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Villita recibió, tras matar a su primero, la única ovación de toda la tarde.
Villita recibió, tras matar a su primero, la única ovación de toda la tarde. (Foto: Plaza1)

Feria de Otoño: bicornes y coletudos empatan a nada en un aburridísimo festejo

Un anticipo del derbi futbolero de por la noche se anunciaba horas antes en Las Ventas. En un enfrentamiento entre ganaderías madrileñas, con el añadido de la portuguesa de Sobral, y una terna de novilleros con buenas actuaciones anteriores en la catedral y cátedra. Y el resultado acabo en igualada, pero no por el buen juego de los novillos y grandes faenas de los coletudos. Qué va. Todo lo contrario: los animales, exentos de casta y poderío, aunque manejables, fracasaron, pero mucho mayor fue el petardo de la terna que formaban Villita, Jesús Moreno y Diego Bastos. No ya por su vulgaridad lidiadora y artística, que también, sino por algo peor: su escasa ambición. En definitiva, empate a cero.

Samuel Navalón, que confirmaba doctorado, cortó una oreja

Enrique Ponce, pasedo a hombros por el ruedo de Las Ventas antes de sacarlo por la Puerta Grande.
Enrique Ponce, pasedo a hombros por el ruedo de Las Ventas antes de sacarlo por la Puerta Grande. (Foto: Plaza1)

Feria de Otoño: a Enrique Ponce le regalan la Puerta Grande en su despedida de Madrid

Ponce fue Ponce y Madrid no fue Madrid. El coletudo, que decía adiós a la otrora exigente plaza de Las Ventas, se mantuvo fiel a sí mismo. Poco toreo fundamental, mucha elegancia y exceso de ventajismo. Pero lo supo vender bien a un público entregado de principio a fin, que con la colaboración del palco, le regaló las dos orejas en una faenita que en otro tiempo no habría llegado a merecer la vuelta al ruedo. En un encierro de petardo en cuanto a casta y fuerza de esas dos divisas, Garcigrande y Juan Pedro Domecq, y sus bureles obedientes y que no molestan -ni emocionan, claro-que tanto aman, e imponen, las figuras, el toricantano Samuel Navalón que, dejó buen cartel, se llevó un trofeo y a David Galván sólo le dejaron los de su lote algún apunte de clase.

Samuel Navalón, revelación de la novillería esta temporada, confirma la alternativa

Enrique Ponce en uno de los actos en Las Ventas con motivo de su despedida.
Enrique Ponce en uno de los actos en Las Ventas con motivo de su despedida. (Foto: Plaza1)

Feria de Otoño: Enrique Ponce afronta su último examen en Las Ventas dentro de un abono con predominio de ganaderías comerciales

Roca Rey y Manzanares, que fracasaron en San Isidro, repiten ahora sin ningún mérito

Después de El Juli, que hace un año en esta misma Feria de Otoño, se despedía de Las Ventas, turno para el adiós de otro coletudo considerado figura, Enrique Ponce, que va a tener su último examen en la Monumental este sábado 28. En torno al valenciano -como sucedió con el madrileño la temporada anterior- indiscutible mandamás de la Fiesta y del escalafón durante tres décadas, gira la noticia de un abono de desiguales carteles en los que tambiém hau sitio para los emergentes y un denominador común: los toros comerciales, encaste Domecq, que exigen e imponen las figuras.
Uno de los excelentes naturales de Sergio Serrano a su primer victorino.
Uno de los excelentes naturales de Sergio Serrano a su primer victorino. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno)

Albacete: Rubén Pinar y Sergio Serrano se reivindican con una dura corrida de Victorino

