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Rutas turísticas: Los históricos encierros de Medina del Campo

jueves 08 de octubre de 2015, 11:22h
Una de las tradiciones más arraigadas en España son los encierros y aunque los Sanfermines de Pamplona son los más conocidos y populares en el mundo entero, gracias al escritor norteamericano Ernest Hemingway, entre los más antiguos están los de Medina del Campo con más de quinientos años de historia.

Los encierros se suelen celebrar en Medina del Campo los cuatro primeros días pares del mes de septiembre (o sea, 2, 4, 6 y 8), como el plato fuerte de las Fiestas de San Antolín, patrón de la ciudad, y son ya reconocidos por su Interés Turístico Nacional. No obstante, el Ayuntamiento de Medina aspira que su valor histórico y cultural sobrepase sus fronteras y que sean reconocidos de Interés Internacional, no sólo por su colorido y encanto sino por su historia, ya que datan del año 1490.

Los encierros nacieron de la necesidad de conducir los toros desde las dehesas hasta las plazas mayores donde iban a ser lanceados por los antiguos caballeros en los tradicionales “juegos de cañas y lanzas” que se celebraban tanto en Medina del Campo como en muchísimas localidades en la época medieval. Cuando ya nació la corrida de toros, como lo conocemos hoy, en la segunda mitad del siglo XVIII, seguía la necesidad de llevar las reses desde el campo, arropadas por caballos y bueyes hasta el centro de la ciudad, donde solían celebrar estos festejos hasta que se construyeron los primeros cosos fijos.

En Medina del Campo se conserva la costumbre de acompañar a los toros a caballo de un cercado situado a unos 6 kms de la ciudad por campo abierto y hoy en día constituye un bello espectáculo ver más de 300 caballistas arropar a los toros y bueyes hasta las calles asfaltadas de Medina, donde empieza ya lo que ellos llaman el “encierro urbano”. A partir de este punto, entre las talanqueras provisionales, los mozos y no tan mozos y hasta mozas pueden correr por las calles hasta llegar al bello Coso del Arrabal, que fue construido en Medina a mediados del siglo XX con una capacidad para 10.000 espectadores. Cuando los toros están recogidos en los corrales de la plaza, se sueltan unas reses para los recortadores y para todos los que quieren y se atreven a ponerse delante.

¿Por qué la gente corre los encierros (y tristemente ésta ha sido una temporada muy trágica para los encierros en general en España)? Se puede contestar como los alpinistas cuando se les pregunta por qué arriesgan sus vidas para subir a las cimas del Himalaya. Su sencilla respuesta siempre ha sido: “¡Porque están allí!”. Pues, los mozos corren porque existe el toro bravo y porque quieren experimentar esa descarga de adrenalina y sentirse “un poco torero”.

La emoción del encierro termina con un buen desayuno de chocolate y churros o con algo más consistente como una rica sopa de ajo, mientras que las calles se llenan de cornetas y tambores que tocan los típicos “pasacalles”.

Miren si es tradicional el encierro en Medina del Campo que la propia Santa Teresa de Jesús, que fundó su segundo convento en este pueblo en 1567, (donde se conserva la celda en la que vivió un tiempo), se refirió a ellos en su obra “Fundaciones”: "Llegamos a Medina del Campo, víspera de Nuestra Señora de Agosto, a las doce de la noche; apeámonos en el monasterio de Sta. Ana, por no hacer ruido; y a pie nos fuimos a la casa. Fue harta misericordia del Señor que aquella hora encerraban toros, para correr el otro día, no nos topar alguno”.

Otros motivos para visitar Medina del Campo

Debemos decir que las fiestas de San Antolín no constituyen el único motivo para acercarse a la bella localidad de Medina. Es un pueblo precioso, bien conservado y con larga historia, que invita a perderse por sus calles y disfrutar de sus monumentos y edificios antiguos. Para empezar: El imponente Castillo de la Mota, cuyos orígenes se sitúan en la Prehistoria, con yacimientos de la Edad de Hierro. Fue la primera fortaleza de artillería renacentista en Europa y entre sus muchos ocupantes fueron Juan II de Castilla y su hijo Enrique IV, que construyeron el recinto interior y la Torre de Homenaje, y los Reyes Católicos que mandaron edificar la barrera defensiva. Aunque se ha destinado a diversos usos a lo largo de su vida, como prisión real, archivo, hospital de guerra, escuela…, hoy se reserva solo para visitas turísticas. El Monasterio de las Carmelitas Descalzas de San José, que fue fundado por Santa Teresa el 15 de agosto de 1567, y donde en interesante visita guiada se puede conocer la iglesia del siglo XVII, el museo con sus reliquias, los aposentos de las madres carmelitas y la celda de Santa Teresa; la Capilla de San Juan de la Cruz del siglo XVI donde el Santo profesó como carmelita y dijo su primera misa; el Palacio Real Testamentario, donde la Reina Católica dictó su testamento y murió el 26 de noviembre de 1504; la Iglesia Colegiata de San Antolín; la Casa Blanca; el Palacio de los Dueñas; la Plaza Mayor con sus balconadas..., y para un buen tentempié, el Mercado de las Reales Carnicerías, que abrió sus puertas en 1562 y es el Mercado de Abastos más antiguo de España.

Con excelentes comunicaciones incluyendo el tren ALVIA que hace el recorrido en una hora -y cuando llegue el AVE, se reducirá la duración del viaje a la mitad-, Medina es asimismo un excelente exponente de la buena cocina local: sopa castellana, pochas, cordero y cochinillo asado, secreto, perdiz, codorniz, morcilla, embutidos, y un largo etcétera. Además hay que señalar que está situada en plena Ruta de los Vinos de Rueda. Una recomendación para disfrutar de todos estos manjares es el Restaurante GLORIA situado bajo los portales de la misma Plaza Mayor.

Y entre la diversa oferta hotelera, destaca por encima de todo el magnífico Balneario de las Salinas, a pocos kilómetros de la ciudad, un remanso de paz donde se puede disfrutar de todas las comodidades modernas en un edificio con aires decimonónicos, y dotado con un gran spa donde gozar de un buen rato de descanso y relax. Sus aguas minerales están especialmente recomendadas desde el siglo XVII, para tratar a dermatitis, artrosis, dolores óseos-musculares, procesos inflamatorios, ansiedad, etc. El primer Gran Hotel del Balneario de Las Salinas fue construido en el lugar en 1891, pero como sufrió grandes vicisitudes a lo largo de su existencia, el actual recinto fue renovado en 1989 por última vez, y conserva solo la fachada principal y trasera de la construcción original.

Hay que señalar también que Medina es uno de estos pueblos que hay en España que es como una joya desconocida. Tiene declaradas como fiestas de interés turístico su magnífica Semana Santa y también su Feria Renacentista que se celebra en el mes de agosto. Ahora el Ayuntamiento quiere resaltar el gran valor de sus recursos turísticos, su excelente situación geográfica, sus magníficas infraestructuras y añadir un motivo más para visitarlo: sus antiguos encierros, genuinos en la cultura española, que vive plenamente el pueblo entero y que quiere compartir con toda la gente que acude porque nadie es forastero en Medina del Campo.

Muriel Feiner

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