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“Aquí hay toreros”. Es un bello pasodoble con música de Manuel García Sánchez, exdirector de la Banda de Pozohondo, que estuvo dos décadas tocando en el coso paisano, sobre versos de un gran poeta como fue Ismael Belmonte. Y es verdad. Porque la terna local de exalumnos de la productiva Escuela Taurina de Albacete afrontó con toreo del bueno el compromiso ante unos exigentes novillos de Montealto que por presencia y edad eran prácticamente toros. El mal uso de las armas toricidas impidió que se cortaron más trofeos del que obtuvo José Fernando Molina.

Una vez más se cumplió lo de 'corrida de expectación, corrida de decepción'. Porque el regreso de Morante al abono albaceteño después de muchos años animó la taquilla y el coso presentó la mejor entrada del ciclo. Pero falló el elemento esencial del espectáculo: los toros. Porque, una vez más, y van… Juan Pedro Domecq pegó un petardo de aúpa con sus bicornes o lo que fuera aquello. Pésimamente presentados e inválidos y sin sangre brava por sus venas, la corrida, toda ella cambiada con un mínimo puyacito, casi fue un simulacro, del que se salvó Paco Ureña con el menos malo de los lotes a cada uno de los cuales arrancó una oreja, mientras que Morante dejó detalles y Juan Ortega se enfrentó, es un decir, a los más inválidos. En el espectáculo de rejoneo del domingo, con dos tercios de entrada, abrió la Puerta Grande Leonardo Hernández mientras que el local Juan Manuel Munera y la francesa Lea Vicens cortaton un trofeo. Todo ante toros, despuntados reglamentariamente para rejones, de Fermín Bohórquez.

Ante una muy blanda corrida de Daniel Ruiz

Emilio de Justo dando la vuelta al ruedo tras su primer toro.
Emilio de Justo dando la vuelta al ruedo tras su primer toro.

Albacete: Emilio de Justo (casi) hace el toreo y Manzanares se gana salir a hombros

Las estadísticas no deberían ser tan importantes en ninguna manifestación artística, pero lo son. Para quitarles tanta validez y profundizar en lo que pueden esconder debe estar la crítica, al menos la independiente. Porque, por ejemplo, en la tercera del abono de la capital manchega el que más se acercó a la esencia y verdad del toreo fue Emilio de Justo, que únicamente paseó un trofeo. Mientras que Manzanares, con dos faenas elegantes pero sin apreturas ni hondura, sumó una oreja en cada enemigo –o lo que fuera el blando y dócil encierro de Daniel Ruiz- y se hizo acreedor, por los números estadísticos, a salir en volandas por la Puerta Grande, que esta vez hubiera sido más bien chica, aunque por aquello de la pandemia abandonó el bello y centenario coso neomudéjar a pie. Las estadísticas no deberían ser tan importantes.

Sólo Perera cortó una oreja de escaso valor, y Urdiales y Marín se fueron de vacío

¿Qué querrán? A veces, demasiadas veces, los coletudos, por fas o por nefás, no dan la talla en cuanto a lo que es el toreo. Máxime como este jueves en Albacete con las facilidades que les ofreció el muy bien presentado -aunque con desigualdades-, mansurrón pero más que noble y colaborador encierro de las dos divisas de Victoriano del Río, que en ningún momento ofreció dificultades a una terna experimentada. Mas ni con estos ‘victorianos’ –no confundir con victorinos- fueron capaces no ya de bordar el clasicismo ni hacer filtiré, sino de acercarse a ello. Dejando el balance estadístico en una orejita para Perera.

Salían los bien armados 'fuenteymbros', de impresionante arboladura, con su bella estampa y trapío ejemplar y eran aplaudidos por el cotarro. Pero por dentro estaban podridos, sin casta ni fuerza ni 'na' de 'na'. De modo que cualquier parecido con el comportamiento de un toro bravo era pura coincidencia. Frente a estos bureles, o lo que fueran, vacíos y vacuos y casi muertos en vida, Daniel Luque y Juan Leal echaron en su esportón sendas orejas facilongas y Finito, con sus habituales precauciones, ni eso.

Ocho festejos con el regreso de Morante y las ausencias de El Juli, Roca Rey y Ventura

Un toro con el habitual trapío de Albacete, al que muletea el coletudo local Rubén Pinar
Un toro con el habitual trapío de Albacete, al que muletea el coletudo local Rubén Pinar

Albacete sube a Primera División taurina con el abono más largo de este año pandémico

Albacete se ha echado al ruedo con valentía. Porque en este año en que la pandemia sigue haciendo daño a los espectáculos con público, en general, y a los taurinos en particular, la nueva empresa del centenario coso de la capital manchega, con el respaldo del Ayuntamiento, ha apostado por la cantidad. Así, mientras otros destacados ciclos de plazas de primera categoría como Madrid, Bilbao, Valencia, San Sebastián y Pamplona, no celebraron sus respectivas ferias, en la capital manchega –cuyo recinto es de segunda- no sólo tendrá lugar en sus tradicionales fechas sino que, con sus 8 festejos, sólo dos menos que la decena habitual, será la más larga de todas las que hasta ahora se han celebrado en España.

Crónica de Miguel Ángel de Andrés

Salida a hombros de los dos triunfadores del último festejo del abono.
Salida a hombros de los dos triunfadores del último festejo del abono. (Foto: Emilio Méndez)

Colmenar Viejo: triunfo de David López y Jarocho en la novillada sin picadores final

Poco faltó para que las fuertes lluvias caídas durante toda la noche anterior y las horas previas propiciaran la suspensión del quinto y último festejo de la Feria colmenareña, finalmente, con algo más de cuarenta y cinco minutos de aplazamiento y el esforzado empeño de los operarios en eliminar los charcos del ruedo, hizo posible su celebración. Y permitió el doble triunfo de Jarocho y David López.