Hay festejos, muy pocos, eso sí, que te reconcilian con la esencia y autenticidad de la fiesta. Como este último que cerró el abono albacetense. Sí que es verdad que los victorinos no fueron nada fáciles; al contrario: duros y correosos, recordando varios a aquellas alimañas de otros tiempos. Pero, del primero al último, todos los espectadores tenían sin cesar los ojos en la arena y una aguja en el corazón. Lo que ocurría o podía ocurrir allí abajo siempre les interesaba. Al encierro le hizo frente una terna de valientes y lidiadores que no salieron por la Puerta Grande, misión imposible, pero tampoco por la enfermería, que no es poco. Destacando los locales Sergio Serrano, que obró el milagro de cascabelear lo más artístico, y Rubén Pinar, con un cañón en vez de un estoque que le valió una oreja. Y Manuel Escribano cumplió con el lote todavía más difícil.
Salida a hombros de José Fernando Molina en Albacete.
Salida a hombros de José Fernando Molina en Albacete. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno)

Feria de Albacete: Molina y Marín, a hombros en tarde triunfalista

Según las estadísticas reflejadas en la ficha del festejo, con cinco orejas cortadas podría pensarse que presenciamos una corrida extraordinaria donde brilló el toreo. Mas no es cierto, había que remedar el dicho de que de dinero y santidad, la mitad de la mitad. Cambien ustedes la primera palabra por toreo y la segunda por verdad y se acercarán a lo acontecido. Con un palco y un público dadivoso, el local Molina, único que llevó a cabo el toreo, aunque con intermitencia, y Ginés Marín, con menos méritos, salieron a hombros. Como es lógico, El Fandi ni siquiera se acercó mínimamente al toreo. Todo ello con un noblote y blando encierro del Conde de Mayalde muy desigual en presentación, ya que sólo se salvaron los tres últimos, pero con el denominador común de que el primer tercio fue una pantomima solucionada con un puyacito de ‘na’.

Uno de los pases cambiados de Samuel Navalón al toro de la alternativa.
Uno de los pases cambiados de Samuel Navalón al toro de la alternativa. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno)

Feria de Albacete: Samuel Navalón se doctora merendándose a dos figuras

Doble merienda este sábado, y por el mismo precio. Porque al habitual descanso en el bello coso neomudéjar albaceteño, tras la lidia del tercer toro, degustando las magníficas viandas de la tierra, se unió la del nuevo doctor en tauromaquia, Samuel Navalón, que se comió a dos figuras cual Manzanares y Roca Rey. Y se los merendó no sólo por entrega, ilusión y decisión, sino por lo más importante: toreo. Manzanares sigue de año sabático y el indudable rey de las taquillas continúa con su toreo populachero y vulgar. Ambos responsables de que sus elegidos jandillitas, que sólo se tapaban por sus cabezas, hayan sido los de menor trapío en general de lo que va de Feria.

Emilio de Justo, delante, y Fernando Adrián, detrás, sacados a hombros del coso de Albacete.
Emilio de Justo, delante, y Fernando Adrián, detrás, sacados a hombros del coso de Albacete. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno)

Feria de Albacete: faenón de Emilio de Justo, a hombros con Fernando Adrián

Y en esto llegó Emilio de Justo y realizó el toreo. Así de fácil, escribirlo, claro. Así de milagroso hacerlo, claro. Porque fue ante su segundo, un burel de La Quinta, exigente como sus hermanos y que en conjunto obligaron al público a estar con los ojos clavados de continuo en la arena. El extremeño llevó a cabo una faena intensa y artística, la mejor de la feria, y descerrojó la Puerta Grande, donde salió en volandas junto a Fernando Adrián, que sumó una oreja en cada toro. Miguel Ángel Perera, con el peor lote, pasó casi desapercibido.

Uno de los naturales de Daniel Luque.
Uno de los naturales de Daniel Luque. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno)

Albacete: Puerta Grande para Luque en descastada corrida de Domingo Hernández

La teórica 'corrida monstruo' en homenaje a la afición albacetense ¿…?, cual la publicitó la empresa, iba hundiéndose lentamente en el pozo del fiasco ganadero, a pesar de las orejitas sin fuste para Paco Ureña y Sebastián Castella, cuando los dos últimos bicornes, sin casta como sus hermanos pero con un punto de codicia, posibilitaron sendas buenas labores, cada uno a su manera, de Daniel Luque, que rubricó con un estoconazo, y Borja Jiménez, la mejor de la tarde pero que marró con la espada y sólo obtuvo un trofeo.
Muletazo de Juan Ortega al inválido 5º, del que cortó una oreja,
Muletazo de Juan Ortega al inválido 5º, del que cortó una oreja, (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno)

