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| | Juan Ortega muletea a su primer toro del que obtuvo una oreja. (Foto: UTE Casas Amador) |
Ya se sabe: llegan las figuras, y sus mandones apoderados -ahí es nada, Matilla de Manzanares, y Simón Casas, también coempresario de Albacete, de Talavante- y desaparece el toro, o casi. Por primera vez en lo que va de abono, ya la mitad, hubo problemas en el reconocimiento y apartado de la mañana, por lo que sólo se aprobaron cuatro de la divisa anunciada de Victoriano del Río, remendándose la corrida con dos de las del Puerto. Y por la tarde, ninguno tuvo casta ni fuerzas ni ‘na’ de ‘na’. Como los coletudos de los apoderados punteros, que vinieron de oficio a matar la corrida y cobrar. Se salvó de la quema Juan Ortega, que sin alcanzar una faena cumbre, obtuvo una oreja de verdad, y no como la que desde el palco se regaló -y van…- al alicantino.
Los refranes, fruto de la experiencia de la gente, siempre tienen razón. Uno de ellos establece que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Puede resumir lo acontecido en un festejo en el que los serios, cuajados y de variadas láminas de Santiago Domecq estaban ayunos de bravura, a excepción del cuarto, Imperial. Un buen biorne con casta, justo de fuerzas y poco entregado en el caballo con el que Castella disfrutó de una buena labor en la que le faltó ofrecer más del toreo esencial. Lo que no fue óbice ni cortapisa para que el presidente siguiera la petición del francés desde el ruedo ¿…? y le premiara con vuelta al ruedo, al toro, claro. Un Perera algo desdibujado y un Borja entregado y con otra oreja facilonga completaron la tarde.
| | Un momento de la cogida de Alejandro Quesada en el tercero de la tarde. (Foto: UTE Casas Amador) |
Las ilusiones trastocadas en el drama de una cogida. Ea, así es la Fiesta. Y a Alejandro Quesada le cayó la moneda por la cruz en un día tan señalado, y esperado, del debut en su tierra y que acabó en la enfermería. En otro aspecto también la ilusión que podían despertar dos novilleros punteros y de próxima alternativa se vino abajo y no sólo por culpa del mal juego general y la flojera del encierro de López Gibaja -eso sí, de buena presentación general, sino también por culpa de El Mene, a pesar de la oreja que cortó en el que correspondía a Quesada, y Javier Zulueta. Ea, así está la Fiesta.
| | Pase en redondo de Manuel Caballero a su segundo novillo. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno) |
Una estadística engañosa en lo artístico. Porque, claro, con cinco trofeos cortados puede imaginarse que se disfrutó de grandes faenas a lo largo de la tarde. Pues no. La explicación es más sencilla: en el bello coso neomudéjar albaceteño se instaló una tómbola que, como el lunes, regalaba orejas a tutiplén. Incluso sin comprar boletos, que puede entenderse con el típico humor surrealista de la tierra. El caso es que el encierro de Montealto, con ejemplares cuajados, serios -pero blandos- y noblotes, propicio para bordar el toreo, no lo aprovecharon como debían los placeados y próximos a sus respectivas alternativas Manuel Caballero y Aarón Palacios, al margen de su regalada salida a hombros.
| | Samuel Navalón es sacado a hombros tras el festejo. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno) |
El abono taurino de Albacete siguió la misma tónica, idénticos derroteros -de derrota- por los que transita la tauromaquia en esta posmodernidad: poco toreo y mucho trofeo, merced a un público festivo y facilongo y a un palco presidencial blando y cómplice con ello. Todo eso es verdad, pero, ¡ojo!, con un importantísimo asunto fundamental y que diferencia, para bien, a la capital manchega del resto de los cosos de idéntica categoría e incluso a algunos de primera: sale el toro. El encierro de Conde de Mayalde tenía una magnífica presencia, eso sí una también extraordinaria flojera, a pesar de que los tercios de varas fueron un simulacro. Cual el de los espectadores floreando pañuelos y la presidenta Genoveva Armero regalando orejas.
