalo Springfield, le sigue Graham Nash con el country pop de 'Teach your children', una gema absoluta que había sido rechazada por su anterior banda, los Hollies, y que cuenta con la inestimable aportación de Jerry García de los Grateful Dead en la guitarra 'pedal steel'. El tercero en discordia es Crosby con la rockera e intensa 'Almost cut my hair', una canción en la que el juego de guitarras entre Young y Stills demuestra el enorme acierto de la incorporación de Neil, aunque su propia aportación, 'Helpless', le ve como uno de los padres del 'country rock', entregando una canción que serviría de guía para el 'Knockin´on heavens door' de Dylan. La cara A se cierra con una canicón de la que podríamos considerar el quinto miembro de la banda, el 'Woodstock' de Joni Mitchell, en el que Stills lleva la voz cantante y que vuelve a servir de lucimiento para las guitarras de éste y Young. La segunda cara no alcanza tan magistrales momentos pero aun así contiene otrs cinco grandes canciones, una para cada miembro y una compuesta a medias entre Stills y Young, la rockera 'Everybody i love you' que sirve para cerrar por todo lo alto el disco.



46. The Stooges - Fun house (1970)

Uno de los mejores discos de rock de todos los tiempos. Una obra sucia, indecente y peligrosa en la que Iggy Pop y sus chicos sueltan el mayor escupitajo a la sociedad americana de su tiempo, en un momento en el que el eslogan de "paz, amor y música" todavía estaba caliente. No era así como lo veían estos chicos, había violencia, disturbios raciales y mucha desigualdad, y eso había que gritarlo a la cara. 'Fun house' es todo eso y mucho más, es uno de las mayores explosiones de energía de la historia del rock. 34 años después de su publicación, durante un festival en Santiago de Compostela, pude comprobarlo en directo. Iggy y los Stooges iban a salir al escenario y yo me encontraba en un lugar en el que podía ver a Iggy en el backstage, era como una fiera enjaulada a la que estuvieran a punto de liberar, había una extraña electricidad en el ambiente como su fuera a haber tormenta, cuando comenzó a sonar 'Loose' e Iggy salió al escenario, contoneándose como si el tiempo no pasara por él, se desató la tormenta perfecta del rock. La misma que habían cocinado en el seminal 'Fun house'.



45. Gene Clark - No other (1974)

Gene Clark es el gran maldito del rock, su nombre no aparece entre los grandes como Neil Young, ni siquiera entre los de culto como Gram Parsons, ni siquiera es el más conocido de los Byrds, quedando por detrás de David Crosby y Roger McGuinn, pero Clark es uno de los compositores e intérpretes más grandes que ha dado la música. Su renuncia a las giras por su miedo a volar le privó del éxito comercial y su muerte tardía, a la poco rockera edad de 47 años, le impidió convertirse en un mártir, pero sus discos siguen estando ahí y, poco a poco, se va reconociendo su valor. El mejor del lote es éste 'No other' publicado en 1974. Tras la breve reunión de los Byrds de 1973, Clark volvió a demostrar que era el mejor compositor de la banda, así que David Geffen decidió ficharle y darle carta blanca para su siguiente proyecto. Clark se destapó con 8 de sus mejores composiciones y un disco con unos arreglos y una producción descomunal. Para dar forma a su personal mezcla de folk, rock, country, soul, gospel y música coral, él y el productor Thomas Jefferson Kaye llamaron a músicos de la talla de su ex compañero en los Byrds, Chris Hillman, al guitarrista indio y buen amigo, Jesse Ed Davis, o a miembros de los Allman Brothers, junto a ello Clark firmó alguna de sus mejores letras, poemas místicos a los que se acompañaba con eso que Parsons bautizó como 'música cósmica americana'. El resultado no satisfizo a Geffen que lo consideró muy por denajo de la inversión realizada y no lo promocionó nada, siendo descatalogado dos años después de haber sido lanzado. Uno de los mayores despropósitos de la historia, el disco que debería ser considerado el 'Pet Sounds' de lo que se conoce como 'americana' acabó convirtiéndose en la gran desilusión de la carrera de un Clark consciente de haber sacado su gran obra maestra.