Feria de Albacete: Juan Ortega y el presidente ‘cortan’ una oreja a un inválido

Es una película que ya hemos visto, y sufrido, tantas veces. Lo malo es que sin necesidad de ‘spoiler’ -palabro tan de moda- ya sabemos el final, y, lo que es peor, casi ni nos indigna. Resulta que el 5º de la tarde, tan noble y chochón como sus hermanos de los dos hierros de Victoriano del Río, estaba inválido. Por lo que hasta la mayoría del público -incluso el indocto- lo protestó, pero a ese mal presidente que es Joaquín Coy le dio igual y lo mantuvo. Luego, su matador, Juan Ortega se puso bonito con él en una faena -o lo que fuera aquello- de largo metraje y cortó una oreja, a pesar de que no hubo mayoría de pañuelos. Talavante anduvo apático y apagado y Rufo malogró con tizona y verduguillo la única labor importante.
Bernadina de Alejandro Chicharro a 'Alcahuete', al que cortó una oreja.
Bernadina de Alejandro Chicharro a 'Alcahuete', al que cortó una oreja. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno)

Feria de Albacete: oreja para Chicharro y excesiva vuelta al ruedo a un novillo de Gibaja

Ya se sabe que el protagonista de la Fiesta es, o debería ser siempre, el toro. De ahí que cuando el escaso milagro de la casta le adorna, cual al 5º -‘Alcahuete’, premiado en exceso con una vuelta- y 4º de López Gibaja, todo adquiere mayor interés y relevancia. Mayormente si sus antagonistas los coletudos le hacen frente, cual intentaron el local Jesús Moreno, que marró a espadas, y el madrileño Alejandro Chicharro, quien cortó una oreja que supo a poco. Peor suerte tuvo el otro albacetense del cartel, Francisco José Mazo, muy valiente ante el peor lote.
Navalón pasea las dos orejas que cortó a su primer novillo.
Navalón pasea las dos orejas que cortó a su primer novillo. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno)

Feria de Albacete: triunfal despedida de Samuel Navalón como novillero

El posmoderno acrónimo de jasp (joven aunque sobradamente preparado) puede, y debe, aplicarse en grado máximo, en su versión taurómaca, a Samuel Navalón. A pesar de no estar recuperado de su grave percance del pasado miércoles en Casar, el coletudo, uno de los más destacados alumnos de la productiva Escuela Taurina de Albacete, y que el próximo sábado se doctora en este coso manchego, salió a darlo todo. Y, lo que es tan importante, practicó el toreo con rotundidad. Orejas al margen, dejó la impresión de necesitar ya el utrero. En menor dimensión anduvo el local Manuel Caballero, también por la Puerta Grande. Con un Javier Zulueta gris oscuro, lidiaron un encierro bien presentado noblón y flojo de Montealto, unos ‘mimosines’ sumisos y obedientes con los que no cabía otra emoción que el arte que pudieran cascabelear los espadas.
A Galván le destrozó el traje su primer enemigo y  toreó al otro en camisa y vaqueros.
A Galván le destrozó el traje su primer enemigo y toreó al otro en camisa y vaqueros.

Oreja para Fonseca, percances de Palacios y Galván y petardo ganadero

El toro, como tantas veces, descompuso los buenos deseos de un cartel interesante con dos coletudos emergentes, David Galván, que fue cogido de manera espectacular al matar a su primero aunque aparentemente sin ser herido y salió a torear al otro; Isaac Fonseca, que logró el único trofeo de la tarde, y el local Andrés Palacios, un espada sin festejos pero con clase, también revolcado por su primero y operado al término del festejo de una herida en la pierna derecha de pronóstico leve. Mas los descastados bicornes de Samuel Flores, salvo el 3º, imposibilitaron el lucimiento.







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