Interesante corrida de Zacarías Moreno, oreja para Perera y ovación para Luque

Uno de los redondos de Urdiales con el cuarto toro cosido a la muleta.
Uno de los redondos de Urdiales con el cuarto toro cosido a la muleta. (Foto: Emilio Méndez)

Colmenar Viejo: lección de un Diego Urdiales que borda el toreo y corta tres orejas a ley

Mejor, imposible. Porque Diego Urdiales cerró el abono colmenareño con el más puro toreo, muy por encima de todo lo que se ha visto desde su comienzo. Sin darse coba, ni artificios, el de Arnedo estremeció la fibras sensibles de los espectadores que tuvieron la suerte de acudir con dos faenas de gran calado y pureza, echando en su esportón tres orejas de auténtico e indiscutible peso. Con una corrida de nuevo bien presentada de juego desigual destacando el encastado que abrió festejo, Perera cortó una orejita y Luque pasó casi de puntillas.

Encierro anovillado, dos orejas para toricantano y peruano y una para el de La Puebla

Ceremonia de doctorado de Francisco de Manuel con Morante de padrino (derecha) y Roca Rey de testigo.
Ceremonia de doctorado de Francisco de Manuel con Morante de padrino (derecha) y Roca Rey de testigo. (Foto: Emilio Méndez)

Colmenar Viejo: De Manuel luce más torería que Morante y Roca frente a cuvillitos

Un Francisco de Manuel, que se doctoraba en un cartel de auténtico lujo, se comió en torería y clasicismo al padrino Morante de la Puebla, quien sólo destapó el frasco de las esencias con cuentagotas, y al testigo Roca Rey, vulgar y acelerado. Eso sí, las dos figuras, que a diferencia de los dos festejos anteriores, impusieron el toro anovillado y sin presencia para esta plaza, como los cuvillitos que se lidiaron o lo que fuera aquello y que, claro, con ellos el tercio de varas fue un bochornoso remedo, tiraron de taquilla.

A hombros los dos ante una corrida noble y colaboradora de Domingo Hernández

Los dos triunfadores son sacados a hombros de la plaza colmenareña de La Corredera
Los dos triunfadores son sacados a hombros de la plaza colmenareña de La Corredera (Foto: Emilio Méndez)

Colmenar Viejo: Cortés y Espada aprovechan un encierro de los que exigen las figuras

Una de la divisas que suelen pedir los mandamases del escalafón en general y El Juli en particular, la de Domingo Hernández y/o Garcigrande, tanto monta, también se prestó con su habitual nobleza en cantidades industriales a que dos coletudos modestos como Javier Cortés y Francisco José Espada triunfaran en Colmenar Viejo. Tenían la extraña oportunidad de enfrentarse a este tipo de bicornes y la aprovecharon abriendo la Puerta Grande, mientras el local Miguel de Pablo, menos placeado, logró un trofeo. Al tercero de la tarde se le premió, sin méritos para ello, con la vuelta al ruedo.

Descastado y flojo encierro del ganadero local Ángel Luis Peña

El mexicano Fonseca da la vuelta al ruedo con una bandera de su país
El mexicano Fonseca da la vuelta al ruedo con una bandera de su país (Foto: Luis Checa)

Colmenar Viejo: Puerta Grande para Isaac Fonseca, que salvó la tarde en un festejo plano

Ya lo dicta el refrán: de torería y santidad, la mitad de la mitad. O la tercera parte. Sí, porque aplicado al inicio de la Feria de Colmenar Viejo, podemos remedarlo y aplicarlo a los trofeos cortados en un festejo de corte insulso y muy plano en general, salvo en el caso de Isaac Fonseca, a pesar del balance estadístico de tres orejas. Dos fueron para el mexicano en el que cerró función, tan noblote y escaso de codicia como el resto, cuya faena cerró con un extraordinario volapié, acreedor de un (sólo) apéndice. El otro, para Jesús Ángel Olivas, fue porque el usía practicó la elegancia del regalo. Miguel Polope, apuntó algunos detalles de clasicismo sin más. De torería, trofeos y santidad, la mitad de la mitad… o sea, la tercera parte.

Un total de cinco festejos entre el 28 de agosto y el 1 de septiembre

Morante en su actuación en solitario en Puerto de Santa María
Morante en su actuación en solitario en Puerto de Santa María (Foto: Emilio Méndez)

Morante de la Puebla vuelve a hacer el paseíllo en Colmenar Viejo casi dos décadas después

Un abono con divisas comerciales, figuras y oportunidad para toreros madrileños

Dos buenas noticias: regresan los festejos taurinos a Colmenar Viejo y también lo hace Morante. Tras el parón obligado de 2020 por la cornada de la pandemia, el empresario Carlos Zúñiga ha apostado por organizar un abono cumpliendo las exigencias sanitarias de reducción de aforo, mascarillas y otras. También ha obrado el milagro de que el sevillano de La Puebla, ausente de los carteles desde 2002 y reacio a este coso, aceptara volver a hacer el paseíllo en La Corredera. El ciclo de cinco festejos entre este sábado 28 y el 1 de septiembre, con otras figuras como Roca Rey y Perera, también anuncia a coletudos locales y madrileños, todos con ganaderías de corte comercial.


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