44. Pink Floyd - Wish you were here (1975)

'Wish you were here' es uno de los discos más sentidos de Pink Floyd, supuestamente es una lúcida reflexión sobre la deshumanización de la industria de la música hecha después de que la banda se convirtiera en uno de los mayores superventas de la historia tras 'Dark side fo the moon', pero el disco tiene otro protagonista y no es otro que Syd Barrett, el que fuera líder y fundador de la misma, Roger Waters se inspira en su antiguo colega y dota al disco de corazón y sentimientos, como ningún otro antes o después en su carrera. La pieza principal es 'Shine on your crazy diamond' que, en palabras de David Gilmour, resume lo mejor del grupo. Además sirve de puente entre las dos encarnaciones del grupo, ya que está dedicada a Barrett. El mismo que se pasó por el estudio mientras la grababan; perdido desde hacía años en su cerebro derretido, rapado al cero y con unos kilos de más; hizo que Roger Waters se echase a llorar como un crío. Algo de todo esto hay en los más de 26 minutos que ocupan sus dos partes juntas. Claro que su sombra también planea en la canción que le da título, posiblemente, lo más hermoso que haya grabado nunca esta banda.



43. David Bowie – Low (1977)

El disco más rompedor y experimental de su carrera, 'Low' es el inicio de la conocida como 'trilogía berlinesa' y de su colaboración con Brian Eno. La mano de este se nota desde la primera canción, la increíble 'Speed of life', una de las múltiples canciones instrumentales del disco. Dividido en dos partes, la primera de temas más cortos y ¿pop?, la segunda de extensos pasajes instrumentales entre los que destaca 'Warszawa', la canción sobre la que surgiría Joy Division y toda la escena post-punk. Pocos discos pueden presumir de abrir nuevos territorios y, a la vez, contener canciones tan redondas como 'Sound and vision' o 'Be my wife'. Uno de los grandes hitos de su carrera.



42. The Clash (1977)

El disco de debut de los Clash les confirmaba como las cabezas pensantes del punk. Si los Sex Pistols eran la anarquía y la desesperación, los de Joe Strummer y Mick Jones eran los rebeldes con causa. La banda se formó en la onda de los Pistols, su primer bolo fue como teloneros de los de Johnny Rotten, pero rápidamente se hicieron con un nombre propio. Su primer disco, titulado como la banda, se editó en 1977 y sigue siendo uno de los mejores ejemplos de la fiereza del género, lleno de himnos militantes como 'Janie Jones', 'White riot', 'Remote control' o 'Career Opportunities' pero ya desde el principio los Clash van forjando su camino con una musicalidad más amplia que la de la mayoría de los grupos punk, sin que les preocupe mostrar lo mucho que les gusta el rock and roll de los 50 o el reggae con la versión del 'Police & Thieves' de Junior Murvin. Una canción que abriría las puertas a infinidad de grupos y que haría que el propio Bob Marley citara a la banda favorablemente en la expresiva 'Punky reggae party'.



41. Fleetwood Mac - Rumours (1977)

Tras una de esas extrañas casualidades de la vida, la carrera de Fleetwood Mac dio un vuelco en 1974 y pasó de ser una acabada banda de blues rock británico que añoraba los tiempos en los que estaba liderada por Peter Green a convertirse en uno de los grupos más exitosos de la historia con su brillante soft pop californiano. A finales de 1974 Mick Fleetwood estaba de paso en los estudios Sound City (los mismos en los que años después Nirvana grabarían 'Nevermind') cuando un ingeniero le puso una canción de un disco que había grabado. La canción era 'Frozen love' y sus responsables una pareja de hippies californianos llamados Lindsey Buckingham y Stevie Nicks. Fleetwood, impresionado por el solo de guitarra, le pidió a Buckingham que se incorporara inmediatamente pero este solo accedió una vez que consiguió que su novia entrara en el lote. La Nochevieja de 1974 vio el inicio de la formación más exitosa de la banda. Al año siguiente grabaron un disco que se convirtió en un éxito de ventas, Buckingham tomó las riendas del grupo musicalmente y Nicks se convirtió en su compositora más exitosa. Pero cuando estaban preparando su continuación la banda empezó a resquebrajarse por problemas de pareja, la pianista Christine McVie y el bajista John McVie se encontraban en medio de un doloroso divorcio, Buckingham y Nicks había roto de la manera más agridulce y, para colmo, el batería Mick Fleetwood también tenía problemas en su matrimonio. El resultado fue el 'sancta sanctorum' de los discos de ruptura. Si romper con alguien es difícil, más complicado es si se comparte grupo con ese alguien y le dedicas una canción tan agridulce 'Go your own way'. Lindsey Buckingham se venga de Stevie Nicks con una canción en la que tiene que escuchar "liarte con otros hombres es lo único que sabes hacer". Normal que Stevie se una a Lindsey en el coro: "Puedes seguir tu propio camino". Pero no es la única canción que habla sobre sus relaciones, tanto es así que fue el bajista el que tras escuchar las canciones que estaban escribiendo Buckingham, Nicks y su ex dijo aquello de "parecen uhna colección de rumores". Claro que nunca unas corazones rotos sonaron de mejor forma que esta.

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