Es el abono más largo de España tras los de Madrid y Sevilla
La amplia tradición taurina de Albacete se mantiene un año más en el abono septembrino. Y lo hace en dos de sus aspectos más relevantes y que caracterizan y distinguen a esta Feria. En primer lugar, el trapío, salvo excepciones, claro, de los toros que se lidian, superior al resto de plazas de su categoría e incluso a algunas de primera. Y después, en el número de 10 festejos, 10, que tras Madrid y Sevilla, hacen a este ciclo el más largo de España. Con estos mimbres se ha construido un cesto de interesantes carteles con la presencia obligada de las figuras, pero también con hueco para los nuevos valores que es aprietan y para los coletudos de la tierra
Crónica de Miguel Ángel de Andrés
| | Un momento de la actuación de Juan Pablo Ibarra. (Foto: Luis Checa) |
A esta última de feria volvió la normalidad en cuanto a quién debía proponer novilleros que debían estar en la de sin caballos, que se tenía por costumbre, menos el pasado año, la Escuela Taurina local “Miguel Cancela”, y para esta ocasión los elegidos fueron tres alumnos de la misma, dos mejicanos: Juan Pablo Ibarra y Marco Peláez, junto al torrelagunense Rodrigo Cobo que hubieron de enfrentarse a erales de la ganadería local El Álamo, que resultaron desiguales de presentación y comportamiento, la mayoría gachos de cornamenta
Crónica de Miguel Ángel de Andrés
| | Una de las buenas verónicas de Juan Ortega a su primer toro. (Foto: Circuitos taurinos) |
Lo de la Puerta Grande en esta Feria de Remedios de 2025, en el coso colmenareño, es casi una cuestión de menor importancia, gracias a la benevolencia del palco y a la colaboración necesaria del tiro de mulillas, que esperan pacientemente a que la presión de la parte de espectadores benevolentes se manifiesten cada vez más ruidoso para conseguir su propósito de orejas, que al final es lo que termina importando para ellos, y aunque otro sector se desgañite pidiendo que el presidente se vaya del palco, por su complacencia con trofeos y aguante, sin inmutarse, los toros inválidos.
| | El rejoneador, a la izquierda, y el matador a pie saludan al ser sacados a hombros de la plaza. (Foto: Circuitos Taurinos) |
En cualquier feria y fiesta de los pueblos que se precie es obligatoria la presencia de la tómbola entre las atracciones. Y en Colmenar lo hace por partida doble, ya que dentro del coso de La Corredera existe otra virtual y taurina. Con la importante diferencia de que lo normal no es que no te toque, como en las normales y tradicionales, sino todo lo contrario en cuanto a los apéndices cortados. Y así, este lunes siguieron los premios gordos, para Diego Ventura y Borja Jiménez, que gracias a ellos salieron a hombros, y van cinco Puertas Grandes, cinco ya en el abono. No es que estuvieran mal, quia, pero tampoco para semejante triunfo estadístico, al que no fue capaz de unirse Emilio de Justo.
| | Los dos novilleros triunfadores abrieron la Puerta Grande de Colmenar. (Foto: Circuitos Taurinos) |
Un novillero puntero y con mucho oficio, El Mene, y otro que está empezando y tiene buen corte, Julio Méndez, salieron en volandas por la Puerta Grande de Colmenar, sí, Pero sin llegar a emocionar ni a realizar las teóricas faenas que merezcan la salida a hombros: aprovecharon las bondades de sus novillos, y de la facilidad para sacar pañuelos de un público y un usía también fáciles. Y es que hay triunfos que no dejan nada, o casi nada, en el recuerdo, no sólo del crítico, sino, posiblemente de la mayoría de los espectadores, que, eso sí, se marchan contentos pensando haber amortizado el coste de la entrada cuando se han cortado cuatro orejas, cuatro. Aunque al local David López no le tocara ningún apéndice en la tómbola festiva de este domingo en Colmenar, lo cual no habla bien de su actuación.
| | El local Miguel de Pablo salió a hombros por la Puerta Grande del coso de La Corredera de Colmenar Viejo. (Foto: Circuitos Taurinos) |
Únicamente el diestro local Miguel de Pablo aportó algo de toreo en un plúmbeo festejo de casi dos horas y media de duración. El colmenareño, con el apoyo de sus paisanos y del palco, se entregó toda la tarde y en el último llevó a cabo una excelente faena. Lo que intentó Morenito de Aranda, que se estrelló ante un lote descastado, y con un Antonio Ferrera heterodoxo para mal, vulgar y a su bola. Al menos la otra tierra de toros, como fue esta localidad hasta hace un par de décadas, recuperó algo de tal catadura con la buena presentación general del encierro santacolomeño de Rehuelga, que después ofreció escaso juego.
Siempre atenta a defender la Fiesta hasta en detalles que pueden parecer nimios, pero que tienen importancia para el recuerdo y la memoria, la Asociación El Toro se cuestiona sobre la desaparición en el Hotel Victoria de una placa sobre uno de los más grandes coletudos de este siglo, el mítico Manuel Rodríguez 'Manolete'. Y, claro, pide explicaciones a quien hay que hacerlo: Elena Mónica Hernando Gonzalo, directora General de Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano, y a Carlos Segura Gutiérrez, concejal Presidente del Distrito de Centro de Madrid, donde está ubicado este histórico hotel en el que tantos matadores se vstieron.
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